Jessica FernándezMis músculos se tensaron ante la idea de seguir a un extraño a un lugar desconocido, una parte de mí me decía que estaba siendo imprudente, pero la urgencia por saber la verdad sobre mi hermana superaba cualquier precaución y nublaba mi razonamiento. Asentí con la cabeza, siguiendo al hombre a través del parque hasta que llegamos al inicio de un callejón, caminar por allí me provocó temor, estaba solitario y desolado, un sudor frío recorrió mi columna y me detuve en seco. Es como si de pronto una ráfaga de sentido común hubiese pasado por mi mente.—Espera un momento, ¿Cómo puedo confiar en ti? No sé quién eres ni por qué dices tener información sobre mi hermana ¿Cómo sabes de mí? ¿Cómo obtuviste mi número? —exigí deteniéndome en seco.El hombre se volvió hacia mí, con una mirada seria y un gesto de impaciencia.—No tienes otra opción si quieres respuestas. Puedes irte y nunca saber qué pasó, vivir con tus dudas, o venir conmigo —sus palabras resonaron en mi mente,
Zucker Hall Después de revisar el apartamento en búsqueda de Georgina y no encontrarla, respiré aliviado, en el fondo me alegraba que se hubiera marchado sin dejar rastro, porque lo sucedido entre nosotros había sido un gran error, uno de los peores de mi vida y que no pensaba repetir. Pasé mi mano por el cabello desordenado, mientras caminaba al baño para ducharme, tratando de mantener mis pensamientos a raya y no pensar en lo que había sucedido. Mientras me duchaba, traté de comprender por qué se había ido, seguro se había arrepentido de lo que ocurrió entre nosotros, y la entendía porque yo lo estaba. Estaba molesto conmigo mismo, no podía creer que hubiese salido de Bárbara para caer en manos de otra arpía como Georgina, porque era evidente que era una de ellas. Al parecer yo no terminaba de aprender. Suspiré profundo tratando de contener el caudal de emociones que se agolparon en mi mente, salí del baño mientras una sensación de desconcierto se mezcló con un ligero malestar
Zucker Hall Zucker mantuvo el blíster con las pastillas extendidas hacia mí, mientras yo no dejaba de mirarlo con desconfianza e incredulidad, no pude evitar que mis ojos se abrieran un poco más al escuchar sus palabras. —¿Qué pretendes con esto? —no pude evitar preguntar, retrocediendo un paso, evitando tomar las pastillas. —Solo quiero asegurarme de que no haya sorpresas desagradables, así que tómalas. —La expresión de Zucker era seria, su mirada fija en mí. Yo titubeé por un momento, mirando alternativamente las pastillas y a Zucker. Los nervios parecían consumirme, mi respiración se agitó ligeramente mientras mis ojos se humedecían, porque era la humillación más grande que había tenido en mi vida.. Zucker se mantuvo firme y en un tono severo respondió con una expresión de desprecio. —Mira, no quiero sorpresas, Georgina. No quiero que interfieras en mi vida de alguna manera no deseada, así que tómalas y así me aseguro de que no haya ninguna duda, ya conozco las mujeres como tú
Landon HallLuego de unos minutos de silencio, Jessica pareció más calmada, aunque seguía mirándome con desconfianza.—Está bien, te daré una oportunidad para demostrar tu inocencia. Pero no te confundas, no es porque crea en ti, es porque necesito saber la verdad sobre lo que pasó con mi hermana. Si descubro que estás mintiendo, que tu intención es ocultar algo o que fuiste tú el responsable de sí muerte, no dudaré en hacer lo que sea necesario para encontrar justicia, así sea por mis propias manos —dijo, con firmeza en su voz.Asentí, comprendiendo la gravedad de su situación y la importancia de esclarecer lo sucedido. No podía imaginar el dolor y la frustración que Jessica debía sentir al buscar respuestas sobre la muerte de su hermana.—Entiendo. Haré todo lo posible por encontrar la verdad. El verdadero responsable va a pagar, porque yo no lo hice, por muy molesto que estuviera, jamás sería capaz de asesinar —aseguré.Jessica asintió, aceptando mi oferta, aunque su expresión segu
