(DIEGO)
La miré con cautela, esperando a que ella me detuviese, pero ella no lo hizo, y supe que ella tenía tantas ganas como yo de estar ahí, en su cama, dejándose llevar por aquel deseo que nos conectaba.
Acaricié su sexo con las yemas de los dedos, haciendo que se mordiese el labio para evitar gemir frente a mí. Tan sólo quería mirarla mientras le daba placer, tan sólo eso. Volví a rozarla, haciendo que entreabriese la boca y dejase escapar un nuevo gemido. Estaba disfrutando y eso era justo lo que quería lograr.
Estaba dispuesto a meter un par de dedos dentro de ella cuando me percaté de algo, ella estaba chorreando, y eso me ponía terriblemente, y fue en ese justo instante cuando mis intenciones con ella cambiaron, ya no sólo quería tocarla y verla disfrutar, en ese momento, también quería follármela.
Me detuve, observando com
Me vestía en mi habitación, pues hacía ya largo rato que Diego se había marchado a la suya, y por primera vez desde que me había entregado a él me daba cuenta de lo delicada que era la situación. ¡Por el amor de Dios! Había tenido sexo con mi hermano, y no estaba en lo absoluto arrepentida, por el contrario, tan sólo quería volver a hacerlo. Era la primera vez desde mi violación que me acostaba con un hombre, y me odiaba a mí misma terriblemente, al saber que ese hombre era Diego. Aún podía recordar sus besos, sus caricias, su pene dentro de mí, sus gemidos… podía recordarlo todo, y tan sólo me mordía el labio con deseo al hacerlo, no estaba para nada arrepentida, y eso era lo que más me molestaba en todo aquello. Se suponía que debía estar arrepentida, que debía odiarme a mí misma después de haberme entregado a él. Él era mi hermano, y nada volvería a ser igual después de lo que acabábamos de hacer. ¿cómo iba siquiera a mirarlo a la cara? Y más en aquel mome
(DIEGO)Lo que hacía con ella estaba mal, no penséis ni por un segundo en que no lo sabía. Por supuesto que lo sabía, pero, aun así, en aquel momento, no quería detenerme.Me la follé sin cese en aquel baño, y luego salimos de él como si nada, pero no fue hasta que Marina me besó en la mejilla al llegar hasta ellos, y vi el rostro decepcionado de Cali, que no lo entendí.No podía seguir haciendo aquello, no podía tenerlas a las dos. Sabía que, aunque Cali no quería decírmelo, a ella le molestaba que me acostase con su amiga. ¡Joder! ¿Cómo no hacerlo?Pasamos por casa después del restaurante, pues Marina insistió en que fuésemos a nadar un rato a su piscina climatizada, así que cogimos unos bikinis y volvimos a bajar para reunirnos con nuestros amigos, al menos ese era el plan.¿
(CALIPSO)Me detuve tan pronto como crucé la calle, agachándome junto a un árbol, dejando que mi llanto saliese al exterior. ¿cómo iba a seguir adelante sin mi ángel guardián? No tenía a nadie más a quién acudir.Mi madre estaba cegada con Martín, era obvio que esa opción no era buena, volver a casa con ella, sólo conllevaría a más abusos por parte de mi padrastro.Marina estaba empezando una relación con Diego, y había perdido toda la confianza en ella cuando me ocultó que se acostaba con él. Ya no podía confiar en ella, ya no me sentía agusto.Llevaba meses sin hablar con mis amigos de la universidad.Así que no, no tenía otro lugar al que ir.Me acurruqué en la hierba, dejando caer mi espalda en el tronco del árbol, aterrada, sin poder dejar de pensar en todas las co
