Tarah Kontos El rostro de Alexis se llenó de furia y sus ojos despedían una mirada asesina mientras se levantaba de la mesa, con la clara intención de ir a buscar a mi hermano. Mi corazón latió con fuerza al verlo caminar hacia la salida, preocupada por lo que podría suceder a continuación. Lo retuve sosteniéndolo con fuerza del brazo. —¡No hagas eso! Estás actuando como no debes. Sabes que tu hija ha sufrido mucho, y después de conocer a mi hermano sonríe y es feliz, de estar embarazada para ella sería una absoluta felicidad y para él también. Porque ambos se aman ¿Acaso no lo has visto? —Tu hermano no solo se atrevió a comerse el mandado antes, sino que de paso dejó embarazada a mi hija —pronunció indignado. —¿Y qué? Ella no es ninguna chiquita, no puedes oponerte ahora a Zachary, cuando debiste hacerlo fue cuando se casó con Anthony y era casi una niña, no lo hiciste, por el contrario, la apoyaste, incluso no me dejaste a mí a que desenmascarara al desgraciado, ahora me parec
Emma LeytonMis ojos se abrieron como platos al reconocer al abogado Maxwell Crane en ese comprometedor acto en el baño del centro nocturno. La sorpresa, el asco y la incredulidad, se mezclaron en mi interior mientras me mantenía paralizada en la puerta del cubículo.El tiempo pareció congelarse mientras mis pensamientos se agitaban. ¿Cómo podía ser esto posible? ¿Por qué este hombre tenía que estar en un sitio público sin reparo haciendo esos espectáculos?Una oleada de emociones me invadió, desde la furia hasta la confusión, no pude contenerme, mi lengua parecía tener vida propia.—¡¡Es usted un asqueroso!! ¿Cómo puede agarrar un baño público para hacer sus cochinadas? —espeté con indignación, sin poder contener mi sorpresa y repulsión. Mi voz resonó en el pequeño espacio, atrayendo la atención de las personas que entraban al baño.Maxwell Crane se sobresaltó y la mujer que lo acompañaba dejó escapar un grito de sorpresa antes de ponerse de pie rápidamente. La mirada de ambos se en
Emma Leyton Mi apartamento, que antes era mi refugio, ahora era un caos. La sensación de invasión y vulnerabilidad me invadió de inmediato. Me había enfrentado a peligros y amenazas antes, pero ver mi espacio personal destrozado era una experiencia completamente diferente.Comencé a inspeccionar los daños en busca de pistas, tratando de averiguar quién podría estar detrás de este ataque. El desorden era total, a pesar de todo cerré la puerta y subí a revisar donde estaban los documentos y vi que seguían allí.Entendí que la llamada había sido una trampa para sacarme de casa y robarme la información que había levantado, porque era obvio que el intruso había buscado específicamente esa información.Mientras observaba los destrozos en mi apartamento, me di cuenta de que necesitaba contactar a las autoridades, pero al hacerlo, corría el riesgo de exponer mi investigación a un escrutinio no deseado, además, no sabía hasta qué punto los mismos órganos policiales estaban siendo manipulados
Emma LeytonMis músculos se tensaron y mi respiración se aceleró, mientras el hombre desconocido me tenía agarrada y oculta detrás de la pared del edificio, sin permitirme moverme, por lo cual no podía ver su rostro. Mi corazón latió con fuerza y el miedo me invadió mientras trataba de encontrar una salida a esa situación.No tenía idea de quién era el hombre que me perseguía y desconocía la identidad del que me cubría la boca, no sabía si era cómplice del que dejé atrás o si ambos formaban parte de los que habían irrumpido en mi apartamento. La incertidumbre me atormentaba, y las posibles explicaciones se agitaban en mi cabeza. El desconocido mantuvo su mano sobre mi boca, y pude sentir la tensión en su cuerpo mientras escuchábamos los pasos del perseguidor acercándose. Cerré los ojos con fuerza, tratando de mantener la calma y encontrar una solución para escapar de esta pesadilla.Los pasos se hicieron más cercanos, y el desconocido apretó su agarre sobre mí, para mí alivio el pers
Tarah Kontos La alarma llenó la habitación sacándome de mi sueño profundo, abrí los ojos lentamente y sentí el peso de la pierna de Alexis en la mía y su mano en mi cintura, era una deliciosa sensación aunque me hubiese gustado quedarme allí disfrutando de la compañía de mi esposo, sabía que no podía porque me había comprometido de llevar a Thalía al médico. Cuando hice amago de levantarme, Alexis me retuvo y no me dejó levantar. —¿Dónde vas? ¡Quédate conmigo! —exclamó. —No puedo amor, debo ir a llevar a Thalía al médico —le dije y él hizo un puchero con resignación. —Está bien —se inclinó y me dio un beso en los labios y aunque era una tentación quedarme con él, invoqué a mi fuerza de voluntad y me terminé levantando. Caminé al baño, me duché rápidamente y me vestí. Mientras me preparaba, mi mente divagaba sobre la cita médica de Thalía. Si resultaba embarazada, mi hermano se pondría feliz, primero porque ella era el amor de su vida y dos porque estaba ansioso por tener un hijo.
