(Narrado por María)Santiago Polo era toda una caja de sorpresas, cuanto más descubría de él más fascinada me sentía y más cosas quería conocer.Los días con él eran intensos, como en una maldita montaña rusa, y apenas tenía tiempo para pensar en las cosas que me preocupaban, por lo que Darío casi nunca estaba en mi mente.El broche a aquellos días lo puso él en aquella pequeña excusión en la playa junto a sus primos y sus amigos.- María – me llamó justo cuando recogía mi toalla y miraba hacia el bonito atardecer. Le observé, estaba muy guapo sin gafas - ¿puedes ayudarme? ¿Qué significa "faisons l'amour ce soir"? – sonreí, divertida, al darme cuenta de que una de las chicas quería pasar la noche con él – Ambra me lo acaba de decir y no tengo ni idea de lo que significa.- Significa que quiere que os acostéis – eso le sorprendió del todo. Miró hacia ella y luego hacia mí, y luego rompió a reír – Deberías aprovechar la oportunidad y tener sexo con una francesa.- Sexo sin compromiso –
Narrado por María.Cenar con nuestros amigos entre risas y bromas por su parte fue agradable. A pesar de que no podía hablar en francés se había hecho querer entre todos los demás. Era una de esas personas que brillaba con luz propia y lo llenaba todo con su luz allí donde iba.Caminar hacia casa con él siguiéndome de cerca, con las manos metidas dentro de su chaqueta que en aquel momento tenía sobre los hombros. Había refrescado.No quería pensar en esa sensación que aún tenía dentro de mí. Me sentía decepcionada, y no tenía nada que ver con Darío aquella vez. Era a causa del beso que Ambra le había dado frente a los servicios y del que yo fingí no darme cuenta.Me volví a mirar hacia él, no me gustaba nada lo que André había insinuado sobre que había algo otro tipo de relación entre nosotros. Sólo éramos amigos.- Si quieres pasar la noche con ella y cancelar nuestro plan no me importa – le dije. Él me observó, sin comprender – He visto como la besabas cuando volvía del baño – sonri
(Narrado por María)Daba leves pasos por el salón abrazada a él sin poder dejar de llorar como una estúpida, porque dolía demasiado, no estaba preparada para enfrentarme a la maldita situación. No quería que mi único apoyo en la ciudad se marchase y menos aún enfrentar la situación en la que podría volver a ver a Darío.La culpa de todo aquello era mía. ¿Por qué me bebí aquella botella de vino que mamá me envió el año pasado para mi cumpleaños? Sin lugar a dudas ya estaría caducada y por eso se me había subido tanto a la cabeza.Él no opinó cuando me vio bebérmela entera, tan sólo siguió hablándome sobre lo mucho que le gustaban los deportes de riesgo. Aseguraba que uno dejaba de pensar en las cosas que no eran importantes después de tirarse de un avión y estar tan cerca de la muerte.- Te sentirás mejor – prometió, sin hacer otra cosa más que abrazarme con fuerza, como si estuviese absorbiendo todo mi dolor y mis pesares – yo estaré siempre aquí por si necesitas cualquier cosa ¿lo sa
(Darío Espier)Neus Espier es una de esas personas que no aceptan un no por respuesta, sobre todo si eres su hermano, y quiere sacarte de casa, reunirte con un antiguo amor, o ... Dios sabe que ideas pasaron por su mente, pero lo cierto, es que me arrastró en su viaje de pareja con su esposo, y no dejó de hablar sobre la importancia de dar segundas oportunidades, hasta que llegamos al hotel, y me encerré en mi habitación.Odiaba la puta situación de mierda. Pero una cosa estaba clara, no iba a reunirme con María, no iba a buscarla, ni a hacer nada que pudiese involucrarme en su vida de nuevo.Estaba decidido a escapar de los planes de mi hermana menor, así que me escapé, me marché a hacer un poco de turismo, sin ellos, fui a dar un paseo por el club náutico, y me detuve a mirar al cielo, cerca de una cafetería, parecía que de un momento a otro rompería a llover, sólo agradecía que el desfile fuese en un lugar cerrado, en el interior del hotel que había unos cinco metros a la izquierda
