Al sentarme sentí su nariz en mi cuello, mi piel se erizo de inmediato. - ¿Está bien? -. Pregunté al girarme hacia él quedando a escasos centímetros de su cara.
Mi corazón se aceleró, al igual que mi pulsó, me sumí en sus dos pozos negros, no podía desprenderme de su mirada, sentía una fuerte atracción hacia él.
No pude contenerme, lo tomé de la camisa lo atraje hacía mí y lo besé con fiereza quería todo de él, mi cuerpo se estremeció cuando su lengua tocó la mía...
Sentí su mano acariciar mi mejilla, parpadeó varias veces, había sido mi imaginación, estaba imaginando besarlo.
-por dios Dany pero que te pasa eres de lo peor-. me reproché.
Me levanté de inmediato. -Disculpe señor Hegel que deseaba de mí-.
-Todo-. Lo miré sorprendida.
- ¿Como? -. Tal vez había escuchado mal.
-Quería invitarla a cenar-. Me solté y caí en la silla como una papayita.
Lo mire perpleja. -Lo siento señor Hegel, aunque de señor no tiene nada digo... Sacudí mi cabeza. -Creo que es mala idea, usted es mi jefe y se vería mal-.
-Será una cena para conocerte, quiero conocer a todos los que trabajan aquí-. Camina hacia su asiento y se sentó.
-Eso quiere decir que ya ha invitado a varias de las chicas-. Sentí mi sangre hervir, ¿estaba celosa?, ¿No o sí?
-No, empezaré contigo-. Me sorprendió. -Solo será una cena para hablar de trabajo-. Mi corazón se estrujo al escucharlo decir eso.
-Si es sobre trabajo puede llamar a mi agente y hablar con él sobre lo que tenga qué decir, él es él que se encarga de todo-.
-Lo que tengo que decir sólo lo quiero hablar contigo-. Trague grueso.
-Lo siento, pero no puedo-.
-Me estás despreciando la invitación-.
-¡No!
- vamos Dany es solo una cena con él dios griego-.
-Y entonces, acaso tengo que pedirle permiso a tu novio-. Fruncí el ceño.
-Yo no tengo...
-No importa solo será una cena-. Suspiré.
-Usted sabe cómo son los paparazzi-.
-Y quien dijo que iremos a cenar en un restaurante-. Lo mire. -Cenaremos en mi apartamento, creo que estaremos más seguros de cualquier cámara-. Hice una mueca al pensar que ahí iba a llevar a todas las chicas.
- ¡Oh vamos Dany estas celosas, que me sucede hoy!, cómo voy a estar celosa por alguien que no es nada mío-. Estoy fatal, lo sé.
- ¿Qué dices? -. Se recuesta en el respaldo de la silla.
-Solo será una cena no te hagas la difícil sientes una atracción por él lo sabes-.
-Está bien aceptado-. Él me brinda una hermosa sonrisa.
-Te espero en el estacionamiento en dos horas-. Asentí.
-Eso es todo-.
-Si-. No quitaba su mirada de la mía.
-Con permiso-. Me levanté y caminé con rapidez a la puerta.
Tenía el corazón a mil, ese hombre es un mal para mí, sí me pone así cómo me pondré cuando esté con él a solas. Fui al baño y me eché agua en la cara, lo necesitaba mucho.
Regreso con los demás, como dije no había mucho que hacer, cuando me di cuenta ya se había pasado las dos horas, me despedí de todos y salí, al llegar al estacionamiento lo vi recostado en su auto, solo con verlo mis piernas se pusieron débiles, jamás alguien había causado ese efecto en mi.
-Hola, digo buenas-.
-Hola-. Me saludó igual, abrió la puerta para mí, subí al auto él cerró la puerta, rodeo el auto y subió.
-Está muy lejos de su apartamento-.
-No mucho descuida llegaremos en unos treinta minutos-. Asentí.
Él puso el auto en marcha, mire por la ventana, sentía su mirada en mí, trataba de no mirarlo como quisiera que la cena y lo que tenga que decirme lo haga rápido, y así poder ir a mi casa.
Como dijo en treinta minutos estaba estacionado su costoso auto en el hotel más lujoso del estado.
Él bajó, suspiré, puse mi mano en la puerta, pero esta fue abierta antes que yo lo hiciera, salí del auto plise la falda de mi vestido, él hizo un ademán para que lo siguiera. Le sonreí nerviosa y caminé hacia donde él me indicó, sentí su mano en mi cintura, me estremecí al sentir sus dedos acariciar mi espalda baja.
