Luke se quedó con la cabeza apoyada en la cama solo recordando los momentos vividos con su abuela, sus comidas, consejos, el amor que les sembró por sus raíces mexicanas, todo lo que vivió nostálgica porque siempre quiso regresar a su tierra y nunca lo hizo en vida, aunque lo que más lamentó fue no haber podido presentar a Valentina.Le pareció estar escuchando su voz, cuando empezó a gustarles las chicas para salir con ellas y le pidió consejos.—Abuela, ¿Cómo sé cuál va a ser la chica con la que quiero pasar el resto de mi vida? Todo esto es muy complicado, son tantas y todas bonitas, nunca lo voy a saber y seguramente, la dejo escapar y viviré infeliz por siempre.La abuela se sonrío ante las ocurrencias de su nieto, aunque se decía que no se tenían preferidos, la verdad es que Alicia había conectado con él, porque era él más parecido a su difunto marido, era sensible, leal, aunque a veces un poco inseguro y durante el tiempo que pasaba con él, trataba de trabajar ese rasgo en él p
Luke estaba furioso con el hombre frente a él, a punto de explotar de la rabia, en ese momento el gerente se dio cuenta de que se había expuesto y que ese desliz podía provocarle un grave problema, por eso quiso apaciguar las cosas.—Disculpe señor, por favor, pasemos a la oficina y allí hablaremos de ese tema, yo allí le explico todo lo que necesite saber.Luke suspiró con impotencia y sin responder ninguna palabra asintió.El gerente lo guio mientras maquinaba lo que iba a decirle, por nada del mundo le confesaría que había despedido a la mujer.Cuando lo invitó a sentarse enseguida le preguntó.—¿Qué va a tomar? ¿Refresco, un vino, agua? —preguntó con aparente amabilidad, pero eso molestó más a Luke.—Mire señor, dejemos algo en claro, no me interesa socializar con usted, no quiero hacerme su amigo, ni me importa siquiera conocerlo, lo único que me interesa de usted es que me explique ¿Dónde está Valentina?El hombre tragó grueso y comenzó a hablar.—Ella no está aquí —dijo el homb
Valentina se quedó viendo al médico con su cuerpo tembloroso, allí supo lo que era tener la vida colgando de un hilo, porque si su hijo moría, ella ya no tendría razón alguna para seguir luchando. De sus ojos empezaron a brotar gruesas lágrimas, su corazón estaba a punto de estallar y no podía evitar sentir ese profundo miedo que le empezaba a carcomer la fe que momentos antes había sentido. Ella sabía que el hombre sentado frente a ella tenía la respuesta a su pregunta más importante, pero no sabía por qué razón, permanecía sin responderle, por eso la repitió. —Por favor… no calle más… dígame ¿Dónde está mi bebé? —pronunció en tono titubeante, estaba tan temerosa que le costaba respirar. El médico comenzó a hablar, pero tenía la impresión de que las palabras del hombre estaban en una lengua desconocida, como si estuvieran bajo el agua. Incluso puso su mayor esfuerzo para entenderlo, pero no podía comprender completamente lo que el médico estaba tratando de decirle, no sabía si era
Valentina esperaba ansiosa la respuesta del hombre, con una mezcla de ansiedad y alegría, no sabía qué situación había cambiado en su vida, pero sentía un optimismo que hacía tiempo que no sentía.Después de lo ocurrido en el pasado y la muerte de uno de sus hijos, había pensado que el destino se seguiría ensañando en su contra, pero al haber sobrevivido Paolo y encontrase sano, y ahora ella estar allí, a punto de ser contratada, tenía la sensación de que su futuro y el de su hijo se vislumbraba mejor.—Señor, si no me da su veredicto, va a tener que lidiar con una emergencia, porque le juro que estoy a punto de infartarme —dijo frotándose una mano con la otra de manera nerviosa, el hombre sonrió y extendió la mano.—Bienvenida a las empresas Marinos. Espero que el ambiente de trabajo sea de su agrado. Apenas el hombre habló, ella pegó un grito y comenzó a brincar emocionada, con tanta alegría que hasta terminó besando la frente de su nuevo jefe tomándolo por sorpresa.—Disculpe seño
