Comenzaba a caer el sol, Mauricio y los obreros se retiraron dejando a Pablo y a Dante sentados en las escalinatas de la casa ahora desmantelada por completo, durante el almuerzo que llevaron Elena y Belinda, Pablo le dio su opinión sobre la manera de conseguir que el río no volviera a inundar el área productiva, como Dante lo predijo Pablo tenía mejor visión en lo practico en cuanto a durabilidad, Dante lo invitó a ver sus cálculos y planos y Pablo fue con él, encontrándose en el plano profesional antes de acercarse como amigos, Elena y Belinda regresaron felices a La Mágica Cascada, ahora después del agotamiento de haber trabajado como obreros, se habían acercado lo suficiente para enfrentar sus problemas.
—Dante creo que te debo una disculpa, es lo que mi mujer quiere que haga, no me dejará en paz hasta que vea que estamos bien, así son las mujeres. Pero no me sale, tú me debes una disculpa a mí.
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Hola querido lectores, les recuerdo que las historias de Elena y Pablo y Brenda y Sebasthian están disponible en Buenovela, búscalas como Elena De Larsson y Brenda La Valkiria. Gracias por acompañarme en esta saga romántica Chicas de Orfanato. Karina Peña De Goncalves
—Brenda, vengo asqueroso —Dante le mostró las manos y sonrió para excusarse de no darle la mano por todo el barro que traía encima. —Eso está mejor, eres trabajador, no te preocupes solo es barro. Brenda dejó su mano extendida y Dante se la tomó con delicadeza y le besó el dorso mirándola a los ojos. —Es un placer empezar de nuevo cuñadita. —Ja, ya veo porque mi hermanita no pudo resistirse, hasta andando asqueroso es un seductor. Todos rieron, Brenda se acercó a Pablo que le dio un beso en la frente con gesto fraterno. —Ustedes quieren un trago ¿cierto? —preguntó Robert a Dante y Pablo que afirmaron. —Robert yo también quiero —respondió Brenda—, el whisky es lo que menos calorías tiene y me estoy cuidando, gracias a una pareja insólita e insufrible me he salido de la dieta. Belinda negó con la cabeza
Dante entró a la habitación oscura, vio la silueta de Belinda bajo las sabanas, se había dormido, ya la había notado borracha, él no venía haciendo eses, pero si estaba mareado, fue al baño a echarse agua en el cuerpo, su querida novia estaba dormida, cuando salió del baño envuelto en una toalla la luz estaba encendida y Belinda estaba frente a la cama con el más sugerente y diminuto conjunto de lencería, Dante tragó grueso, el fucsia de la prenda combinaba con sus mejillas encendidas. — A ver mi amor, dame una vueltica —Belinda sonrió y lo complació dando una vuelta sin pose ni modelaje, pero igual fue lo más sexi y erótico que vio Dante en su vida, su hermosa Belinda llena de ternura y con fuego interno que le costaba controlar. — ¿Ya te he dicho que eres lo más hermoso que he visto en mi vida? — ¿Te gusta que te espere así? —Por favor hagámoslo cos
Dante se entregó al trabajo con más ansias, quería sorprender a Belinda, Daniel y Donna regresaron, Ahora con 3 arquitectos y un ingeniero, el trabajo era veloz, recibieron a muchos obreros, incluyendo los hombres de La Madonna, el ritmo de construcción era igual al de mega construcciones, Dante dirigía personalmente la construcción de la casa familiar, la capilla y una cabaña en la que él mismo trabajaba y que quería tener lista para cuando regresara Belinda y pudieran vivir allí después de la boda, cuando la casa estuviera construida esta estructura podía servir como casa de un futuro administrador, Dante no le dijo a nadie, pero quería que les recordara la cabaña de La Colonia Tovar, sabía que Belinda se iba a sentir muy complacida con esta sorpresa. Cuando pasó una semana desde que se fuera Belinda, conversaban por video llamada ambos en sus camas, Belinda en New York, Dante en La Mágica Cascada, lo hacían a diario antes de