Al llegar al elevador marcó una clave, el elevador abrió así dejándonos subir en él, nos adentramos al elevador este cerró sus puertas metálicas, marco la clave nuevamente y empezamos a ascender. De vez en cuando lo miraba al igual que él a mí, las puertas se abrieron y salimos de él, vaya que el piso que él habitaba era digno de reyes.
Abrió una puerta y me cedió el paso. -Bienvenida a mi humilde morada-. Humilde si claro, yo vivo en una pocilga entonces.
-Gracias-. Dije nerviosa.
-Permíteme-. Se colocó detrás de mí, tomó mi saco y me ayudó a quitármelo. -Siéntete como en tu casa, ya vengo-. Me senté en uno de los sofás, vaya que era muy lindo el departamento, el diseño minimalista era hermoso.
Una señora mayor apareció, al parecer era la ama de llaves, me sonrió y salió.
-Acompáñame-. Di un respingo al escuchar su voz. -Lo siento no fue mi intención-.
-Descuida siempre me pierdo en mis pensamientos-.
-Y qué pensabas si se puede saber-.
-En nada a veces pienso en la nada-. Llegamos al comedor, él retiró una de las sillas para que me sentará. -Gracias-. Tomó asiento a la cabeza.
-Espero te gusten los platillos-. Tomó una de las charolas y la abrió, me sirvió un poco, los platillos iban pasando al igual que las copas de vino tenía que calmar mis nervios de alguna manera...
-Wao estuvo delicioso todo, pero aún no entiendo ¿el por qué estoy aquí?
-Ya lo sabrás, no seas tan impaciente-.
-Mientras espero puedes servirme otro poco de vino-.
-Te vas a embriagar y no podremos hablar bien-.
-No creo que me embriague con unas cuantas copas de vino tinto-. Lo miró.
-No, pero con las que llevas son suficientes y este vino ha sido añejado por cien años-. Lo mire dándole el último sorbo de lo que quedaba en mi copa.
- ¿Cómo sabes que fue añejado todo ese tiempo?, si tienes como unos veintiocho años-. Sonreí, si ya estoy mareada.
-Tengo treinta y uno y se muy bien que ese vino fue añejado por ese tiempo por lo tanto es más fuerte que los demás-.
-Okey tu eres el experto-. Lo mire con los ojos abiertos. -Digo usted-.
-Descuida preciosa-. Me sonrió pero que guapo se ve. -Más nos vale disfrutar del vino ya que te lo estás acabando-. Reí fuerte. -Eres hermosa-. Me sonroje sentía mi mejilla arder. -Vamos al salón-. Asentí.
Al levantarme casi me voy al piso, él me tomó de la cintura y me ayudó a ir al salón, me senté en el sofá al igual que él se sentó a mi lado.
-Estas bien-.
-Si eh....
Mi móvil sonó y lo saque del bolso, ¡hay! Me van a colgar. -Tengo que contestar-. Me levante con un poco de dificultad.
Llamada.
-Hola mami ¿cómo estás?
-Daniela, ¿donde estas hace horas debiste llegar y aún no lo haces, se puede saber dónde estas?
-Estoy en un lugar hermoso-.
-Estás tomada Daniela-.
- ¿Que no mamá ya tengo que irme?, me quedaré con Esteban-.
-Este bien corazón ten mucho cuidado-.
-Okey ma te quiero-.
Fin de llamada.
Regresé con él, al sentarme casi caigo encima de él.
-Lo siento-.
-Descuida....
No sé cuantas copas llevó. -Creo que ya es suficiente para mi-. Puse la copa en la mesa, pero está cayó.
-Creo que no estas muy bien que digamos o mejor dicho no estamos bien-. Sonrió.
- ¡Sabía que tiene una hermosa sonrisa! -. Se acercó a mí acarició mi mejilla.
-Lo mismo digo de ti, eres hermosa-. Se acercó a mí, su aliento choca con mi rostro.
-Muero por besarte-. Dije, sentí sus labios tocar los míos, entre abrí mi boca para así unir mis labios con los suyos, sentir él calor de su boca era la sensación más excitante que he sentido en un beso, su lengua tocó la mía me acostó en el sofá, nos separamos por falta de aire. -Estoy delirando nuevamente-. Dije entre jadeos.
-No preciosa, esto es real-. Volvió a besarme nuevamente nuestras lenguas danzaban en sincronía pase mis manos por su cuello, lo pegue más a mí. -Serás mía-. Lo escuche decir. -Dime que serás solo mía-.
