Cap. 84: ¡Atado a una silla de Ruedas.—Mamá ella es una amiga. “Mi amiga”, sólo tiene que ver conmigo, no contigo, así que ya te lo dije. Tú a tus cosas.—Por favor Derek, no puedes caer tan bajo.—Doctor, mejor me voy —Dijo Aby, cuya voz estaba baja y emotiva.—¡SI ES LO MEJOR! —le gritó Marlene y acto seguido la jaloneó por el brazo y la empujó fuertemente hacía afuera, la chica rodó lejos.—¡Mamá! —gritó Derek. Y, a pesar de las heridas en su espalda por la cirugía trató de reclinarse, pero entonces sintió que no tenía vida de su cintura para abajo, su corazón se aceleró enseguida, sus ojos se ennegrecieron y su ceño se frunció en una expresión de dolor y angustia. Puso sus manos de lado a lado de su cuerpo y se jaló con fuerzas hacía arriba, apretando sus dientes y enrojeciendo su rostro, su visible esfuerzo y dolor le hacían temblar los brazos. Derek entendió lo que le estaba pasando, entonces sacudió con fuerzas su cabeza negándose lo innegable.—¡NO! Esto no puede ser —gruñ
Cap. 85: ResponsabilidadMarlene estaba en el baño esperando a que Mía se retirara de la habitación y cuando esta salió oyó las palabras de la chica que lloraba recostada a la cama de su hijo Derek, la chica lloraba desconsolada mientras repetía.—¡Fue mi culpa, fue mi culpa!!Al oírla recordó las palabras de la mujer que le informó sobre lo acontecido esa mañana al levantarse: «“Derek Wolf fue abaleado a muerte. El hombre que le disparó le habría quitado a la prepago que Derek llevó esa noche a la mesa de póquer. Se dice que el hombre le ofreció una fuerte suma de dinero a la chica y cuando Derek salió del baño los encontró besándose, así que se enfureció y los atacó, pero el delincuente tenía el arma que sacó enseguida y le disparó varias veces. Derek está muerto”.Marlene se aceró a Aby y sin contemplaciones la tomó por los hombres con toda la ira que la embargaba en esos momentos, al levantarla la volteó a ella y su mano se aplastó contra la cara de la chica —¡Paff!— con todo su
Cap. 86: Una confesión escuchada.Después de un mes en la clínica Wolf, Derek estaba preparando su retorno a casa, con él estaba Ritter, quien oía atentamente lo que le decía su colega especialista que trataba a Derek, cuando este terminó Ritter jaló el diván y se sentó. Derek se quedó esperando que le dijera lo que vino a decirle.—Bueno Derek, tú has oído el diagnóstico nada alentador de los médicos, yo te aconsejó que estés el tiempo que estiman ellos dura en restablecer el organismo, pero también puedes ir adelantando las terapias necesarias.—¡Qué raro que no vas al grano! ¿Me vas a preguntar algo íntimo? —Derek Sonrió al bromearle —. Es que sé que eso no es de lo que me viniste a hablar, soy médico y sé el grado de invalidez que tengo y que es lo correcto hacer, así que no finjas delante de mí, dime de una vez de que se trata. —Creo que es tiempo de que me platiques de Aby… —Ritter lo vio remover su torso sobre las almohadas—. En casa tengo líos fuertes, ¿Sabes, verdad? Lar
Cap. 87: Regreso a casa.—Creo que es momento de que tú te enteres de algunas cosas, Ritter. Hoy más que nunca estoy afirmando que todos cometemos errores, a veces tan crueles como los que yo cometí contigo y Lara, a quien hoy le honro respeto y admiración, pero quien en su momento representó una amenaza para que yo llegara a donde quería llegar. Algo erróneo, claro está, porque ella ni siquiera nos conocía… No era consciente de lo que yo estaba viviendo y lo cruel que era en ese entonces... —No es momento de estar con esas cosas —Ritter entrecerró los ojos y con pesadez se levantó, pero Derek siguió con su confesión:—Siempre es el momento para que rectifiquemos y pidamos perdón. Así que Óyeme: Yo me casé con Adalia porque hicimos un trato, ella estaba embarazada, ni siquiera podía decir a sus padres quien era el padre de su hija porque la enviarían a practicarse un aborto de inmediato y la despojarían de la dirección de la agencia y yo estaba desesperado por ganar a padre a mi