El día de la boda llegó con un sol brillante, muy temprano fue el matrimonio civil, esto fue más difícil para Belinda, era más íntimo, sería con ambos sentados frente a un juez en un escritorio en el estudio de Robert en la Mágica Cascada, con solo la familia alrededor, era el último momento valedero para decir a Dante, no te sacrifiques por mí, sin embargo, antes de entrar al recinto, Dante estaba sereno y ella muy nerviosa, él tomó sus manos frías entre la de él y miró sus uñas muy corticas debajo de la piel, a ella le dio vergüenza sus manos tan poco agraciadas. —Volveré a usar brillo con ajo para no morder más mis uñas. Dante arrugó la cara. —No sería mejor si dejas de preocuparte por todo y te dedicas a ser feliz. Belinda se derritió, Dante tenía razón, él estaba allí, si no quisiera seguir con todo esto se lo hubiera dicho, Belinda lo abrazó feliz de estar entre sus brazos.<
—Amor mío, no quisiera salir de nuestra cabaña, pero tengo muchas cosas que hacer. Belinda estaba acostada en su pecho moviendo sus dedos haciendo formas, Belinda se había levantado temprano para hacerle desayuno y Dante la había arrastrado a la cama antes de terminar, Belinda apenas pudo apagar el gas cuando su esposo la cargó y la llevó a la cama, molesto en broma por levantarse sin satisfacer su despertar, después de terminar el desayuno y comer, regresaron a la cama, a seguir disfrutando de ellos, eran insaciables, pero ya era medio día. —Lamentablemente no podemos parar el reloj, tu madre me dijo que quería hablar conmigo, de cómo llevar esta hacienda. —Perdón por eso, tendrás que tener paciencia para soportar su cháchara. —Ha sido muy amable conmigo, solo tiene ese orgullo según necesario para ser una Martino, algo así como lo que cuentas de tu padre. —No le permitas que te inc
—No quiero volver a ver a esa mujer Dante —dijo Belinda en voz baja y con dolor en su rostro—, esto es una fiesta familiar, no tenía que acercarse. — ¿Acaso crees que yo la invite? —Sé que no lo hiciste, sé que a ti no te agrada el drama, al parecer a esa mujer sí, te pedí que tuvieras a tus mujeres con discreción para que la gente no me tuviera lastima y se burlaran de mí. — ¿Así es como piensas? En las reglas de aquel acuerdo que no incluía matrimonio, sin embargo, aquí estamos, obviamente todo cambió. — ¡Yo me esfuerzo Dante! —Belinda sentía cargo de conciencia, pero estaba furiosa y escuchar como Dante le recordaba que él no quería casarse solo la entristeció, derrotada continuó—, me esfuerzo por ser una mujer que te llene, de compensar el hecho de haber cambiado tu vida y ser tu error, pero no me da la gana de aguantarme a esa mujerzuela, no la quiero volver a ver.
En la hacienda La Mágica Cascada habían invitados de Robert, jóvenes solteros que vinieron a pasar las fiestas y disfrutar de lo que ofrecía la espectacular hacienda, esta era muy grande y con capacidad para alojar a muchas personas sin que se tropezaran al ser varios grupos, sin embargo, aunque eran jóvenes contemporáneos con Belinda y Johana, no hicieron amistad con ellas, Belinda los veía a todos inmaduros y superficiales. Sonia no regresó con Dante a París, ella había insistido en quedarse, porque según ella, con Donna en su viaje de luna de miel, y su querida nuera sin Dante necesitaba a su suegra, así que prefirió quedarse e irse después de las fiestas, Sonia Pizzola viuda de Leonardo Martino era una mujer elegante, su cabello castaño y sus ojos verdes llamativos. Aunque hace tiempo no era la misma jovencita que se casó por mandato de sus padres por conveniencia, aun se mantenía atractiva, su piel clara no tenía arrugas ni manch
—Dante tú no quieres tu vida de antes, esa es una etapa superada, creo que ya te diste cuenta. — ¿No te importa que regrese antes de lo planeado a Venezuela? —Para lo que estás haciendo aquí —Pablo sonrió. —Gozas de verme así. —No es que lo goce, solo que me parece increíble verte desesperado y enamorado, lárgate de aquí, arregla tu vida, rendirás más cuando estés tranquilo con tu mujer, yo regresaré antes de navidad, buscaré a mi familia y pasaremos las fiestas todos en la hacienda de mi madrina. —Pablo, sé que sonaré ridículo, pero a quién más podría decirle, eres mi hermano y te toca aguantar un melodrama masculino y de m&iacut