-Seré solo tuya-. Lo mire, volvió a tomar mis labios con los suyos, llevó sus manos a mis piernas.
-Eres mía desde siempre, mía...
Espero les guste esta nueva historia gracias por el apoyo.
Narra Kyril.Besar sus labios era lo más placentero, no sé qué voy hacer con ella, pero una cosa tengo muy segura es que la voy a mantener a mi lado hasta el último día de su vida.No estaba ebria como ella lo estaba, es más, ese vino no me hacía efecto, para ello tendría que tomarme una bodega entera.-Serás mía-. Le dije. -Dime que serás solo mía-. Le hablé de manera sugerente.-Soy solo tuya-. Me respondió eso hizo que Zeev gruñera.La besé, quería hacerla mía, pero quiero que ella esté consciente cuando lo haga, deslice mi mano por sus piernas hasta llegar a sus muslos. -Eres mía desde siempre, mía. —La tomé en mis brazos y la llevé conmigo a la habitación, la desnudé dejándola solo en ropa interior.La miré de arriba abajo su cuerpo es hermoso y ese bronceado me vuelve loco, la acosté en la cama, besé toda su piel, sus gemidos me hacían querer enterrarme dentro de ella.Seguí besando su cuerpo, hasta deleitarme, sus gemidos hacían ronronear a Zeev, me acosté a su lado la atraje h
Fui abriendo los ojos poco a poco y miré a mi alrededor, estaban todas las chicas y alguno de los modelos, al igual que Josías. -Dany me tenías muy preocupado que te paso-. - ¿Que me paso de que hablas? -Los mire extrañada. -No te acuerdas hace media hora estabas mal sudabas y estabas fría, pensé que te ibas a morir-. -Estoy bien, perfectamente que no me ven-. Sonreí. Si me acordaba de lo sucedido, pero no quería asustarlos, ni yo sé que fue lo que me pasó. -Estaré pendiente de ti señorita-. Me dice Josías. -De acuerdo, pero no me aceches por favor-. Uní mis manos. Todos empezaron a retirarse, me levanté y fui al cuarto de baño, tomé una ducha de veinte minutos, al salir me vestí. La noche llegó, me acosté en mi cama, me sentía cansada. Los días siguientes me recupere no sentía esa opresión tan fuerte, pero si sentía como si algo me faltaba, o como si alguien estaba sufriendo por mi culpa, no sé era algo raro. La semana pasó tan rápido que ya estamos de vuelta a la ciudad, Jos
Narra Kyril.Esperé la semana entera por ella, tenía el plan perfecto para traerla a mí, me hice pasar por un cliente para poder solicitar los servicios de Daniela cómo modelo, dije que era de esa prestigiosa compañía que hace productos de belleza.Soy socio así que no importa, cuando llegó el pedido a mis manos los firme, pronto la iba tener conmigo, su móvil no paro de sonar hasta que murió.Cuando se llegó el día de mandar por ella escogí uno de mis guerreros y de mayor confianza, le prohibí cruzar palabra alguna con ella, no quería que ni la mirara, su piel exótica atrae muchas miradas, no quiero que nadie la mire tal vez estoy obsesionado con ella, pero es lo que hay ella es solo mía.Ya en la tarde Nico me avisó que venían llegando, moría de la impaciencia, y Zeev no ayudaba en nada, él también estaba loco por su llegada, salí del despacho y tome una ducha para bajar mis revoluciones, quería verla ya, al empezar bajar las gradas sentí su olor, camine con ansias de besar sus labi
La coloque de espalda y volví a penetrarla, haciéndola una vez más mía, porque es solo mía, y espero le quede muy claro, que desde hoy es solo mía.Luego de ducharnos salimos envueltos en una toalla, ella miro su ropa la recogió, desde que salimos del baño no me mira, la mire con una sonrisa. -Lo siento prometo reponértela-. Asintió, tome mi camisa y se la di, ella la tomo nerviosa y se la colocó, me coloque el bóxer y el pantalón. -Vamos te llevo a tu habitación-. De la que no pienso salir.Abrí la puerta, caminé junto a ella tomándola de la cintura, subimos las gradas pasamos varias habitaciones hasta llegar a la suya que está al lado de la mía. -Ponte cómoda, si necesitas algo esa es mi habitación-. Asiente salí de la habitación cerrando la puerta.Fui a mi habitación y me cambié, baje y fui al despacho, rememore todo lo que había pasado hace unos minutos o talvez una hora…Horas después fui a la habitación a decirle que ya íbamos a cenar, alce la mano para tocar la puerta, la escu
Narra Daniela.Al despertar siento esos brazos fuertes rodear mi cintura, su intimidad pegada a mis pompis, los dos estamos desnudos, está vez no podré escapar de él, y no podía hacerlo, aún tengo pendiente lo de las fotografías.No sé quién será el fotógrafo, es raro ya que siempre mandan a uno de la agencia.Trato de levantarme, su agarre se fortalece más. —Esta vez no escaparás de mi Daniela —Su voz es ronca que hace que mi piel se erice.—No pienso escapar, pero podrías aflojar tu agarre un poco siento que me voy asfixiar —Besa mi hombro.—Pensé que escaparías, no puedes dejarme solo —Su voz suena diferente, un poco más grave.—Pero tengo que trabajar —Le digo, me giro en sus brazos para verlo, sus ojos están de ese azul cielo, levanto la cabeza y lo observó mejor. —Como es que tus ojos cambian de color —Lo miro detenidamente, sus ojos han vuelto a ser negros.—¿Por qué lo dices?, tenía los ojos de otro color —Asiento. —Debe ser mi lobo —Daleo la cabeza.—Tu ¿lobo? —Esta de broma.
