EloyMe lancé sobre él una vez más y lo volví a golpear en el rostro, y luego de sonreír me devolvió el acto. Comenzamos un fuerte enfrentamiento que destrozó toda mi habitación, y tras destruir el sótano seguimos en el patio de mi casa, avanzando golpe a golpe hasta llegar a lo profundo del bosque; gracias a esa larga y cansadora pelea, tuve la oportunidad de soltar todo lo que venía guardando durante esas interminables semanas.Cuando finalmente nos cansamos, nos quedamos recostados sobre unas acolchadas pasturas.—¿Te sientes mejor? —preguntó Tadeo.—Si. Lamento haberte golpeado tan duro.—Eso no es nada, apenas fueron unos rasguños. —se limpió la sangre de una de las comisuras de sus labios y luego continuó— Entonces… ¿Qué sucederá a continuación? ¿Realmente te darás por vencido con ella?—Estoy seguro de que tú también lo notaste. Esa niña es diferente... Si no tengo cuidado las cosas se pueden salir de control.—Ya eres un adulto, tú sabrás lo que es mejor para ti —dijo Tadeo an
IrisTal y como me lo propuse, hice mi mayor esfuerzo por olvidarme de él, y aunque en un principio la idea pareció fácil, cada una de las veinticuatro horas del día eran una tortuosa agonía; el tiempo pasaba más lento de lo normal, más aún cuando tenía que cumplir con mi jornada laboral.Siempre que mi guardia bajaba y sin darme cuenta, me encontraba frente aquella pequeña habitación de la biblioteca, reviviendo una y otra vez esos adictivos recuerdos, de cuando nuestros cuerpos se dieron placer como si se conocieran de toda la vida; cada uno de sus movimientos y sus gestos, los sonidos y el aroma en el ambiente, todo lo que sucedió aquella madrugada se reproducía en mi mente como si lo estuviera viendo en vivo y en directo.Su rostro seguía apareciendo esporádicamente en mi cabeza, desorbitando los pocos momentos de tranquilidad que conseguía, y aumentando mi desesperación por poseerlo. Anhelaba con ansias volver a verlo y tener su cuerpo pegado al mío, y poder sentir su agitada res
IrisSi realmente era Eloy, de seguro volvería a su casa; termino de guardar mis cosas apresuradamente y tomo las llaves de mi auto, a su velocidad jamás lo alcanzaría sin su ayuda, ni aunque presione el pedal hasta el fondo lograría llegar antes que él.—¡Lo mejor será tomar un atajo por el bosque! —susurro para mi misma.En este momento no me importa si infrinjo o no las reglas del campus, subo a mi coche y voy lo más rápido que el motor me permite; ni siquiera presto atención a todo ese lodo que salta frente a mí, solo presiono el botón para encender el limpiaparabrisas y continúo. Pero para mi mala suerte, al llegar a cierto punto del bosque me tengo que detener, un pequeño grupo de árboles caídos me impide el paso y no me queda otra que seguir a pie.Tras avanzar unos cuantos metros finalmente puedo verlo, el sol que apenas va subiendo lo alumbra por la espalda, destellando su dorada luz contra las hebras de su sedosa cabellera negra y el resto de su cuerpo; magnifica su pre
IrisDeseaba con ansias que se detuviera, y que dejara de tratar de terminar con algo que aún no tuvo la oportunidad de empezar.Mi corazón bombea desesperadamente y un nudo bloquea mi garganta; no importa lo mucho que ruegue, en mi interior sé bien que no va a parar. “¡Por favor Eloy!”—Quiero cogerte una y otra vez hasta que me canse, para luego succionar hasta la última gota de tu ser. —vuelve a introducir sus dedos en mi interior con mayor brusquedad, y poco a poco va aplicando mayor presión en mi cuello— Tal vez no lo quieras creer, pero puedo destruirte con enorme placer y gozo… —luego de mantener el silencio por unos segundos continúa— No quiero ser esta clase de monstruo solo por ti. —me suelta y vuelve a poner distancia entre los dos, y con el ceño fruncido sigue hablando— Por eso te ruego que me dejes en paz antes de que ya no pueda controlarme, y acabe con tigo de una vez por todas.Tras sus hirientes palabras, mis lágrimas comienzan a brotar y una oleada de sentimie
