Adam
— ¿Qué estás haciendo? — Pregunté a Raquel. Ya que veía que estaba guardando su ropa en una maleta
— ¿Qué crees que hago? ¡Ya no soporto más esta situación!, ¡Te he ofrecido todo mi amor! ¡Estaba dispuesta a todo contigo! ¡Pero es imposible! ¡Me harté!
— ¡Culpa mía no es! ¡Desde un principio fui muy claro contigo! — Contesté mientras me sentaba en el sillón. — ¡Tú sola te creaste ilusiones!
— ¡Creí que podríamos ser cómo antes! ¡Pero me cansé! ¡Eso sí! — me amenazó — ¡No creas que esto se
AmyEra un error lo que estaba haciendo. Pero realmente quería hacer esto. Desde que lo había visto con ese traje en la fiesta y lo había tenido tan cerca, había deseado esto. Mi cordura desapareció cuando sus labios tocaron los míos.Fui suya otra vez, sentirlo dentro de mí, sentir sus besos, sus caricias, fue realmente la gloria para mi. Pero había sido un terrible error. Con esto Adam no iba a querer alejarse. Todo lo contrario, me iba a pedir explicaciones. ¿Cómo iba a alejarlo ahora?Todo estos pensamiento pasaban por mi cabeza, mientras descansaba en el pecho de Adam. Después de hacer el amor nos quedamos dormidos en el sillón trasero del auto. Él estaba dormido y yo me encontraba en un debate perso
AdamLlevaba casi tres horas esperando a Amy. No podía creer que era un tonto por creer nuevamente en sus palabras. Pero esta vez no iba a quedar burlado. Ella me tendría que dar explicaciones de lo sucedido. Y ahora sí necesitaba una buena respuesta, en la noche ella se había entregado a mi otra vez y pude sentir que su amor no había cambiadoCuando desperté y no la encontré en el auto me sentí decepcionado, creí que al despertar ella estaría en mis brazos, que hablaríamos de todo lo sucedido, obtener respuestas y no más preguntas. Había dormido tanto que cuando salí del auto, observé que pocos quedaban en el estacionamiento. Llegué hasta donde estaba el señor de la barra y me comentó que ya tenía ratos que se habían i
Adam— ¡Amor apresúrate!— Raquel me llamaba desde el lobby. Yome encontraba detenido observando a Lucia, quien se encontraba sentada en el bar. — ¡Espérame cinco minutos! ¡Necesito hacer algo antes!— Le dejé las maletas a Raquely corrí hacia el bar. Víque lucía se movía de su lugar. Supongo que estaba por irse, al ver que yo no hacía acto de presencia. Se giró y nos encontramos.— ¡Adam! ¡Creí que no vendrías!— Solo tengo cinco minutos Lucia, así que dime lo que me tengas que decir.— Sé que regresarása Il
AmyUn gran dolor de cabeza me aquejaba. Quise tocarme para masajear mis sienes, pero no pude. Mis manos estaban atadas. Abrí mis ojos y todo estaba oscuro, una venda me los cubría, que me impedía ver.Entonces como un rollo fotográfico, todas las escenas vinieron a mi mente. El embarazo de Lucia, mi encuentro con Adam, el salto, el callejón y el golpe en mi cabeza.Sentí que estaba sentada en una silla y tanto mis manos y pies estaban atados. Empecé moverse queriendo zafarme de mis extremidades de la cuerda, pero fue inútil.— ¡Hola querida sobrina! —Me congelé al escuchar su voz. — Tenía tanto tiempo de no verte, también te extrañaba mucho.
AdamLlevábamos tres días en busca de Amy y no teníamos ni una sola pista acerca de su paradero. Mi paciencia estaba llegando al límite. La policía lo único que decía era que debíamos tener paciencia y eso era lo que menos tenía en estos momentos.De toda esta situación lo más extraño, fue que mi padre se involucrara en esto. Cuando se los conté a ambos, mi padre fue el primero en comunicarse con el Señor Fox, el papá de Thiago y Lucia, para pedir información acerca del caso.Mi padre supo que Carlota, había escapado de la cárcel, que desde meses atrás venía amenazando a Amy, utilizando como anzuelo a las personas mas cercanas a ella. Iniciando conmigo. Tuve que contar
—¡Despierta! ... ¡Despierta querida Amy! — Una voz susurraba a mi oído—¿Mamá? — Pregunté. Abrí mis ojos y me encontré en un lugar muy hermoso, un campo lleno de flores, la brisa soplaba en mi rostro y mi cabello bailaba al son de las olas del viento. Tenía puesto un vestido blanco a mis rodillas. No tenía zapatos pero no me importaba, el césped entre los dedos de mis pies se sentía agradable.— ¡Mi linda niña se ha convertido en una hermosa mujer!— Escuché esa voz, aun seguía igual. Era la voz de mi padre. Me giré y loencontré junto a mi madre. Ambos estaban con ropas blancas. Mi madre estaba hermosa, seguía igual de bella, tal y como la recordab
AdamLlegamos a una especie de bodegas abandonadas. Iba caminando cautelosamente, mientras seguía a Raquel.Entramos por una puerta, la cual hizo un rechinido al momento de entrar. Seguimos caminando otro poco, hasta llegar a otra puerta. Observé por una ventana pequeña y logré ver a Carlota con un arma en la mano. Hablaba por teléfono. Giré la perilla y para sorpresa estaba abierta.— ¿Qué haces?— Susurró Raquel, tomándome del brazo— ¡Ella tiene un arma!— ¡No me importa!— Dije, soltandome de su agarre— ¡Si quieres, quédate aquí! ¡Pero yo no voy a detenerme en este momento!— En
Amy— Eres una mujer tan valiente. Has pasado por tanto, pero eres una guerrera, nunca nos has decepcionado— Mi madre acariciaba mi rostro, mientras veíamos hacia el mar. La brisa en nuestros rostros nos daban paz. Mi padre estaba a mi lado derecho, mientras que ella en el lado izquierdo.— Me encanta estar aquí y no quisiera irme.— pronuncié— A nosotros también nos encantaría— Dijo mi padre— Pero debes regresar, te esperan tus amigos; Lucia, Thiago, Alec y hasta Adam. No puedes abandonarlos.Mi padre tenía razón, aunque quisiera estar en este lugar con ello no podía abandonar a mis amigos.