Cuando Valentina llegó al hospital, tuvo la sensación como si tuviera una bandada de pájaros en su estómago. Estaba sudando, su corazón estaba lleno de remordimientos. Con la mirada llena de temor, se sentía como si estuviera sumergida en un mar de inseguridades.Cuando el médico comenzó a atenderla no perdió tiempo en preguntarle:—¿Qué le ocurrió? Dígame —ella hizo un gesto para que viera su pantalón y el médico vio la sangre en su ropa y suspiró.Ella respiró profundo y dijo con voz temblorosa:—Me accidenté en el trabajo… me cayeron encima unas cajas, no sé por qué sucedió, pero por favor ayúdeme a salvar a mi hijo, no quiero que muera —pronunció en tono suplicante.—Traté de calmarse, ya veremos que ocurre, le haremos un eco y esperemos que todo esté bien.Cuando el médico comenzó a revisarla el corazón de Valentina se aceleró, sentía que su cuerpo temblaba, el nudo en la garganta la ahogaba, mientras le suplicaba al cielo que su hijo estuviera bien, no se lo perdonaría si llegar
—¡Ay Valentina! La vida es así, nunca nadie quiere que las cosas le salgan mal, uno planifica y se imagina que todo saldrá perfectamente, pero al momento de que ocurran las cosas no se dan bien —dijo con un suspiro—, no te voy a decir que me pondré a bailar con la noticia vista la situación en la que estás, pero al final de cuentas esas criaturas son una bendición, te voy a decir algo hija, esos pedacitos de ti que crecen en tu interior, te deben hacer más fuerte y más hermosa, deben ser los motores que te impulsen a seguir adelante, no los dejes morir, ni te des por vencida, protege esos pequeñitos como una pantera protegería a sus crías. Eso es una lección de vida, eres una mujer maravillosa, debes ser fuerte y confiar, porque eres más grande que todo lo que te rodea y que cualquier mal momento que estés pasando —dijo su madre y Valentina no pudo aguantar el llanto.—Lo siento, mamá —murmuró la joven entre lágrimas.—No tienes por qué pedir disculpas, mi amor. Estoy aquí para ayud
Valentina se despertó en la habitación de un hospital. Todo el cuerpo le dolía y la cabeza le daba vueltas. Llevó la mano a su vientre y se dio cuenta de que sus hijos ya no estaban en su interior. Intentó hablar, pero solo le salió una especie de chillido, las palabras se quedaron atoradas en su garganta, la cual le ardía como si la tuviera en carne viva.Trató de coordinar sus pensamientos, de recordar lo ocurrido, pero todo era un caos, su único objetivo era salir de aquella habitación y preguntar por sus bebés. Tenía la sensación de que algo estaba mal, se recordó que justo se desmayó cuando estaba naciendo su segundo hijo, pero no recordaba haberlo visto, se molestó consigo misma, porque debió haberse mantenido despierta, sollozó al imaginarse a sus hijos prematuros, siendo bañados por la lluvia, no pudo contener el caudal de lágrimas que brotaron de sus ojos.Apretó las manos en un puño y se armó de valor para llamar a alguna enfermera.—Hola, ¿Hay alguien por aquí? Por favor,
Ocho meses antesCuando Luke dejó a Valentina se fue al hotel donde se estaba hospedando, en vez de recoger sus cosas, decidió aprovechar los minutos para escribirle una nota a la chica y reservar por más tiempo el hotel.“Amada Valentina,Antes que todo, te pido disculpas por irme de esta manera tan sorpresiva, dudé en despertarte, pero te vi durmiendo tan plácidamente, que no quise perturbar tu sueño, primero, debo informarte que debo regresar urgente a casa, mi bisabuela, la abuela de mi padre, está agonizando en el hospital, viviendo sus últimos momentos, y debo ir a darle el último adiós y acompañar a la familia en estos duros momentos, en otra circunstancia te habría llevado conmigo, les hablaré a mis padres de ti, para luego venir a buscarte y llevarte a conocerlos, te va a encantar pertenecer a ese clan.No te vayas a asustar con lo que voy a decirte en estas líneas, pero no tengo la menor duda de que me he enamorado de ti, no me preguntes como lo sé, basta con saber que lo si