DIEGO.Bajé las escaleras corriendo, desde mi habitación hasta el salón, tan pronto como escuché sus risas, admirando a Cali mirando hacia la persona que había a su lado. La forma en la que ella le miraba me alertó tanto que volví la vista con rapidez hacia aquel tipo que la había traído de vuelta, aquel que era el responsable de que ella volviese a sonreír, ¿quién sería aquel hijo de …? Me quedé sin palabras al ver a mi mejor amigo, Teo, junto a ella, mirándola con esa misma complicidad con la que ella le miraba.¡Me cago en la puta! ¿En qué jodido momento aquellos dos se habían vuelto tan cercanos?¿dónde estabas? – pregunté, molesto, haciendo que ambos mirasen hacia mí, perdiendo la sonrisa - ¿y tú? – espeté hacia el traicionero de Teo, baj
(CALIPSO)La vuelta a mi realidad fue abrumadora y fantástica, gracias a mis incondicionales compañeros de clase, me puse al día en un santiamén, y me dieron miles de apuntes para que me estudiase lo que me había perdido en las clases, cosa que agradecí enormemente.En la comida me la pasé enviándome mensajes con Teo, estaba trabajando y apenas contestaba, y gracias a él pude olvidarme de lo que había pasado la noche anterior, en mi habitación, de nuevo, con mi hermano.“Te pondrás al día en un momento, eres una empollona insufrible” – bromeó, haciéndome reír en mitad de la comida, provocando que Boris mirase hacia mí sin comprender que era lo que me ocurría – “te pareces a la sabelotodo insufrible de Hermione Granger” – leí, mordiéndome el labio al darme cuenta de
(MATEO)Me fui de su casa, enfadado conmigo mismo por no poder decir la verdad por una vez en mi vida. Estaba cansado de mentiras, de verdades a medias, de fingir ser alguien que no era, estaba cansado de pretender que mi familia era normal, que era un chulo de mierda que sólo quería follar con las tías, que no sentía nada cuando mi mejor amigo me trataba como basura. Estaba tan cansado, tan sólo quería correr en moto, ganar dinero con ello, para seguir ahorrando y en algún momento de mi existencia largarme de aquel maldito pueblo que tanto odiaba. Pero en algún momento todo aquello se fue a la mierda, tan sólo quería verla y hacerla sonreír, a pesar de que aquello podría costarme mi amistad con el único que me importaba en aquella vida. Y eso me estaba matando.“¿vas a ir a correr?” leí cuando llegué a casa, ella lo había escrito
(CALIPSO)Me sabía todos sus trucos, pues había escuchado a mi hermano hablar de ellos miles de veces, incluso Marina había hablado de ellos alguna vez. No iba a dejarme engatusar, no cuando me había prometido que no me trataría como a una de sus conquistas.Era increíble estar allí, en el mismo bar que tantas veces había frecuentado cuando venía a ver a Annie al hospital. Sin lugar a dudas ella tenía razón sobre él, en el fondo era un encanto.¿os sirvo unos cacahuetes, chicos? – preguntó Lenny, haciéndome salir de mis pensamientos. Dejó los frutos secos sobre la mesa y luego miró hacia cada uno de nosotros – ¿hay algo entre vosotros?¡No! – respondí, casi aterrada de que lo hubiese, haciéndole reír – sólo somos amigos – me defend&iacu
MATEO.Cuando llegamos al taller, ambos estábamos empapados, pero por primera vez en mi vida, me daba igual, tan sólo quería estirar el tiempo con ella un poco más, y parecía que ella sentía justo lo mismo ante su negativa de volver a casa.Abrí con mi llave, agradecido de que papá hubiese decidido cerrar antes, pues de lo contrario no podría tener esa clase de intimidad con ella.Entramos y caminé hacia el fondo de la nave, mientras ella se detenía a mirar los coches y motos que había por el camino, pasando su mano por el capó de alguno de ellos, y por el sillín de otros.Hola de nuevo – bromeé cuando hubo llegado a dónde me encontraba, justo al lado de una moto cubierta por una lona. Ella sonrió, de esa forma que tanto me gustaba, haciéndome casi imposible pensar con claridad. ¡Dios! ¿C&o