Cap. 69: ¡No es tu hija!—Berit está delicada, vamos a su habitación, Ritter autorizó tu salida, pero debes estar conmigo. Podrás verla y estar con ella un rato —Adalia tomó ropa del estante y se la apresurada, unas sandalias bajas y se peinó un poco.—Gracias Lara, gracias por decírmelo y estar conmigo.— Yo también soy madre. Finalmente Berit es tú hija y tienes que estar con ella en estos momentos.Adalia aguó sus ojos.—Vamos…—¿Y Derek?—Estaba en América en un viaje de negocios, pero ya debe estar por llegar porque temprano tomó un vuelo de regreso a Berlín.Las dos mujeres llegaron a la UCI. Las enfermeras encargadas les entregaron las batas protectoras y luego las dejaron pasar. Ritter estaba adentro con la niña, la tenía tomada de una de sus manitas. Al entrar las mujeres se alejó tomando a Lara de la mano y sacándola de la unidad, sin embargo se quedó pegado al vidrio observando a Adalia, quien llorosa besó las mejillas de su hija y le hablaba.—Berit, mi amor. Mami esta aq
Cap. 70: ¿Hasta cuándo me ganará la ira?——¡¿MALDITO IMBÉCIL POR QUÉ LA DEJASTE SOLA, POR QUÉ NO LA CUIDASTE?…! ¡Sí, es cierto que Berit no es tú hija, pero la usaste para obtener un alto cargo en las clínicas Wolf! ¿Entonces por qué me encerraste aquí para dejarla sola con la alcohólica de tu madre?Zav levantó su mano antes de entrar, y volviéndose a Janea, y esta le dio vuelta al escuchar aquella horrible discusión y ver el bochorno en el que estaba Derek.—No entremos, vamos a bajar y esperamos a mi hija abajo, no es apropiado ver ni oír esa discusión.Los ojos de Zav se aguaron, él como hombre tenía razón sería muy vergonzoso si Derek lo veía ahí presenciando su más bochornosa escena, mientras que Lara sí que corrió hasta allá y sosteniendo a Adalia por los brazos la inmovilizó llevándoselos afuera de la habitación.—Lara, suéltame. Este desgraciado se merece esto y más, entonces Lara notó los ojos apretados de Berit. Ella empujó a Adalia afuera mientras Derek trataba de recupe
Cap. 71: Sólo es mi hija.Después de todos los tratamientos a Berit al fin regresó a casa. Marlene corrió a tenerla en sus brazos. Adalia quien vino a pasar el fin de semana con su hija en la mansión de Ritter, la apretó fuerte para que Marlene no se la arrancara de sus brazos. —Adalia por favor, es mi nieta amada —Adalia quería sacarle los ojos, así que reaccionó gritándole:—¡No quiero que tú te acerques a mi hija… Ella en esta casa sólo es “mi hija”.Ritter intervino:—Mamá, espérate un poco, déjame hablar con ella y luego te la damos —pero la niña se puso a llorar.—¡Abuela! —tratando de ir a los brazos de Marlene.—Adalia, por favor Marlene es su abuela, y ella es quien la esta cuidando.—Berit, mi amor ¡perdóname! No volverá a pasar. Abuela no te dejará sola nunca más…María venía bajando con los niños, que aplaudían y Egmont gritaba.—¡Berit! Berit! Berit! —La niña mostró sus pequeños dientecitos en una gran sonrisa , entonces Adalia la bajó y los niños corrieron al jardín,
Cap. 72: Puedes acabar conmigo.Tres meses después…En las clínicas todo parecía haberse nivelado. Mía Koch había sido aceptada sin objeción como accionista de las clínicas, sin embargo ella puso todas sus acciones a nombre de Ritter, lo que lo hacía el socio con mayoría en las decisiones y firmas, esta vez Derek se vio sincero al felicitar a su hermano. La armonía entre ellos pareció llegar a partir de entonces. Adalia aún estaba en tratamiento fármaco – psiquiátrico sólo que iba lento. Marlene, a pesar de lo poco emocional que suelen ser los alemanes, ella estaba siendo amorosa y expresiva con todos en la familia, sobre todo con sus nietos haciéndose muy a pegada a los pequeños morochos que no dejaban de hacerle travesuras que le hacían reír mucho.Por los resultados de Egmont, ya estaba bien, así que Lara estaba incluso viajando a otras ciudades e inaugurando las nuevas farmacias…Después de una reunión de captación de nuevos socios, Lara y Emil invitaron a todos los nuevos socio
