Cap. 76: No le harás daño.Unos días después y debido a la insistencia de la misma señora María, esta sale de la clínica, su estado es estable, aunque su enfermedad está cada vez más avanzada. Lara esta triste, pero consciente de su estado se esfuerza por hacer sus días llevaderos y tranquilos para seguir adelante. Ella asiste algunas veces a los laboratorios para supervisar la elaboración de medicamentos.Aquella mañana cuando Lara va saliendo a los laboratorios Schulte, un lujoso Ferrari viene por la misma calle, el conductor se detiene justo al ver la trompa del mercedes asomarse, él conductor del Ferrari cede el paso y el atractivo hombre de ojos azules se queda mirando a la mujer que va sentada en el asiento trasero quien miraba a través de la ventanilla y que parecía mirarlo, pero no lo miraba, tenía sus ojos fijos en frente.A aquél hombre el rostro de la mujer se le hizo conocido, sin embargo siguió su camino.Unos minutos después Lara llegaba al laboratorio. Emil estaba e
Cap. 77: No entiendo su forma de amar.María tenía en su mente la mirada llena de odio y de ira de aquella mala mujer…«“¿Qué me vas a hacer maldita vieja? ¡Suéltame, suéltame!...” “Aquí te quedarás, no sé cuando podrás desatarte, o cuando te encontrarán, pero no les harás daño ni a mi hija ni a mis nietos”»***Marlene salía de la habitación cuando vio a María acercarse a ella.—¿Puede venir a mi habitación señora Marlene?Ella se acercó y poniéndose cerca a sus oídos le dijo:—No debes venir a mi habitación, eso lo acordamos… Recuerda que Ritter tiene cámaras de seguridad en toda la casa.—María Siguió a su habitación. Marlene se detuvo en las escaleras y de forma casual le dijo:—María, ¿tendrás una aguja e hilo? Necesito pegar un broche…—Sí, venga yo se la doy. ¿Qué color el hilo? —preguntó María.—No te preocupes por eso.Luego de entrar Marlene le dijo como si nada:—Señora María, sé que usted está preocupada por esa mujer, pero ella está bien. Deje que la policía la encue
Cap. 78: Ella la dejó allí encerradaMaría sintió más pena aún por aquella mujer y también por Marlene ahora.—Entonces hágase un examen de conciencia, pero yo hablo hoy mismo con mi yerno, su hijo.Salió de la habitación, pero puso en la mano de la mujer un carrete de hilo blanco y una aguja ya con hilo de color negro, mientras le decía:—No sé qué color es el que necesita, pero aquí los tiene todos, le dio la cestita con todos los colores.***Aquella noche Ritter oyó en el pasillo las risas que salían desde la habitación de los niños. El espacio de allí era bastante amplio, pues cada uno tenía su habitación individual, pero también cuentan con espacios para que tanto los morochos como Egmont puedan jugar, andar de rodillas por el piso a gatas, o caminando en los espacios destinados para ellos, las cominerías con agarraderas de lado hasta que afianzaran su seguridad sin sostenerse, también habían colchonetas y el área para jugar con columpios, toboganes, caballitos mecedores, car
Cap. 79: Unos días más.Ritter miraba la cara de María mientras su ceño estaba tan arrugado juntando sus cejas.Ritter se levantó y tomó el teléfono:—Ve a la habitación de Marlene y que venga a mi despacho —el rostro de Ritter estaba hermético, irreconocible. Mientras que María, nerviosa veía sus manos juntas.La puerta del despacho sonó insistente.—Adelante —Ritter esperaba que fuese Marlene y se levantó, pero para su sorpresa era la mucama que acompaña a su madre.—Buenas noches, señor Ritter su mamá salió temprano, me dijo que iba a comprar un regalo para la niña, pero no ha regresado.—¿Se llevó a Berit? —la mujer asintió. Él tomó el celular y llamó a Vam.—¿Ubícame a Marlene?—Deme un momento señor —monitoreó en la pantalla frente a él… Levantó una ceja—: Está en Hamburgo, ahora mismo va camino al chalet.María sobó sus manos. Ritter negó.—¿Usted le dijo a Marlene que hablaría conmigo sobre esto? —María asintió.—Bueno, ahora tengo que enviar por ella —. ¿Ella tiene las
