Iván aceptó sin pensarlo dos veces, se sentía ansioso y nervioso con la mujer, quería que desapareciera de sus vidas, quería que no molestara a Sara, no deseaba en su vida nada que la perturbara y era evidente que su madre, era definitivamente un inconveniente para su felicidad, esa mujer se podía convertir en una desgracia en sus vidas, no le daba buen aspecto.—Voy a darle el doble, a cambio de que no aparezca más en nuestras vidas —propuso Iván, no tenía idea de que se estaba equivocando, porque esa mujer no se quedaría tranquila tan fácilmente y lo que estaba haciendo traería graves consecuencias.La mujer sonrió ante su propuesta.—Me encantan las propuestas que hace, con razón es un hombre de negocios —dijo la madre de Sara con una sonrisa.Iván le hizo dos cheques, y se los entregó. Marcelina sonrió feliz, luego recordó su papel y simuló una expresión de tristeza.—Esto servirá para ayudar con el tratamiento de mi esposo, definitivamente usted es un ángel.Iván le causó repulsi
Valentina no podía creer las palabras de su amiga, ella siempre había confiado en Iván, pues desde el principio Luke le habían dicho que era un buen hombre y ella misma lo había notado. Pero ahora no sabía qué pensar, ni cómo reaccionar. Enjuagó las lágrimas de Sara, mientras la consolaba porque no dejaba de llorar con un sentimiento tan profundo que le arrugaba su corazón.—No te preocupes, Sara —le dijo Valentina con cariño— vamos a encontrar la verdad. Hablaré con Luke y él me ayudará a investigar lo que sucedió. Debes tratar de tranquilizarte, no puedes acusarlos antes de estar segura —pronunció mientras la sentaba en el sofá e intentaba convencerla de que debían ser cautelosos.—Si no es lo que pienso, ¿Qué otra cosa puede ser? —preguntó un poco más calmada—, ¿Por qué se está escondiendo?—Debe haber una razón, yo no veo a Iván capaz de hacer cosas que te causen daño, ese hombre te ama —expresó Valentina—, si a la bruja de Fernanda nunca la engañó menos lo hará contigo que ve a t
Iván se tardó más de lo que imaginaba, estaba distraído, pensando de manera reiterada en su situación, no podía soportar esa profunda tristeza que tenía entre pecho y espalda, sentía que se ahogaba.Al llegar a casa de Luke, después de pasar la garita de seguridad, se dio cuenta de que solo había dos grandes focos iluminando el inmenso jardín, estacionó el automóvil en frente de la entrada, caminó hacia la puerta, apenas llego le abrió el propio Luke.—Amigo ¿Qué pasa? Pareces un fantasma de lo pálido que éstas ¿Te sientes bien? ¿Cómo está todo? —lo saludó como siempre de manera afectuosa.—Hola, aquí tratando de entender a Sara, necesito desahogarme contigo ¿Dónde están Iker y Paolo? —interrogó mientras caminaban a la sala de estar y ojeaba el lugar.—Los envié a acostar, una porque si llega Valentina y ve que están despiertos a esta hora me va a formar un lío, dicen que los niños deben acostarse más tardar a las diez de la noche y hoy se acostaron a la media noche y dos, porque te s
Valentina había ido con sus amigas a una tasca restaurante, aunque ellas estaban brindando con jugos de fresas, porque por razones obvias no podían consumir bebidas alcohólicas. Sara le contaba a Nidia sus sospechas, mientras esta se negaba a creerle.—No Sara, me vas a perdonar, pero Iván se nota que no es así, ese muchacho es un hombre bueno, centrado, no es capaz de montarte los cuernos —refutó Nidia.—Yo opino lo mismo, si no quiso tener intimidad contigo hasta no divorciarse de la bruja, porque no deseaba que nadie te señalara ¿Crees que se va a atrever a andar con otra por allí? No, ese no es Iván —lo defendió Valentina una vez más.—Definitivamente, ustedes son fans de Iván —dijo Sara con resentimiento, pero eso no limitó al par de mujeres quienes respondieron al unísono.—¡Siii! —luego soltaron las carcajadas.—¿Y cómo explican ustedes que le esté dando veinte mil euros a alguien que ni siquiera registró en el talonario de la chequera? ¿Por qué no los colocó? ¿En qué lo afect