Cap. 88: Te debo tanto.Marlene afiló su mirada y tomó la silla de ruedas camino a la habitación que le prepararon a Derek en el primer ambiente de la casa, la habitación es amplia y tiene grandes ventanales y un balconcito con salida al jardín principal. Marlene lo mandó a decorar estilo campestre para que se sintiera fresco todo el tiempo.—¿Te gusta hijo?—Si mamá, te quedo muy bonito y provoca estar aquí todo el día. La vista esta fenomenal.—Todo lo escogí yo.En ese momento entró María, traía una bandeja con jugos de naranja y galletas rellenas de mermelada agria, lo cual le gustaba mucho a Derek.—Gracias María —Marlene le reveló entusiasmada—. Esas las preparé ayer, yo las hice. ¿No es así María?—Sí, la verdad le quefdan mejor que a mi. Tanto que ella las preparó para darte la bienvenida hoy, pero los chicos ayer mismo casi rompen las sillas subiéndose a la mesa hasta acabarlas. Esas que traje yo las había apartado.—Muchas gracias señora María.—¿Entonces ya no quedan?—
Cap. 89: BecadaMaría negó con la cabeza, y puso la bandeja en la mesa.—Ve tú Marlene, pero eso si, a mi no me vengas a ayudar después porque esto apagado mucho rato ya se seca y no sirve. Yo no estoy para andar como muchacho chiquito. No mija…Marlene se quedó un rato mirándola, pero María no se detuvo, apagó la cocina y salió con la bandeja,—¿Dónde está Egmont? ¡Egmont! —Salió llamando.Marlene caminó directo a la habitación de su hijo, pero Derek estaba dormido. Marlene se puso roja y salió corriendo a la cocina, se puso el delantal y encendió la estufa, revolviendo la mermelada.María le dio la espalda a la puerta de la casa mientras reía con Lara.—Mami, Egmont saltó el balcón para sacar a su querida nana... De verás que mi hijo quiere tanto a Aby. ***Entrada la noche, Marlene se quedó en el balcón hablando con su hijo.—¿Qué vamos a hacer hijo? ¿Quieres que nos vayamos al chalet?—Por ahora estamos bien aquí, además Berit está en el colegio, ¿no crees que debemos espera
Cap. 90: Esta noche—No Ritter, no puedes ser tan mal hermano, ¿Cómo es posible que quieras llevarlo a las clínicas cuando aún sus heridas no han cicatrizado del todo.Derek cerró su rostro. Sus ojos juntaron sus parpados y gruñó:—Madre, estoy bien. Y no es Ritter quien me lleva, soy yo quien quiere comenzar a hacer consultas y seguir con mi vida. ¿Lo puedes entender?Ritter no opinó nada. Pero estaba tan complacido con aquella reacción de Derek que casi lo admira…—Ritter, has algo.Ritter se volvió a verla y sólo dijo:—Yo tengo no tengo nada que ver con su decisión.Derek presionó un botín en su práctica silla y salió disparado al garaje. El chofer y los dos guardaespaldas lo ayudaron a subir a la amplía camioneta que había mandado a preparar su padre, Zav y se la había regalado, una van equipada como la de él.Aquél día, Derek entró en la junta de socios con su frente en alto, su traje todo en beige y una camisa en oliva le daban un toque tan elegante y señorial que muchos
Cap. 91: TerapiasDerek comenzó su trabajo diariamente en las clínicas y aunque todos estaban sorprendidos, Ritter y Lara estaba felices, aunque Lara no le decía nada a Ritter de lo que realmente estaba haciendo, este también hacía lo mismo, pero la realidad es que se hacía el vista gordo, pero metía su mano negra para todo ello.Marlene quiso llevarse a Derek para el chalet de Hamburgo, pero este se le calentó:—Déjame tranquilo aquí, mamá. Ahora mismo no me quiero ir al chalet y si me sigues apurando me voy a mi departamento ¿Estamos?—Derek algo me dice que tú andas en algo.—Si mamá… Ando en esta silla de ruedas. ¿No te has dado cuenta? —¡Derek!—¡Mamá! —Derek gruñó, su ira comenzaba a crecer… —. ¿No puedes dejarme encontrar mis propios intereses y lograr ser quien quiero ser?—Yo sé lo que te ata aquí.—Sí realmente me conocieras, sabrías lo que realmente me ata a aquí y no te interpondrías. Ahora déjame pasar que hoy tengo muchos pacientes.Marlene se apartó, pero enseguida q