Landon HallElla me tomó el brazo y yo aparté su mano con asco, no soportaba ver su expresión de hipocresía, estaba tan decepcionado porque lo había dado todo por ella para que saliera con eso.—No hay nada que explicar, Jane. Todo está claro, allí lo tiene, no se trata de un amante, sino que has tenido varios, no te preocupes, no necesitas fingir más. Esto se acabó. Me habría gustado que hubieses sido sincera conmigo y decirme de frente que ya no querías ninguna relación, pero haberlo hecho de esa manera, es ruin, qué decepción, saber que no eres la mujer que yo pensé —dije con firmeza, mi voz apenas conteniendo la decepción y el dolor que sentía.Jane parecía aturdida, sus ojos se llenaron de lágrimas y su semblante reflejó remordimiento. Trató de acercarse, pero me aparté, incapaz de soportar su presencia en ese momento.—Landon, por favor, déjame explicarte, fue un error, yo... —comenzó a decir con voz temblorosa.—¡No hay nada que puedas decir para justificar esto, Jane! —exclamé
Emma LeytonEl tono de la mujer era desgarrador, sus palabras y su voz transmitían una profunda confusión y desesperación. Mis sentidos se agudizaron tratando de comprender mejor mi entorno, pero la oscuridad seguía siendo abrumadora.—Tranquila, ¿Cómo te llamas? ¿Recuerdas tu nombre? —pregunté, intentando mantener la calma y brindarle algo de consuelo en medio de la oscuridad.Hubo un momento de silencio antes de que respondiera con una voz temblorosa.—No lo sé… Marieh… no, ese no, ella es una amiga… no lo recuerdo… ¿Mi niña? ¿Dónde está mi niña? —su voz se llenó de angustia y desconcierto.—Tranquila, no puedo ver nada aquí, pero estoy contigo. ¿Recuerdas cómo llegaste a este lugar? ¿Hay algo más que puedas recordar? —insistí, tratando de obtener más detalles para entender mejor la situación.El ambiente continuaba cargado de tensión, la incertidumbre y la desorientación se sentían palpables en el aire. No había señales visuales en absoluto, lo que dificultaba cualquier intento de
Emma LeytonCuando la luz filtrada a través de la ventana rota dibujó los contornos de su rostro, revelando esos rasgos familiares que habían estado escondidos en la oscuridad, no pude evitar sentir diversas sensaciones en su interior.A pesar de la confusión y el asombro que se reflejaron en sus ojos, algo dentro de mí sabía que era mi madre. Las emociones se agolparon en mi pecho, una mezcla de alegría, incredulidad y esperanza se entrelazaban mientras la miraba fijamente.—¡Oh por Dios! ¡Eres mi madre! —susurré con voz temblorosa—. ¿Eres realmente tú?Ella me miró con confusión, quedándose en silencio, las lágrimas inundaron mis ojos mientras me cubría la boca con sorpresa, incapaz de articular palabras por la abrumadora emoción que me embargaba. Me acerqué vacilante a ella, aún incrédula por este giro inesperado de los acontecimientos. Extendí mis manos temblorosas hacia su rostro, como si necesitara tocarla para asegurarme de que no fuera un sueño.—Soy tu hija Emma… mamá, por f
Maxwell CraneCuando mi padre llamó a sus hombres, pensé que hasta allí llegaría su intervención, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando se empeñó en ir.—Voy a ir contigo —declaró con firmeza, mientras yo lo observaba como si le hubieran salido dos cabezas.—Lo siento papá, pero esa es la propuesta más loca que se te ha podido ocurrir ¿Acaso no te acaba de dar algo? Estuviste a punto de morir y no estás en condiciones de estar buscando ni rescatando a nadie, lo mejor es que te quedes en el hospital —señalé con firmeza.Sin embargo, Massimo Crane, cuando tenía una idea en la cabeza, rara vez podía sacársele.—¡Voy a ir!—¡Te dije que no ibas! —enfaticé y él negó con la cabeza.—Si no me quieres llevar, iré yo solo, ese desgraciado de Stiller, tiene cuentas pendientes conmigo y no se va a ir impune, por mi parte le voy a hacer pagar todo lo que le hizo a la mujer que amé, y que sigo amando porque Emerith, es de esas mujeres que cuando se te meten en la piel, no puedes sacártelas, sino q