Dos meses después.Los días pasaron lentamente para Iván y Sara. Desde que arreglaron su situación habían pasado unos meses llenos de una felicidad sin límites para ellos. Una felicidad tan grande que parecía como si estuvieran viviendo en una eterna luna de miel.Cada día traía consigo nuevas sorpresas y descubrimientos para la pareja. La vida era una constante aventura, incluso para los pequeños gestos que formaban parte de la relación cotidiana. La casa siempre estaba llena de risas, amor y alegría, ninguno de ellos imaginó ser tan felices como lo eran en ese momento.Lo que ellos tenían era un amor profundo, sincero, y verdadero el que los unía. Y cada día que pasaba, se reforzaba un poco más, como si el tiempo fuera, haciendo que ese amor se hiciera cada vez más grande.Iván y Sara pasaban todos los días juntos. Paseaban por los parques con Marieh, iban al cine, y se pasaban las tardes paseando por la playa junto con su pequeña niña que disfrutaba con ellos. Eran momentos mágicos
Sara despertó con un dolor de cabeza palpitante que le recorría el cráneo de un lado a otro. Abrió los ojos con lentitud y miró a su alrededor. Estaba en su apartamento, tirada en el suelo, en el medio de la sala, por un momento estuvo desorientada. No sabía cuánto tiempo había estado allí, intentó moverse y al hacerlo, el dolor aumentó aún más. Cerró los ojos con fuerza, tratando de contener su respiración. Su mente comenzó a hacerle preguntas y preocupaciones que se fueron sumando una tras otra. Entonces, recordó el miedo que la embargó en la habitación, la sensación de que algo no iba bien, de que algo andaba mal. Inspiró profundamente y se obligó a levantarse, le dolía todo como si le hubieran caído a palo, se sentía débil, pero el miedo de no saber qué estaba pasando la impulsó a levantarse. Intentó ponerse en marcha, pero sus piernas temblaban tanto que apenas podía sostenerse en pie; tratando de calmarse respiraba profundamente para contener las lágrimas que amenazaban con d
Iván se fue con los agentes policiales, llegaron a la casa del taxista, cuando tocaron la puerta, un hombre abrió y se sorprendió al ver a la policía.—Buenas tardes. Buscamos al propietario del taxi.—Soy yo —respondió el hombre poniéndose nervioso.—Solo queremos hacerle un par de preguntas relacionadas con un caso que estamos investigando.—Claro, no tengo problema en responderle a cualquiera de sus preguntas —respondió el hombre de manera colaboradora con la autoridad.—¿A su auto subió hace algunas unas horas una pareja? —ante la pregunta el hombre asintió.—Si de mediana edad, los dejé a unos treinta kilómetros de aquí. Ellos iban discutiendo porque la señora le reclamó al marido que por qué había golpeado a su hija si estaba embarazada y que no creía que haberse llevado a la niña hubiese sido una muy buena idea porque tenía un padre poderoso y con mucho dinero y eso les traería más problemas que beneficios… que cómo ella había manejado las cosas estuvo bien.—Necesitamos la dir
Los médicos se apresuraron a llevar a Sara a emergencias para tratar de salvarla y al bebé. Marieh los miraba con una mezcla de curiosidad, miedo, sin entender bien lo que ocurría a su alrededor. Entretanto, Luke trataba de tranquilizar a Iván para calmar sus temores.—Tranquilo amigo, va a estar bien, ella es una mujer fuerte, no se dejará vencer, ella siempre ha sido una guerrera —dijo el hombre tratando de tranquilizarlo con sus palabras.Él asintió, porque no se creyó capaz de pronunciar palabra alguna, el nudo en su garganta le impidió hablar, se llevó las manos a la cabeza, por completo desesperado, su teléfono celular sonó, pero la verdad es que él no quería responder ni hablar con nadie, por eso Luke fue quien lo hizo.Era su madre, Luke le explicó lo que estaba sucediendo con Iván, no debieron esperar mucho tiempo, para verlos allí dándole todo el apoyo que su hijo necesitaba. Sus padres estaban allí, preocupados por el estado de su hijo, se acercaron a él y lo abrazaron, y a