Luke se quedó con la cabeza apoyada en la cama solo recordando los momentos vividos con su abuela, sus comidas, consejos, el amor que les sembró por sus raíces mexicanas, todo lo que vivió nostálgica porque siempre quiso regresar a su tierra y nunca lo hizo en vida, aunque lo que más lamentó fue no haber podido presentar a Valentina.Le pareció estar escuchando su voz, cuando empezó a gustarles las chicas para salir con ellas y le pidió consejos.—Abuela, ¿Cómo sé cuál va a ser la chica con la que quiero pasar el resto de mi vida? Todo esto es muy complicado, son tantas y todas bonitas, nunca lo voy a saber y seguramente, la dejo escapar y viviré infeliz por siempre.La abuela se sonrío ante las ocurrencias de su nieto, aunque se decía que no se tenían preferidos, la verdad es que Alicia había conectado con él, porque era él más parecido a su difunto marido, era sensible, leal, aunque a veces un poco inseguro y durante el tiempo que pasaba con él, trataba de trabajar ese rasgo en él p
Luke estaba furioso con el hombre frente a él, a punto de explotar de la rabia, en ese momento el gerente se dio cuenta de que se había expuesto y que ese desliz podía provocarle un grave problema, por eso quiso apaciguar las cosas.—Disculpe señor, por favor, pasemos a la oficina y allí hablaremos de ese tema, yo allí le explico todo lo que necesite saber.Luke suspiró con impotencia y sin responder ninguna palabra asintió.El gerente lo guio mientras maquinaba lo que iba a decirle, por nada del mundo le confesaría que había despedido a la mujer.Cuando lo invitó a sentarse enseguida le preguntó.—¿Qué va a tomar? ¿Refresco, un vino, agua? —preguntó con aparente amabilidad, pero eso molestó más a Luke.—Mire señor, dejemos algo en claro, no me interesa socializar con usted, no quiero hacerme su amigo, ni me importa siquiera conocerlo, lo único que me interesa de usted es que me explique ¿Dónde está Valentina?El hombre tragó grueso y comenzó a hablar.—Ella no está aquí —dijo el homb
Valentina se quedó viendo al médico con su cuerpo tembloroso, allí supo lo que era tener la vida colgando de un hilo, porque si su hijo moría, ella ya no tendría razón alguna para seguir luchando. De sus ojos empezaron a brotar gruesas lágrimas, su corazón estaba a punto de estallar y no podía evitar sentir ese profundo miedo que le empezaba a carcomer la fe que momentos antes había sentido. Ella sabía que el hombre sentado frente a ella tenía la respuesta a su pregunta más importante, pero no sabía por qué razón, permanecía sin responderle, por eso la repitió. —Por favor… no calle más… dígame ¿Dónde está mi bebé? —pronunció en tono titubeante, estaba tan temerosa que le costaba respirar. El médico comenzó a hablar, pero tenía la impresión de que las palabras del hombre estaban en una lengua desconocida, como si estuvieran bajo el agua. Incluso puso su mayor esfuerzo para entenderlo, pero no podía comprender completamente lo que el médico estaba tratando de decirle, no sabía si era
Valentina esperaba ansiosa la respuesta del hombre, con una mezcla de ansiedad y alegría, no sabía qué situación había cambiado en su vida, pero sentía un optimismo que hacía tiempo que no sentía.Después de lo ocurrido en el pasado y la muerte de uno de sus hijos, había pensado que el destino se seguiría ensañando en su contra, pero al haber sobrevivido Paolo y encontrase sano, y ahora ella estar allí, a punto de ser contratada, tenía la sensación de que su futuro y el de su hijo se vislumbraba mejor.—Señor, si no me da su veredicto, va a tener que lidiar con una emergencia, porque le juro que estoy a punto de infartarme —dijo frotándose una mano con la otra de manera nerviosa, el hombre sonrió y extendió la mano.—Bienvenida a las empresas Marinos. Espero que el ambiente de trabajo sea de su agrado. Apenas el hombre habló, ella pegó un grito y comenzó a brincar emocionada, con tanta alegría que hasta terminó besando la frente de su nuevo jefe tomándolo por sorpresa.—Disculpe seño