Zachary Hall.—Claro que sí, cuando llegué aquí estaba furioso cuando supe que ese hombre se había burlado de mi hermana, estaba decidido a hacerle pagar y la mejor forma de hacerlo era a través de su punto vulnerable, su hija…, pero hermano ocurrió algo inesperado, me enamoré de ella sin saber quién era, incluso creí que era alguna de las chicas de servicio, la vi vulnerable, frágil y mi deseo de protegerla para siempre creció en mi interior. —¿Te enamoraste? —me preguntó mi hermano Landon.—¡Como un loco! —le respondí con una sonrisa—, ya la vas a conocer, mi niña es tierna, dulce, te juro que ella solo inspira amor. Iremos a la casa de mi suegro para que la conozcas, porque con esa mujer yo quiero todo, casarme, tener hijos, y envejecer con ella.—Sí que te enamoraste, y ahora que lo pienso ustedes son un matrimonio con vínculo complicado, porque Tarah no solo es tu hermana, sino también tu suegrastra, tu suegro, también es cuñado, tus hijos serán también tus sobrinos nietos, a la
Alexis Kontos Estaba demasiado furioso, porque mis hijos para mí eran junto con ella lo más importante en mi vida y si no le dije nada a Tarah después de la confesión sobre su hermano, fue porque no quería decirle nada hiriente, pero la verdad es que me sentía traicionado, pensé que amaba a mi hija, pero ahora eso me hacía pensar que tal vez me engañó, porque no me explicaba cómo pude permitirle a su hermano hacerle daño a Thalía, sabiendo que era vulnerable.Me arrepentía mil veces de no haberle hecho caso a mi instinto, debí agarrar a mi hija y llevarla lejos de Zachary, pero me dejé llevar por las palabras de Tarah, ahora si le pasa algo a mi pequeña no voy a poder soportarlo.Sentía un nudo en la garganta, mientras conducía las mezcla de sentimientos hacían mellas en mi interior, tristeza, dolor por lo que seguro estaba sintiendo mi hija, decepción conmigo mismo porque por más que me esforzaba no podía ser un buen padre, y rabia con Zachary, porque había confiado en él, pensé que
Zachary HallLa culpa no me dejaba tranquilo, me merecía cada golpe que me dio Alexis, por eso no me defendí, ni me protegí, porque yo estaba enojado conmigo mismo, por haber sido descuidado, por no haberle dicho a Thalía toda la verdad, si lo hubiese hecho desde un principio no habíamos llegado a esa situación.Conduje mirando a todos lados, dando vueltas en círculo por las calles aledañas a mi edificio, sin dejar de mirar a los lados.—Mi amor, debiste confiar en mí, yo jamás sería capaz de hacerte daño —pronuncié en voz alta, sintiéndome atormentado de solo pensar en cómo ella seguramente se estaba sintiendo.De pronto, cuando pase frente a un parque, fruncí el ceño al ver una mujer sentada en un banco, me di cuenta de que era Thalía, me estacioné y caminé hacia ella, pero mientras lo hacía vi a un hombre que se le acercó y cuando ella se giró se le lanzó encima, le cubrió la boca con un pañuelo, y segundos después ella se desmayó, el hombre la alzó en brazos, y yo salí corriendo p