IrisManejando por la ruta principal, me esfuerzo por soltar toda esa rabia que tengo acumulada; grito todo lo que se me ocurre mientras el viento golpea mi cara. Si alguien me viera en este momento, definitivamente creería que estoy demente.¡¡¡¿Cómo pudo pasarte esto a ti Iris?!!! ¡¡¡¿Cómo pudiste caer tan bajo?!!!Hay un dolor que me pulsa desde lo más profundo de mi estómago, tengo tantos insultos que quiero expresar por culpa de esos dos patanes, que mis palabras ya no pueden salir, se quedan atoradas en mi garganta. Mi orgullo está por los suelos gracias a Eloy, y mi corazón aún no se recupera del susto que me dio la basura de Tadeo; entre los dos ya no sé quién me lastimó más, si Eloy que pisó mi autoestima y mi corazón, o el imbécil que llegué a considerar una especie de amigo.Entre pensamiento y pensamiento finalmente llego a casa, o mejor dicho a la casa de Mirta, incluso ese detalle me está molestando; me duele no poder ir a un lugar al que pueda llamar hogar, nunca ha
IrisMis ojos no se quieren abrir. ¿Qué pasó? Lo último que recuerdo es la sonrisa de satisfacción en el rostro de Roy.¿Fue un sueño otra vez, o realmente lo hicimos de semejante manera?—¿Estás bien? —escucho una voz familiar.Me esfuerzo por despegar mis párpados y allí está Roy, a mi lado con su dulce mirada puesta en mí, mientras sigue acariciando mi cabello y mi rostro. No puedo creer que mi primo tenga un lado tan gentil. ¡Un momento! Entonces, ¿en verdad dormimos juntos?—Si —respondo después de espabilarme.Cuando vuelvo en mí, trato de levantarme y huir inútilmente. Apenas me logro enderezar mis piernas flaquean y caigo sobre Roy, y al terminar acomodada en sus brazos comienza a reír a carcajadas, pero no con esas risas de desprecio o burla, en este momento sus risas me parecen simpáticas e incluso hasta se ve tierno.¿Acaso viajé a otro mundo? ¿O me enviaron a un universo paralelo? ¡¿Este es mi primo Roy, el niño odioso con el que crecí?! Quedé estupefacta con su s
IrisAl escuchar el agua rebalsar abro los ojos asustada, y al hacerlo puedo ver a Roy que se está metiendo desnudo.—¡¿Qué haces?! —pregunto medio exaltada y medio a risas.—Yo también necesito un baño. —me responde tras acomodarse del otro lado de la bañera.—¡¿A si?! … Has lo que quieras. —me vuelvo a recostar y me relajo.—¿Segura? —susurra a mi oído.Puedo sentir su respiración en mi rostro, vuelvo a abrir los ojos y él está frente a mí, a solo unos centímetros de mi boca. De la impresión me suelto y me dejo hundir sin querer, a lo que Roy se levanta y me saca del agua.—¿Estás bien? —pregunta mientras palmea mi espalda. —Eres un tonto… ¡Me hiciste asustar! —exclamo al parar de toser, y él suspira aliviado.—Te lo compensaré… —me dice sonriendo, y luego se vuelve a meter a la bañera, pero esta vez se acomoda detrás de mí— Te haré unos deliciosos masajes que te harán olvidar de todo.—¡Sí, cómo no! ¿No será que buscas una excusa para aprovecharte de mí? —Tranquila...