—Disculpe señorita, pero no tengo ninguna orden del Alpha para llevarla de vuelta —Frunzo el ceño.—¿Alpha? —Pregunto.—El señor Kyril.—¡Oh!, Pero no necesito que él señor Kyril lo apruebe, creo que aquí no hay nada que hacer.—Lo siento señorita, pero no puedo hacer nada —Bufo.—Porque no puedes hacer nada dime, necesito llegar a la ciudad hoy mismo —Tal vez estoy siendo hostil, pero necesito irme, además en dos semanas tengo que ponerme la inyección, no quiero tener hijos aún.Y no creo que el señor Kyril quiera tener hijos con su amante, si eso es lo que somos, amantes, y no creo que él este casado.—Lo siento son órdenes, mejor entre y espere al señor Kyril —Resoplo frustrada.—Si no me llevas me iré yo sola —Soy ignorada totalmente.Me doy la vuelta, suspiro son las diez de la mañana, alguien se apiadará de mí, además el clima de hoy es mejor que él de ayer, tal vez haya algún taxi.Camino en el camino lleno de grava… al llegar a la salida mi corazón se acelera.—Pero que rayos m
Narra Kyril.—No, es lo que te mereces por querer escapar —Me acerco a ella, que retrocede hasta chocar con la cama, pego mi cuerpo al suyo, su respiración choca contra mi cuello. —¿Dime que quieres Daniela? _Acarició su rostro.-Yo... —No la dejo continuar, besos sus labios, hundo mi lengua en su cavidad bucal, rozo mi lengua con la suya.Tomo su mano y la subo a la altura de su cabeza, llevo la cinta a su muñeca y empiezo amarrarla, mientras devoró su boca.Si la dejo ir ella no podrá estar tranquila, sentirá un vacío y que algo le hace falta, al no saber del lazo que nos une ella podría sufrir, me resulta tedioso explicarle eso, talvez no lo entienda y podría tratarme de loco como lo ha hecho, prefiero mantener la aquí y si no fuese así igual no pienso dejarla ir. Me separo de ella por falta de oxígeno, su pecho sube y baja.—Vez que no podrías estar sin mí _.—No sé porque dices esas cosas absurdas_. Niego, tomo su otra mano y la ato, al ella sentir la cinta empieza a forcejear.—
Narra Daniela.Después que Kyril me ato a su cama grite como loca, pero nadie me escucho, maldije una y otra vez.Quiero escapar, ese es mi único objetivo no me importa si no tengo trabajo.Pataleo como niña berrinchuda, pues sí que creen, pero me cansé de hacerlo.Aún no me explico cómo fue que sucedió estaba tan perdida en mi libido que no me di cuenta cuando me ato.Lo odio, no, me odio por ser tan tonta y caer ante un hombre como él.Es que sus ojos, su boca, su cuerpo todo de él me tiene al borde de un abismo.Ya no sé qué hacer me siento en el suelo y recuesto mi cabeza en la suave cama.Quise desatarme, pero todos mis intentos fueron fallidos, nunca había visto unos nudos como estos.No sé cuánto tiempo llevo aquí, mis ojos se cierran solos, me siento cansada de gritar a la nada, me acomodo bien y me quedo dormida… Siento algo rozar mi mejilla y me despierto asustada, doy un respingo.Al ver al intruso quiero ahorcarlo o meterle una buena pata dota en la entrepierna por dejarm