BlairHolden, Tanner y yo jugábamos una partida de póker en la sala de estar. Los días que han transcurrido se han vuelto cada vez más aburridos y estresantes de estar en esta casa, pero he de confesar que Tanner hace todo lo posible para hacerme sentir bien, para hacerme sonreír incluso para hacer que mi corazón se altere en mi pecho.Nuestra relación no comenzó de la mejor manera, sin embargo, hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance para que los malos pensamientos no nos dominen. Vivo en una lucha constante con mi propia mente y esos recuerdos desagradables que no quiere desechar. Y aunque Tanner no ha mencionado con respecto a mi secuestro y la tortura que viví, sé que también ese suceso roda su mente.Sacudí la cabeza con fuerza ante la ola de pensamientos que me dominaron de repente antes de que me llevaran a un lugar oscuro del cual después no podría escapar.—¿No piensas volver a casa con tu esposa? —le pregunté a mi hermano para no dejarme dominar por esos malos recuerd
Los minutos que pasaron antes de que las lanchas estuvieran a nuestra vista parecieron casi eternos. Las cuatro venían a gran velocidad, y como el mar estaba tan agitado, se alzaban con fuerza cayendo al agua.Me aferré a Tanner para no caer en mis turbios pensamientos. En ese momento no tenía por qué mostrarme débil. Era lamentable lo que había sucedido, sí, pero ya no podía devolver el tiempo y evitarlo. No tenía más opción que enfrentar a mis demonios y hacerlos cenizas con su propio fuego.Las lanchas se detuvieron a pocos metros del muelle y los trabajadores se encargaron de atarlas a cada uno de los postes de madera. El primero en bajar fue Aedus y le siguió Maxwell con una expresión seria y cansada.Mis hermanos mayores se quedaron a unos pasos de nosotros sin decirnos ni una sola palabra, pero sus miradas estaban fijas en mí y cada parte de mi cuerpo, como si estuvieran buscando alguna herida que los médicos y yo misma hubiese pasado por alto. Se veían cansados y tensos, pero
VENGANZA...Maxwell dejó en lo alto el apodo que se había ganado en el mundo bajo, siendo una completa bestia en cada golpe salvaje que dejaba en los cuerpos de los tres hombres.En cada golpe se liberaba del odio y la furia que lo atenazaba al recordar la muerte de sus padres, de un buen hombre que les había servido fielmente y los había guiado y protegido cada día, y del daño que le habían causado a su hermanita y él no había podido salvar a tiempo.Se odiaba a sí mismo por haberla dejado sola, porque si él hubiese estado con ella, nada le hubiese pasado. Ahora no podía pensar en nada más que no fuese en matar con sus propias manos a los italianos. Su parte violenta ansiaba destrozarlos de mil formas, pero sabía que no solo eran deseos suyos, sino de todos sus hermanos.Se detuvo únicamente cuando Holden lo apartó de ellos a juro. Respiraba agitado y sus ojos estaban inyectados en sangre, furioso como un toro enardecido dispuesto a seguir atacando su objetivo. Miró a los hombres qu
Blair observó a uno de los Berone agonizando en su muerte y la satisfacción empezó a extenderse en su pecho; calmo, placentero. El hombre estaba prácticamente muerto, respiraba pesado y se movía muy poco. Así que ella tomó una de sus cuchillas y se agachó con precaución, girándole el rostro con la afiliada hoja para que esté la mirara directamente a los ojos. —¿Sabes cuál es la única diferencia entre ustedes y nosotros, pedazo de mierda? —inquirió con una sonrisa retorcida en sus labios—. Que a diferencia suya, yo sí me encargaré de que no queden ni sus asquerosas cenizas.El hombre parpadeó apenas perceptible, antes de que la chica le arrebatara la vida de manera lenta y dolorosa, cortando cada parte de su cuerpo con una pasmosidad agonizante, empezando desde zonas estratégicas que eran muy dolorosas, pero que no le daban una muerte instantánea. Los quejidos que rezumaban en el lugar se pasmaron una vez Blair terminó de descuartizar el cuerpo y tiró las partes grotescamente cortad
