Dante entró a la habitación oscura, vio la silueta de Belinda bajo las sabanas, se había dormido, ya la había notado borracha, él no venía haciendo eses, pero si estaba mareado, fue al baño a echarse agua en el cuerpo, su querida novia estaba dormida, cuando salió del baño envuelto en una toalla la luz estaba encendida y Belinda estaba frente a la cama con el más sugerente y diminuto conjunto de lencería, Dante tragó grueso, el fucsia de la prenda combinaba con sus mejillas encendidas.
— A ver mi amor, dame una vueltica —Belinda sonrió y lo complació dando una vuelta sin pose ni modelaje, pero igual fue lo más sexi y erótico que vio Dante en su vida, su hermosa Belinda llena de ternura y con fuego interno que le costaba controlar.
— ¿Ya te he dicho que eres lo más hermoso que he visto en mi vida?
— ¿Te gusta que te espere así?
—Por favor hagámoslo cos
Gracias por seguir mi historia y sería genial me dejes una reseña, recuerda que en Elena de Larsson y Brenda La Valkiria podrás conocer más de cerca estos personajes de la saga chicas de orfanato. Karina Peña De Goncalves
Dante se entregó al trabajo con más ansias, quería sorprender a Belinda, Daniel y Donna regresaron, Ahora con 3 arquitectos y un ingeniero, el trabajo era veloz, recibieron a muchos obreros, incluyendo los hombres de La Madonna, el ritmo de construcción era igual al de mega construcciones, Dante dirigía personalmente la construcción de la casa familiar, la capilla y una cabaña en la que él mismo trabajaba y que quería tener lista para cuando regresara Belinda y pudieran vivir allí después de la boda, cuando la casa estuviera construida esta estructura podía servir como casa de un futuro administrador, Dante no le dijo a nadie, pero quería que les recordara la cabaña de La Colonia Tovar, sabía que Belinda se iba a sentir muy complacida con esta sorpresa. Cuando pasó una semana desde que se fuera Belinda, conversaban por video llamada ambos en sus camas, Belinda en New York, Dante en La Mágica Cascada, lo hacían a diario antes de
El día de la boda llegó con un sol brillante, muy temprano fue el matrimonio civil, esto fue más difícil para Belinda, era más íntimo, sería con ambos sentados frente a un juez en un escritorio en el estudio de Robert en la Mágica Cascada, con solo la familia alrededor, era el último momento valedero para decir a Dante, no te sacrifiques por mí, sin embargo, antes de entrar al recinto, Dante estaba sereno y ella muy nerviosa, él tomó sus manos frías entre la de él y miró sus uñas muy corticas debajo de la piel, a ella le dio vergüenza sus manos tan poco agraciadas. —Volveré a usar brillo con ajo para no morder más mis uñas. Dante arrugó la cara. —No sería mejor si dejas de preocuparte por todo y te dedicas a ser feliz. Belinda se derritió, Dante tenía razón, él estaba allí, si no quisiera seguir con todo esto se lo hubiera dicho, Belinda lo abrazó feliz de estar entre sus brazos.<
—Amor mío, no quisiera salir de nuestra cabaña, pero tengo muchas cosas que hacer. Belinda estaba acostada en su pecho moviendo sus dedos haciendo formas, Belinda se había levantado temprano para hacerle desayuno y Dante la había arrastrado a la cama antes de terminar, Belinda apenas pudo apagar el gas cuando su esposo la cargó y la llevó a la cama, molesto en broma por levantarse sin satisfacer su despertar, después de terminar el desayuno y comer, regresaron a la cama, a seguir disfrutando de ellos, eran insaciables, pero ya era medio día. —Lamentablemente no podemos parar el reloj, tu madre me dijo que quería hablar conmigo, de cómo llevar esta hacienda. —Perdón por eso, tendrás que tener paciencia para soportar su cháchara. —Ha sido muy amable conmigo, solo tiene ese orgullo según necesario para ser una Martino, algo así como lo que cuentas de tu padre. —No le permitas que te inc
—No quiero volver a ver a esa mujer Dante —dijo Belinda en voz baja y con dolor en su rostro—, esto es una fiesta familiar, no tenía que acercarse. — ¿Acaso crees que yo la invite? —Sé que no lo hiciste, sé que a ti no te agrada el drama, al parecer a esa mujer sí, te pedí que tuvieras a tus mujeres con discreción para que la gente no me tuviera lastima y se burlaran de mí. — ¿Así es como piensas? En las reglas de aquel acuerdo que no incluía matrimonio, sin embargo, aquí estamos, obviamente todo cambió. — ¡Yo me esfuerzo Dante! —Belinda sentía cargo de conciencia, pero estaba furiosa y escuchar como Dante le recordaba que él no quería casarse solo la entristeció, derrotada continuó—, me esfuerzo por ser una mujer que te llene, de compensar el hecho de haber cambiado tu vida y ser tu error, pero no me da la gana de aguantarme a esa mujerzuela, no la quiero volver a ver.