Cap. 73: ¡Es entre tú y yo!—No te diré nada. ¡Puedes matarme si quieres! Pero nunca te daré el número de mi hija. Muero feliz de poder ayudarla esta vez, así que anda, “puedes acabar conmigo”.—Eres una vieja imbécil. Llegaron a joder aquí, esa estúpida acabó con mi noviazgos de años…Llegó a preñarse y enseguida lo atrapó, claro ella supo que él es un hombre de palabras.María miraba a la mujer con lástima.—¡Me das pena, mujer! Cuando se quiere luchar a un hombre no lo hace de esta forma, lo hace demostrando que uno vale, no haciendo este tipo de acciones, así sólo le demuestras al doctor que hizo la mejor elección porque tus acciones son la de una demente, ¿y qué hombre quiere tener a una mujer así a su lado? ninguna señorita Erika, ninguno.—¡Cállatte, cállate vieja estúpido! —Erika tapó sus oídos, después de mirar fijamente a María se le acercó y le puso el teléfono frente a sus ojos—toma, llama a tu hija y despídete de ella y de sus bastardos! Vamos…María seguía ecuánime, sólo
Cap.74: Toda decisión implica riesgos.Lara sintió estremecer todo su ser, nunca pensó que su madre estuviese en un peligro tan grande por ella. A pesar del estado en que ella se encontraba, a pesar del riesgo de perder a su hijo, ella no podía dejar a su madre en manos de esa mujer, mucho menos después de ver la imagen que esa mujer le envió.—¡No, mi madre NO! —Fue el grito desesperado de Lara al ver la imagen de María que le llegó al celular, María estaba tan golpeada y amoratada.Aby la oyó y se bajó a acompañarla, Ritter tomó a Lara en sus brazos cuando esta quedo sin fuerzas al ver la imagen en el teléfono. Casi cae inconsciente, pero Ritter la sacudió ligeramente por los hombros.—¡No puedes desmayar, no puedes Lara!… Piensa en el bebé. —Señora —Aby llegó a lado y ayudó a Ritter a ponerla en el sofá—. El señor tiene razón, no se ponga así, mire que usted no puede caer en inconsciencia es peligroso para el feto.El teléfono de Ritter volvió a sonar. Al cerrar la llamada Lar
Cap. 75: Viva, pero sin vivir…—Tengo un donante que puede salvar a tu madre… Sólo que todo es muy arriesgado.Lara se quedó con las lágrimas al borde de sus ojos, pero que podría significar todo eso. Su amada madre estaba a punto de morir, y que de repente y como algo impensable surge algo que puede revertir el desenlace ya pronosticado.Mía rodeó el escritorio y se sentó a su lado tomando las manos de Lara entre las suyas y limpiando con ternura las lágrimas que rodaron por el rostro de de su nuera. —Hija, Ritter me dijo que tu mamá se negó a tratamientos y procedimientos, ella tiene su punto en eso, pero también he visto la voluntad con la que se enfrenta a todo por ti y sus nietos, esa fortaleza nos puede dar una nueva oportunidad...Lara respiró profundo e indagó.—¿Será muy larga la espera de resultados?—Algo, pero en esa espera ella estará a tu lado.—Viva, pero sin vivir…—Necesitará un tiempo de los aparatos.—“Viva, pero sin vivir” —repitió—. Eso es lo que ella no quiere,
Cap. 76: No le harás daño.Unos días después y debido a la insistencia de la misma señora María, esta sale de la clínica, su estado es estable, aunque su enfermedad está cada vez más avanzada. Lara esta triste, pero consciente de su estado se esfuerza por hacer sus días llevaderos y tranquilos para seguir adelante. Ella asiste algunas veces a los laboratorios para supervisar la elaboración de medicamentos.Aquella mañana cuando Lara va saliendo a los laboratorios Schulte, un lujoso Ferrari viene por la misma calle, el conductor se detiene justo al ver la trompa del mercedes asomarse, él conductor del Ferrari cede el paso y el atractivo hombre de ojos azules se queda mirando a la mujer que va sentada en el asiento trasero quien miraba a través de la ventanilla y que parecía mirarlo, pero no lo miraba, tenía sus ojos fijos en frente.A aquél hombre el rostro de la mujer se le hizo conocido, sin embargo siguió su camino.Unos minutos después Lara llegaba al laboratorio. Emil estaba e