BLAIRMi hermano mayor me tenía abrazada fuertemente, tanto que no podía casi respirar. Pero no dije nada, tampoco me incomodaba que Aedus, el tipo más frío e insensible, me demostrara en un abrazo lo mucho que me quería y le afectaba mi partida. —Cuídate mucho —me pidió, separándose un poco de mí sin llegar a romper el abrazo por completo—. Prométeme que vas a llamar. —Lo haré —sonreí—. Que me vaya de casa, no quiere decir que deje de ser tu molesto grano en el culo. Aedus soltó una risita divertida, una autentica y para nada fingida. Volvió a estrecharme entre sus brazos y aspiré su aroma. Bromear era la forma de decirnos que nos extrañaríamos mucho y que muy en el fondo no deseábamos separarnos, pero mi momento de vivir mi vida había llegado y no pensaba dejarlo pasar una vez más, no cuando tenía a Tanner, esperando por vivir de mi mano mil aventuras.Debía confesar que me sentía muy ansiosa y nerviosa, quizá porque nunca había vivido en otro lugar que no fuese fuera de la isla,
—¿Qué te parece? —preguntó Tanner, abrazándome desde atrás y dejando un suave beso en mi cuello—. ¿Te gusta?—Me encanta —dije, sonriendo—. Es perfecto.El apartamento de Tanner era uno diferente al que vivía antes y, aunque nunca entré al lugar, podía imaginarme cómo lucia basándome en su fachada. Este, por supuesto, era demasiado espacioso para alguien que vivía solo. La sala es amplia y muy Tanner, con esos colores tan vivos que resaltan, una pantalla gigante que abarca toda la pared y un sofá igual de amplio. Aunque la cocina tiene una barra, a un lado hay un comedor de seis puestos. El pasillo que dirige a las habitaciones es amplio y me da la impresión de que hay más de dos habitaciones en el lugar. Hay tantas decoraciones que no puedo evitar reír, pero lo que más llamó mi atención es la fotografía de sus padres y una de nosotros con Holden cuando éramos tan solo unos adolescentes.Sonreí, acercándome a la fotografía donde yo estaba en el medio de ellos, siendo abrazada por los
Nunca imaginé vivir algo tan grandioso y fantástico como esto, donde mi corazón cada día se emociona como si fuese la primera vez y vive en un constante frenetismo que no puedo detener. Han sido las semanas más maravillosas que he tenido junto a Tanner, él hace todo por verme feliz, por hacerme sonreír y por hacerme volar a lo más alto del cielo. Hemos tenido citas, hemos paseado y disfrutado tanto. He conocido muchas cosas a su lado y lo que más deseo es seguir haciéndolo, porque no hay día que no sea feliz descubriendo el inicio de nuestra vida juntos.Cuando Holden me habló del amor, de todo aquello que lo hacía feliz y de esos momentos pequeños, pero demasiado significativos, jamás creí que podría vivir algo parecido e incluso mucho más intenso y bonito. Nunca imaginé que el amor sería de esta manera, donde no hay cabida para nadie más que para nosotros dos y donde el sentimiento crece con fuerza arrolladora.Cada día que va pasando es una nueva aventura y experiencia a su lado. L
—¿Eres feliz?La pregunta, en un momento donde Tanner besaba mi espalda desnuda y sus manos se desplazaban de mis senos hasta mi vientre bajo, me sacó por completo del trance en que sus caricias suaves y ardientes me tenían.Escuché su risita ronca chocar contra mi piel y me estremecí, tomando una honda bocanada de aire.—¿No piensas responderme, amor? —susurró, guiando su mano derecha por mi vientre hacia el centro de mis palpitaciones y humedad—. Quiero saberlo.—Soy demasiado feliz…—¿Te encanta cada despertar que te doy? —volvió a preguntar, mucho más bajo y ronco al tiempo que sus dedos de perdían entre mis piernas y palpaba mi humedad.—Es lo que más me encanta, que cada amanecer me demuestres tu amor y lo mucho que me deseas.—Te amo —siseó en una lenta caricia que alborotó aún más los latidos de mi corazón—. Te amaré hoy, mañana, pasado mañana y todos los días de mi vida. Te amo con locura.Y aquellas palabras bastaron para que me diera la vuelta entre sus brazos y lo tomara d