En la hacienda La Mágica Cascada habían invitados de Robert, jóvenes solteros que vinieron a pasar las fiestas y disfrutar de lo que ofrecía la espectacular hacienda, esta era muy grande y con capacidad para alojar a muchas personas sin que se tropezaran al ser varios grupos, sin embargo, aunque eran jóvenes contemporáneos con Belinda y Johana, no hicieron amistad con ellas, Belinda los veía a todos inmaduros y superficiales. Sonia no regresó con Dante a París, ella había insistido en quedarse, porque según ella, con Donna en su viaje de luna de miel, y su querida nuera sin Dante necesitaba a su suegra, así que prefirió quedarse e irse después de las fiestas, Sonia Pizzola viuda de Leonardo Martino era una mujer elegante, su cabello castaño y sus ojos verdes llamativos. Aunque hace tiempo no era la misma jovencita que se casó por mandato de sus padres por conveniencia, aun se mantenía atractiva, su piel clara no tenía arrugas ni manch
—Dante tú no quieres tu vida de antes, esa es una etapa superada, creo que ya te diste cuenta. — ¿No te importa que regrese antes de lo planeado a Venezuela? —Para lo que estás haciendo aquí —Pablo sonrió. —Gozas de verme así. —No es que lo goce, solo que me parece increíble verte desesperado y enamorado, lárgate de aquí, arregla tu vida, rendirás más cuando estés tranquilo con tu mujer, yo regresaré antes de navidad, buscaré a mi familia y pasaremos las fiestas todos en la hacienda de mi madrina. —Pablo, sé que sonaré ridículo, pero a quién más podría decirle, eres mi hermano y te toca aguantar un melodrama masculino y de m&iacut
Esperó a Belinda en su habitación sentado en la cama, Belinda salió cubierta con una toalla y mirando a Dante con ira. —Prometiste amarme, honrarme y respetarme y ahora me odias. —Yo no te odio, Dante, pero te dejé muy claras mis condiciones cuando te fuiste a París, y no tienes 5 minutos conmigo cuando ya tus mujeres empiezan a llamar. — ¿Cuáles mujeres?, yo cambié Belinda. —Ojalá pudiera creerte. Por eso a Dante no le importaba la opinión de nadie, era imposible cumplir las altas expectativas del mundo, molesto le respondió con ironía. —Entonces monjita, seguiremos casados de apariencia para que yo pueda trabajar y que tus amado personal de La Madonna puedan ser felices. —Nuestro plan original estaba bien, sigamos así. Dante pasó las manos por su cabello, debía tener paciencia y pensar una estrategia, decid
Dante acompañó a su madre y las niñas a un acto en la parroquia el 24 de diciembre, él tocó el piano, pero no cantó, Sonia dirigió a las niñas pequeñas y cantó con las más grandes, al finalizar el acto y la misa, el doctor Rafael se acercó a ellos a desearles feliz navidad, se veía un poco incómodo con ellos, Dante lo trató con amabilidad sin dejar de abrazar a Belinda que se sentía un poco apenada con Rafael, si ella no hubiera sido tan inocente, hubiera notado qué él siempre mostró un trato especial con ella y no la hubiera sorprendido, seguro pensaba que ella estaba loca, pues ni modo, él debía olvidarla, ella amaba a su esposo. En la cena con la familia Mendoza, compartieron y todos dieron y recibieron regalos de navidad, los Mendoza le tendieron la mano y ayudaron en un