Por un momento ella se quedó pensativa, tenía emociones encontradas, por una parte, le agradecía que haya rescatado a la niña de las garras de su padre, pero, por otro lado, no quería verla, porque hasta ahora Marcelina no se había comportado como lo hacía una madre.—No, no quiero verla aún, lo siento, pero aunque haya rescatado a Marieh, no quiero verla… si puedes darle dinero por si necesita algo que me llame… la ayudaré, pero no puedo tratarla como una madre, porque hasta ahora ella no se comportó como una. Lo siento —dijo sintiéndose un poco mal por lo que estaba ocurriendo.—No tienes por qué disculparte, te entiendo perfectamente mi amor… yo le diré que no puedes verla, tranquila que me encargaré de ella.Cuando Sara lo vio salir, se sintió un poco preocupada, pero es que no estaba en ella, era inevitable sentir animadversión por ella, no tanto por haberles sacado dinero, sino porque en el pasado jamás la defendió del monstruo de su padre. Al momento de salir Iván, la mujer se
Luke e Iván, permanecían sentados uno al lado del otro en las incómodas sillas de la sala de espera, y la tensión entre ellos era palpable. A su alrededor, sus familias llenaban la sala, los Ferrari, Márquez, Almeida, Sebastini, Rocco, Amorim, Oliveira, Lombardi, todas relacionadas con ellos de algún modo, y todo el piso prácticamente les pertenecía. La emoción y la expectación eran casi tangibles, al igual que el miedo exacerbado de los futuros padres.Los dedos de Iván se crisparon contra sus rodillas, su mirada vidriosa y desenfocada. Vestía su habitual traje gris claro, con el pelo oscuro revuelto por la agitación con que se lo había pasado por las manos.A su lado, Luke hacía todo lo posible por parecer tranquilo, pero sus brazos cruzados lo delataban. Aunque su rostro estaba inmóvil, sus ojos estaban muy abiertos y alerta, casi como si esperara que el peligro entrara por la puerta en cualquier momento. Iba vestido de manera informal con unos vaqueros y una camiseta, y llevaba e
La historia de Paolo Ferrari y Roxy Herrero. Sinopsis Paolo Ferrari conoció a Roxy cuando tan solo eran unos niños, y desde ese momento supo que su corazón se aceleraba cuando estaba junto a ella, aunque nunca se lo hizo saber; por circunstancias del destino la familia de la joven cambió de ciudad y sus caminos se separaron. Doce años después por un par de maletas equivocadas, sus destinos se vuelven a cruzar y él está dispuesto a decirle todo eso que no dijo en el pasado, pero hay un problema, ella ya no lo recuerda. Roxy Herrero, perdió la memoria en un accidente, cuando tenía quince años y no recuerda nada de su pasado, por eso cuando ve a ese hombre frente a ella diciéndole que fueron muy cercanos en la infancia, lo ve como si estuviera loco, pero el hombre es tan insistente que se ha convertido en su sombra y no sabe cómo echarlo, aunque tampoco está segura de querer hacerlo. Capítulo 1 ¡Esa maleta es mía! Roxy suspiró mientras subía al avión, estuvo a punto de perderlo, De
Roxy comió de manera animada, disfrutó cada plato típico español que le sirvieron, realmente pidió más de lo que era capaz de comer, pero es que quería encontrar esos recuerdos que había perdido. Cerró los ojos con cada bocado, tratando de ver si a través de los sabores podía conectar con sus recuerdos, y aunque lo disfrutó no recordó nada. Resignada llamó al mesonero.—Podría por favor darme la cuenta —pidió con amabilidad.—Por supuesto señorita —respondió el hombre y en menos de cinco minutos tenía la cuenta.Pagó y luego se levantó con mejor ánimo, tomó su maleta, sin siquiera darse cuenta de que había otra igual y caminó fuera del restaurante, caminó con celeridad por los pasillos del aeropuerto, cuando estuvo en el exterior, sacó la mano para subirse en el taxi.Justo en ese momento vio a un hombre gritando y corriendo como si quisiera tomar el taxi que había detenido, y como ella corría más rápido, sin pérdida de tiempo, subió la maleta y se sentó con prisa, cerró la puerta de