Iris Con mi tía hablando sin parar, como si no tuviera la más mínima intención de irse, y con los dedos de Roy aún jugando dentro de mi vagina, mis piernas tambalean a punto de caer, al mismo tiempo que bloqueo mis gemidos con las pocas fuerzas que me quedan.—¿Hoy no tenías que ir a la central? ¿No se te está haciendo tarde? —grita interrumpiendo a su madre, luego de ver mis gestos de sufrimiento.Sin dejar de moverse, él sigue disfrutando de la escena y del peligro, mientras que yo estoy luchando por no dejarme vencer por la gravedad; estoy usando mi último aliento para no caer y terminar alertando a Mirta.—¡¡¡AY!!! ¡¡¡Sí!!! Menos mal me hiciste acordar, ya me voy... —comienza a alejarse— No hay nada para comer, cuando tengas hambre pídele a Iris que te prepare algo. —grita bajando por las escaleras.Cuándo finalmente escucho el ruido de su auto desaparecer, mis piernas se dejan vencer y caigo sobre el regazo de Roy, agitada y con la fuerza apenas suficiente para no deslizarm
RoyEn el momento en que la conocí me enamoré completamente de su rostro angelical, irradiaba una luz diferente que nunca había visto hasta ese entonces; no importaba por dónde la mirara, era hermosa de pies a cabezas, y aunque sé que me he comportado de mala manera, y que he llegado a ser bastante grosero y abusivo, no puedo imaginar a otra mujer a mi lado que no sea ella.No siempre fui un mal chico, de hecho antes de que mi padre se fuera era bastante dulce y considerado, y en cuanto Iris entró a mi vida siempre quise tratarla bien, quería tener una buena relación entre los dos y deseaba de todo corazón poder ser cualquier cosa que ella necesitara para ser feliz. Pero por alguna extraña razón, no me salía ser un buen niño en su presencia, estaba muy enojado con la vida misma y sin querer terminé por desquitarme con ella. Para mi madre siempre fui un objeto, algo que solo tiene valor cuando se puede beneficiar de el, pero en su momento gracias a mi padre eso no me importó; mien
RoyAlgunas semanas antes de aquel día ya me había contado toda su triste historia, por eso entendí que le dio somníferos a mi madre en honor a sus fechorías para que no pudiera ir tras él, y así de esta manera ellos tendrían la posibilidad de estar muy lejos antes de que ella pudiera hacer algo.Luego de varias horas Mirta finalmente despertó, y en cuanto lo hizo bajó apurada para buscarlo sin notar que yo estaba en la cocina comiendo; al parecer se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Cuando subí a su habitación encontré sobre su mesa de luz una pequeña nota, en ella Raymond escribió que se iba con su nuevo amor, una mujer que se llamaba igual que la anterior, y que no se molestara en buscarlo; tiempo después me enteré de que mi padre gastó todo el dinero escondido para adquirir un bote, me fue bastante irónico el hecho de que haya pagado su huida con el mismo dinero que mi madre le estaba quitando para si misma.Poco antes de que se fuera ya eran tiempos muy difíciles, no
RoyAl entrar a la piscina la agarré fuertemente para que no se ahogara, y cuando pude sentir su fina cintura entre mis brazos mi pene comenzó a endurecerse, y lo transparente de su camiseta mojada me provocaba aún más. Casi no podía controlarme, moría por hacerla mía en ese preciso momento, ni siquiera me importaban las personas a nuestro alrededor; antes de cometer alguna locura recordé lo humillado que me sentí al escucharla hablar con su amiga, y me puse a pensar lo mucho que me lastimaría su rechazo frente a todos, así que al sentir que esa parte de la piscina no era tan profunda, la solté y me fui lo más rápido que pude.Después de refrescarme un rato, volví a la fiesta pero ella ya no estaba, creí que se había ido a asear y que pronto volvería, y al no querer preocuparme continué disfrutando del ambiente y de unas bebidas frías; o por lo menos fue así hasta que, cuando estaba a punto de tomarme un coctel, mi amigo de la infancia me detuvo. —Yo que tú no me tomaba eso —dijo
RoyAl parecer pasamos el resto de la noche juntos, por que al despertarme con los gritos de mi madre, Iris aún estaba recostada sobre mi pecho con mis brazos a su alrededor. Traté de calmar a Mirta para que no se desquitara con Iris, pero no alcanzamos a decir mucho antes de que nos llevara al registro civil.Hizo un bochornoso escándalo para que nos permitieran casar ese mismo día; incluso llegó a gritar cosas insinuando que Iris podría estar embarazada. Pero pese a la vergüenza que nos estaba haciendo pasar, estaba más que feliz con la idea de pasar el resto de mi vida junto a ella, y no me importaba casarme o no, solo necesitaba que ambos estemos juntos. En secreto me acerqué a hablar con el juez para explicarle lo que había sucedido, le dije que no era correcto casarnos aún, y menos por un error de dos niños inconscientes; también le prometí que me haría cargo de ella y que no volvería a pasar algo así, o por lo menos no al menos que ambos estuviéramos sobrios y dispuestos.