Sara miró a Valentina con expresión preocupada. Sabía que tenía razón, independientemente que haya sido sin intención, la verdad es que allí estaba él totalmente ebrio producto seguro del despecho de no saber nada de ella. La mujer suspiró profundo, se acercó a Iván y besó con suavidad sus labios. Seguía durmiendo profundamente. Le tocó la frente, lo miró a los ojos y le habló en voz baja. —Iván amor, ya llegué, despiértate para que te pases a la habitación, así estarás más cómodo —pidió la chica. Valentina vio cómo Sara acariciaba tiernamente la frente de Iván, con su voz llena de amor y compasión y sonrió, sin embargo, él solo se giró y siguió durmiendo. —Creo que lo dejaré aquí, está demasiado borracho y no creo que yo pueda llevarlo hasta la habitación. Ella se levantó y caminó a la habitación, sin embargo, no pudo conciliar el sueño pensando en lo que había ocurrido. —¿Por qué no me dijo? Debió decirme la verdad —se dijo, y ahora se sentía culpable, porque había sido injust
La habitación quedó en absoluto silencio. Era como si el tiempo se hubiese detenido, el tictac del reloj de pared, contagiaba el ambiente con una atmósfera cargada de emociones. Los ojos de él se abrieron como platos, sus labios se curvaron en una mueca de sorpresa.El impacto de aquellas palabras había sido tan profundo que hasta el aire parecía haberse suspendido. La mirada de él se desvió hacia la prueba de embarazo, como si no pudiese creerlo. Sus mejillas adquirieron un tono rosado y sus ojos se humedecieron al ver las dos rayitas que indicaban que sería padre por segunda vez. Ella también se sentía abrumada, pero era una sensación diferente. Su interior estaba llenó de una felicidad indescriptible, que la empujaba a contener el llanto. En aquel momento, todo lo que deseaba era abrazar a su marido y disfrutar junto a él de aquel momento tan especial.Iván, con los ojos aún muy abiertos, se dirigió a ella con una voz que reflejaba la incertidumbre: —¿Estás segura? A lo que ell
Los amigos se abrazaron alegres, compartieron un abrazo lleno de felicidad, estaban tan emocionados que terminaron llorando los dos.—No puedo creer que vayamos a tener un bebé al mismo tiempo —dijo Luke visiblemente conmovido.—Si es un niño el mío y el tuyo es niña, los comprometeremos —expresó un emocionado Iván.—¡Me parece genial! Así nosotros seríamos consuegros y coabuelos —manifestó Luke, mientras caminaba y servía dos vasos de vino para celebrar, mientras sus esposas los miraban, una de ellas como si se hubieran vuelto locos.—¿Los estás escuchando? Debemos darle un parado a este par, porque nuestros niños tienen derecho a enamorarse como quieran —protestó Sara, pero vio a su amiga complacida con las palabras de los hombres que terminó frunciendo el ceño—¿Acaso estás de acuerdo con la propuesta de ellos dos?—Dime ¿Por qué tendríamos que oponernos? Si cuando crezcan si no se quieren bien, pueden hacer lo que deseen, pero desde ahorita podemos ir inculcándole a estar juntos, t
Dos meses después.Los días pasaron lentamente para Iván y Sara. Desde que arreglaron su situación habían pasado unos meses llenos de una felicidad sin límites para ellos. Una felicidad tan grande que parecía como si estuvieran viviendo en una eterna luna de miel.Cada día traía consigo nuevas sorpresas y descubrimientos para la pareja. La vida era una constante aventura, incluso para los pequeños gestos que formaban parte de la relación cotidiana. La casa siempre estaba llena de risas, amor y alegría, ninguno de ellos imaginó ser tan felices como lo eran en ese momento.Lo que ellos tenían era un amor profundo, sincero, y verdadero el que los unía. Y cada día que pasaba, se reforzaba un poco más, como si el tiempo fuera, haciendo que ese amor se hiciera cada vez más grande.Iván y Sara pasaban todos los días juntos. Paseaban por los parques con Marieh, iban al cine, y se pasaban las tardes paseando por la playa junto con su pequeña niña que disfrutaba con ellos. Eran momentos mágicos