IrisManejando por la ruta principal, me esfuerzo por soltar toda esa rabia que tengo acumulada; grito todo lo que se me ocurre mientras el viento golpea mi cara. Si alguien me viera en este momento, definitivamente creería que estoy demente.¡¡¡¿Cómo pudo pasarte esto a ti Iris?!!! ¡¡¡¿Cómo pudiste caer tan bajo?!!!Hay un dolor que me pulsa desde lo más profundo de mi estómago, tengo tantos insultos que quiero expresar por culpa de esos dos patanes, que mis palabras ya no pueden salir, se quedan atoradas en mi garganta. Mi orgullo está por los suelos gracias a Eloy, y mi corazón aún no se recupera del susto que me dio la basura de Tadeo; entre los dos ya no sé quién me lastimó más, si Eloy que pisó mi autoestima y mi corazón, o el imbécil que llegué a considerar una especie de amigo.Entre pensamiento y pensamiento finalmente llego a casa, o mejor dicho a la casa de Mirta, incluso ese detalle me está molestando; me duele no poder ir a un lugar al que pueda llamar hogar, nunca ha
IrisMis ojos no se quieren abrir. ¿Qué pasó? Lo último que recuerdo es la sonrisa de satisfacción en el rostro de Roy.¿Fue un sueño otra vez, o realmente lo hicimos de semejante manera?—¿Estás bien? —escucho una voz familiar.Me esfuerzo por despegar mis párpados y allí está Roy, a mi lado con su dulce mirada puesta en mí, mientras sigue acariciando mi cabello y mi rostro. No puedo creer que mi primo tenga un lado tan gentil. ¡Un momento! Entonces, ¿en verdad dormimos juntos?—Si —respondo después de espabilarme.Cuando vuelvo en mí, trato de levantarme y huir inútilmente. Apenas me logro enderezar mis piernas flaquean y caigo sobre Roy, y al terminar acomodada en sus brazos comienza a reír a carcajadas, pero no con esas risas de desprecio o burla, en este momento sus risas me parecen simpáticas e incluso hasta se ve tierno.¿Acaso viajé a otro mundo? ¿O me enviaron a un universo paralelo? ¡¿Este es mi primo Roy, el niño odioso con el que crecí?! Quedé estupefacta con su s
IrisAl escuchar el agua rebalsar abro los ojos asustada, y al hacerlo puedo ver a Roy que se está metiendo desnudo.—¡¿Qué haces?! —pregunto medio exaltada y medio a risas.—Yo también necesito un baño. —me responde tras acomodarse del otro lado de la bañera.—¡¿A si?! … Has lo que quieras. —me vuelvo a recostar y me relajo.—¿Segura? —susurra a mi oído.Puedo sentir su respiración en mi rostro, vuelvo a abrir los ojos y él está frente a mí, a solo unos centímetros de mi boca. De la impresión me suelto y me dejo hundir sin querer, a lo que Roy se levanta y me saca del agua.—¿Estás bien? —pregunta mientras palmea mi espalda. —Eres un tonto… ¡Me hiciste asustar! —exclamo al parar de toser, y él suspira aliviado.—Te lo compensaré… —me dice sonriendo, y luego se vuelve a meter a la bañera, pero esta vez se acomoda detrás de mí— Te haré unos deliciosos masajes que te harán olvidar de todo.—¡Sí, cómo no! ¿No será que buscas una excusa para aprovecharte de mí? —Tranquila...
Iris Con mi tía hablando sin parar, como si no tuviera la más mínima intención de irse, y con los dedos de Roy aún jugando dentro de mi vagina, mis piernas tambalean a punto de caer, al mismo tiempo que bloqueo mis gemidos con las pocas fuerzas que me quedan.—¿Hoy no tenías que ir a la central? ¿No se te está haciendo tarde? —grita interrumpiendo a su madre, luego de ver mis gestos de sufrimiento.Sin dejar de moverse, él sigue disfrutando de la escena y del peligro, mientras que yo estoy luchando por no dejarme vencer por la gravedad; estoy usando mi último aliento para no caer y terminar alertando a Mirta.—¡¡¡AY!!! ¡¡¡Sí!!! Menos mal me hiciste acordar, ya me voy... —comienza a alejarse— No hay nada para comer, cuando tengas hambre pídele a Iris que te prepare algo. —grita bajando por las escaleras.Cuándo finalmente escucho el ruido de su auto desaparecer, mis piernas se dejan vencer y caigo sobre el regazo de Roy, agitada y con la fuerza apenas suficiente para no deslizarm