Capítulo 16. ¿Una esperanza? Valentina en un principio se sintió confundida por las palabras del doctor e incluso se preocupó por la noticia, porque eso le resultaba demasiado misterioso. —Yo pensé que había sido alguien cercano a usted. —No doctor, cuando le dije que no tenía a nadie aquí no le mentí, pero quiero saber quién me ayudó ¿Puede usted averiguarme la identidad de la persona que lo hizo? —Realmente es un tanto difícil, porque administración muchas veces oculta la identidad de esas personas que dan donativos, sin embargo, intentaré encontrar la información, aunque piense que puede ser una búsqueda difícil de encontrar. —Muchas gracias, doctor, de verdad que estaré siempre agradecida con usted, por lo que hizo por mi hijo. —De nada, es mi deber como médico. Valentina se despidió, vio la dirección que le dio el doctor sobre donde estaba su hijo, quería ir a visitarla, pero al mismo tiempo pensaba que quizás no era bueno ir con Paolo, ni sola, al final decidió pedirle a
Valentina no pudo contener su emoción al escuchar las palabras de su amiga. El momento fue tan poderoso que los sentimientos la inundaron, las lágrimas se mezclaron con la sonrisa de sus labios.—¡Mi hijo vivo! —exclamó sin casi poder ver, producto de sus ojos anegados.Sara se acercó a ella, la tomó de la mano y le dijo.—Amiga, dije eso porque debes averiguar bien, quizás esa tumba de tu hijo si exista, pero tampoco me gustaría darte falsas esperanzas. Necesitas mantener la calma y no perder el foco. Mañana iremos al cementerio para ver donde está sepultado el bebé. Solo recuerda que, si me necesitas, estaré aquí para ayudarte. Pero debes mantener la cabeza fría, para que puedas pensar con objetividad.Valentina miró a su amiga con una expresión mezcla de alegría y temor, no pudo controlar las lágrimas, en su interior sentía un rayo de esperanza. Y aunque Sara la estaba diciendo que no se ilusionara, no podía evitar hacerlo.—Gracias, Sara —dijo Valentina, y se abrazaron por un lar
Valentina llegó temprano junto con Sara al Centro Comercial, para limpiarlo antes de que se abriera al público, su amiga decidió ser ella quien ingresara al bebé porque por ser ella nueva, los guardias de seguridad le prestarían más atención.Cuando entraron, Sara fue la encargada de darle las instrucciones e indicarles las tareas que haría, Se encargó de explicarle todos los detalles y las precauciones que debía tomar.—Valentina, creo que lo mejor es que yo tenga al bebé, si me descubren, por el tiempo que tengo trabajando no me van a echar, yo sabré cómo responderle, pero si lo tienes tú y te ven, pueden rescindir de tu servicio.NO TE PRESTES A SACAR, DISTRIBUIR NI A LEER MIS LIBROS EN PDFS, ES UNA VIOLACIÓN DE MI DERECHO DE AUTOR.—¿Y cómo vamos a hacer cuando llegue la hora de alimentarlo? —interrogó con preocupación de terminar echada, apenas empezando a trabajar.—¿Cuántas horas le falta para comer?—Dentro de hora y media le toca.—Entonces en ese lapso, nos encontraremos en
Valentina trató de calmar la respiración, tenía la sensación de que colapsaría, mientras caminaba por el pasillo hacia el despacho del supervisor, temiendo lo peor. Su mente evocaba los momentos cuando fue despedida de su trabajo anterior, temía que le pasara lo mismo.Se llevó la mano a la cabeza en un gesto de desesperación, sus pasos eran lentos, mientras que el camino se le hacía eterno, sentía que sus piernas flaqueaban y su corazón latía desbocado en su pecho. Se preguntaba qué iba a hacer si la despedían de ese trabajo. La necesitaba para poder seguir dando de comer a su hijo, para poder mantener el techo sobre sus cabezas y también para poder comprarle todo lo que anhelaba darle. Sus lágrimas inundaron sus mejillas.Cuando llegaron a la oficina, el hombre le indicó que tomara asiento en una silla frente al escritorio. Valentina estaba temblando de miedo por lo que podría suceder, mientras acunaba a su hijo en sus brazos, no pudo evitar recorrer el lugar con sus ojos, llamándol