Me sentía tan segura entre sus brazos, amaba sus caricias en mi cabeza, las leves cosquillas que me hacían sus dedos al rozar mi espalda, escuchar los latidos de su corazón era relajante, abrí los ojos contemplando nuestro reflejo en el espejo, era una imagen que me encantaba.
– ¿Qué harás con respecto a Grace?–cuestionó haciendo que suspirase, me separe de él sentándome en la cama
– No lo sé, no sé cómo sentirme, necesito tiempo, para digerir todo–nos quedamos en silencio por un largo rato– Tengo que contarle esto a Aiden–
– Él ya lo sabe–lo miré incrédula
– Tu padre también le dejo una carta–
– ¿Desde cuándo sabe de esto?–pregunté frunciendo el ceño
– Grace le dio la carta cuando nos marchamos de viaje–asent&iacu
Pov Archie Aquellos ojos oscuros que parecían perlas negras, me miraban aterrados, con súplica, estaban llorosos, tenía sus manos apretadas en un puño– Archie…–susurró con voz temblorosa– ¿No me crees?–– Claro que no te cree, deberías marcharte–mi madre iba a acercarse a ella con intención de sacarla, rápidamente sujete su brazo mirándola con seriedad, me giré hacia mi preciosa, le dedique una sonrisa acercándome a ella– Claro que te creo, como te dije, sé cómo eres, pero sobre todo, sé cómo es Amanda–coloqué mis manos en su rostro, quite con delicadeza las pocas lágrimas que habían conseguido escapar de sus ojos– Me asustaste–– Lo siento, es que quedé algo impresionado, nunca pensé que justame
Besaba con suavidad esos labios que me volvían loco, eran una adicción para mí, ella completamente lo era, una adicción muy dulce, nos separamos, abrí los ojos contemplándola, era hermosa, su nariz pequeña y respingona, su nívea piel, sus ojos tan oscuros como la noche, rodeado de largas pestañas, y ese hermoso cabello negro que caía como una cascada sobre sus hombros.– ¿Qué me miras tanto?–cuestionó con curiosidad, sonreí dándole un corto beso– Veo lo hermosa que eres–sus mejillas tomaron un ligero color rosado, siempre le pasaba cuando le decía este tipo de cosas, y me encantaba– Debería decírselo al mundo entero–me levanté del sofá bajo su atenta mirada, fui hacia la puerta que daba hacia el balcónSalí a este contemplando la ciudad, sentí sus manos en mi brazo, m
Después de que Grace se marchara, Aiden y yo, hablamos, estaba decaído debido a que su relación con Amber había terminado, lo decidieron así pues ella se marcharía a estudiar a Yale, en Connecticut.Retorcía mis dedos con nerviosismo, el sábado había llegado más rápido de lo que me hubiera gustado, eran las ocho de la tarde y su madre no había aparecido aun, le mire de soslayo, parecía tranquilo, pero el hecho de que no estuviera quieto, me decía lo contrario– Vamos a cenar, está claro que no vendrá–dijo acercándose a mí ofreciéndome su mano– Démosle media hora más–suspiró asintiendo, se sentó a mi lado mirándome– Estás preciosa, como siempre a decir verdad–– Gracias–me incline sobre él besando su mejilla, iba a alejar
Nos habíamos sumergido en un silencio, podía sentir las penetrantes miradas de Archie y su madre, no me atrevía a mirarlo, seguramente habría decepción en sus ojos.– ¿Tú has intentado…?–su pregunta se quedó en el aire, escuchamos el nombre de Amanda, rápidamente nos levantamos acercándonos al médico– ¿Cómo está?–cuestioné con preocupación– Se encuentra estable, el lavado de estómago fue un éxito, ahora está siendo trasladada a una habitación–suspiré aliviada, se marchó dejándonos en un incómodo silencio– Iré a preguntar por su habitación–comentó Harriet marchándose– Erin…–– Lo sé, hablaremos luego de ello–sonreí débilmente, él asin
Estábamos en silencio observándonos mutuamente, sentía que lo que veía era una ilusión, quizás mi vista me engañaba, pero esa voz era la suya, esos ojos grises, su cabello negro, ese lunar debajo del ojo izquierdo, aquel tatuaje en su antebrazo, en forma de flecha y en medio una brújula– Erin, ¿estás bien?–cuestionó haciéndome volver a la realidad– Si… Solo, me ha sorprendido verte–dije a lo que él sonrío– ¿Cuándo has vuelto?–– Ayer, mi madre no paraba de insistirme, ya sabes cómo es–asentí, rápidamente quedamos en un silencio incómodo– Será, mejor que me vaya, ya nos veremos–comenté dándome la vuelta, pero su mano en mi brazo me impidió marcharme– Espera–me di la vuelta soltándome rápid
Apoyada en el marco de la puerta, miraba con una sonrisa a las personas que se encontraban en el salón de estar, Archie, Amanda… Grace, era extraño verla aquí y que mi padre fuera el ausente.Una punzada de dolor, me atravesó el pecho, lo extrañaba tanto, respire hondo llevando mi mano hacia el relicario que Archie me había regalado, desde que lo tenía, era como si mi padre estuviera más cerca de mí.Vi como Archie miraba su móvil, salió del salón, con curiosidad lo seguí hasta el patio trasero, mire a través de la puerta de cristal como parecía hablar con alguien, despacio abrí saliendo– ¿De verdad?–comentó en tono alegre– Si, no te preocupes, mándame la dirección he iré enseguida, adiós–colgó la llamada girándose, momentáneamente s
Pov AidenContemplaba de forma ausente mi taza vacía, mis pensamientos estaban en otro lugar, concretamente, en una persona, en esa hermosa chica de ojos azules con el corazón y el alma lleno de cicatrices, que me moría por sanar con besos, caricias.Suspiré pasando mi mano por el cabello despeinándolo, me sentía frustrado, por más indirectas que le lanzaba, ella las ignoraba, volví a suspirar levantándome de mi asiento, deje la taza en el fregadero, salí de la cocina con una gran decisión. Si con indirectas no funcionaba, a la mierda el ser sutil, sería directo, subí los escalones de dos en dos, me detuve delante de su puerta, iba a tocar, pero me detuve al ver que estaba entreabierta y de dentro salía una melodiosa voz cantando una canción de cuna.Despacio abrí la puerta, ante mí se encontraba una maravillosa imagen,
Al entrar en casa, todo estaba en absoluto silencio, suspiré subiendo las escaleras, me detuve delante de su puerta, iba a llamar, pero me contuve, no sabía con exactitud que decirle, revolví mi cabello algo frustrado, sacudí la cabeza, y sin pensarlo más, llamé suavemente, no quería despertar a Noah.Escuché sus pasos al otro lado, la puerta se abrió dejándome verla, se había cambiado, tenía puesta su bata color verde esmeralda de seda, me quedé algo paralizado, se veía tan sensual, sacudí la cabeza alejando las imágenes que estaban bombardeándome.– ¿Podemos hablar?–cuestioné a lo que ella asintió, salimos de la habitación y fuimos a la mía, al entrar se sentó en mi cama mirándome– Siento mucho lo que sucedió hacia el final de la cita, yo…–– No debes