Cap. 80: Ya están listas.Lara está ya en el último mes de espera, Ritter y ella están emocionados esperando la llegada de la niña.Esa noche están en la mesa cenando.—Ritter, ¿No crees que debería parar la producción.Ritter la miró incrédulo. Limpió tranquilamente su boca y tomó agua. Lara lo observaba frunciendo los labios.Ritter sonrió. —Yo te cuidaré. No habrá más embarazos por unos años, después revisaremos que procedimiento es el más apropiado. ¿Qué te parece si lo discutimos en unos cinco años?Lara soltó la carcajada… —Creo que es muy poco tiempo.—Me quieres decir que quieres usar una cosa de esas o ponerte algo en el brazo o un intrauterino.Lara siguió riendo. —Lo discutimos entonces cuando la beba tenga cinco años, pero mientras tanto tú me cuidas… No quiero que después me estés rogando.Ritter cerró el rostro y miró a la señora que servía, Lara picaresca chilló:—¡AY! tengo dolorcitos. No quiero comer más…—¿Te sientes bien? Estás como caliente, la frente húmeda…—
Cap. 81: EllaRitter le preguntó al guardaespaldas:—¡Cómo lo ves a él?—Doctor, yo lo veo mal, está mal herido y está botando mucha sangre. Ese hombre disparó varias veces, yo no sé cuantas veces le dio. Véngase a la clínica.***Lara anticipando una noticia desagradable preguntó:—Dime la verdad ¿Qué está sucediendo?—No me gustaría ponerte nerviosa, pero si no te digo la verdad estarás peor —bajó su cabeza—. Derek tuvo una fuerte pelea y fue herido de bala.—¡Dios mío! Ritter ¿cómo está él?—Aún no han llegado a la clínica, me tengo que ir hasta allá.Lara se levantó y acercando el rostro de Ritter le dio un beso fugaz en los labios. —Ve, ve y encárgate de tú hermano, me llamas cualquier cambio.—Lara, por favor habla con María, dile que me ayude con Marlene, que trate de entretenerla como para que ni siquiera se dé cuenta todavía. ¿Puedes hacerme ese favor?Ritter se trenzaba ya los zapatos. Lara asintió:—Está bien. No te preocupes por eso.Lo acompañó hasta las escaleras, Ma
Cap. 82: Imagen.María, con Marlene ya en la cama tras subirla un seguridad de la casa, despierta sobresaltada.—¿Qué le pasó a mi hijo, María? ¡Dime la verdad, por favor!—Mujer, que no está muerto, que lo están operando ahora mismo, pero esta vivito. Sólo que hay que extraerle una bala que se le quedó adentro. Pero no hay órganos vitales en riesgo.—¿Estás segura? —El teléfono de María sonó.—Dígame doctor Ritter —contestó María, pero Marlene al oír el nombre de su hijo le pidió el teléfono y esta se lo dio.—Ritter, dime cómo está mi hijo… ¿Dime que mi hijo está vivo, por favor!Marlene rompió en sollozos. Ritter, tratando de calmarla, le respondió:“Mamá, tranquilízate, ahora mismo está en el quirófano. Esta vivo y esta estable, no le fue tocado ningún órgano vital y eso te dice que vivirá aún más… Así que tranquilízate”.Marlene lloraba y se abrazó a María que le sobaba la espalda.—¿Se fija? Sus hijos son dos hombres fuertes y capaces, así que quédese tranquila.—Yo me quier
Cap. 83: ¿Pura Casualidad?Aby abrió la puerta y se quedó pálida al ver que era Ritter quien traía a Egmont. Este levantó una ceja fugazmente, pero enseguida continuó distante, ecuánime, sólo tuvo un pensamiento:«Estos rizos y este cabello avellana son idénticos a los de la chica del cafetín ¿Será posible que Derek este saliendo con esta chica? ¡¿O es pura casualidad?—Buenas noches, Aby. Me dicen que te sientes adolorida. ¿Me permites revisarte el pié?—Doctor Ritter, yo estoy bien. Gracias. Puede dejarme al niño, que esta durmiéndose ya.Ritter se lo entregó en los brazos.—¡Hasta mañana, papi!—Hasta mañana hijo —la vio caminar a la cama de Egmont y colocarlo allí para luego volver… Pudo notar que ella caminaba relativamente bien, sólo lento. . —¿Estás segura que estás bien? ¿No quieres que te inyecte un calmante?Aby, sonrió y le dijo…—Sólo me raspé un poco, pero todo está bien.Ritter sacó de su bolsillo un frasco de cápsulas y se las dio.—Ten, si sientes dolor fuerte to