(Narrado por María)Caminaba a paso ligero por el aeropuerto arrastrando mi maleta. No quería pensar en lo patética que fui la noche anterior, en las locuras que estaba cometiendo para huir de ese hombre que me hacía daño una vez más.Dejar toda mi vida en pausa y volver a huir con el rabo entre las piernas, porque no podía enfrentar aquella situación.Me quería, pero no lo suficiente. Yo lo elegí a él por encima de todo y él prefirió el dinero a nuestro amor.¿Por qué el ser humano estaba tan podrido?Una vez un buen amigo me dijo que cada persona en este mundo tiene dos grandes amores. Yo ya había conocido y perdido al primero, quizás era el momento de dejarle atrás y conocer al segundo. Sonreí, ante la sola idea de volver a verle.Me bajé del autobús y miré hacia la universidad con una gran sonrisa. Todo el dolor que había sentido por Darío se disipaba al pensar en Santiago. Eso era algo bueno ¿no? Que él tuviese la capacidad de sanarme de esa manera.- Piense en las posibilidades
(Narrado por María)Su padre era un buen tipo, sólo había que ver como trataba a su mujer para saber cuánto la amaba. No dejó de preguntarme sobre el trabajo que me apasionaba en un buen rato. Lucía tremendamente interesado en conocer los detalles sobre por qué una diseñadora se había fijado en un profesor universitario.- Su hijo me hizo olvidarme de todo en cuánto hablé con él un par de palabras – contesté. Él entrelazó nuestros dedos de una forma especial y yo sonreí – Me hace reír.- Las risas son muy importantes – aseguró su madre, mientras disfrutada de aquella lasaña que la cocinera había preparado. Parecía una persona normal. Nadie nunca habría notado que ella estaba enferma si no estaba al tanto de la situación – Santi es para ella lo que tú para mí, Martín.- Ya veo... - sonrió y brindó con su vino mientras su hijo y yo lo hacíamos con agua.- Nosotros nos marcharemos ya – dijo él de pronto. Ladeé la cabeza para mirarle, mientras se ponía en pie y me obligaba a hacerlo a mí
Narrado por MaríaDimos varios traspiés por mi habitación entre risas divertidas. Me lo había pasado muy bien, él era todo un payaso. Me gustaba mucho.- ¿Cuánto tiempo vas a quedarte? – preguntó de pronto. Me apoyé en el escritorio y le observé, ni siquiera había pensado en ello.- ¿Cuánto tiempo puedo quedarme? – sonrió, divertido.- Tengo responsabilidades aquí, pero ... me encanta que estés aquí – sonreí, sabía que era lo que quería decir – Por mí puedes quedarte toda la vida.- Mi trabajo está en Mónaco.- Puedes trasladar tu estudio aquí – sugirió.- Aún tengo sentimientos por otro tío.- Tienes razón, estoy corriendo mucho – se quejó, desviando la vista un momento – no quiero presionarte. Sabes que esa nunca ha sido mi intención – asentí, pues sabía que era justo así – Debería irme y dejarte descansar – dio un paso hacia tras y le agarré del suéter impidiendo que pudiese marcharse a ningún lugar.- No te vayas.- No creo en el sexo sin compromiso – asentí. Sabía que él era así.
Narrado por Darío.No podía dejar de mirarla desde que había llegado a mi casa. Me parecía irreal, una puta locura que estuviese allí, a mi lado, sobre el sofá, tomando una infusión. Sabía que dejarla ir era lo correcto, era lo que había pretendido hacer desde el principio, pero después de tenerla allí, junto a mí... me parecía imposible volver a alejarla de mí. Más después de haberla visto tan radiante con otro tío.Me estaba matando no ser yo el que dibujase sonrisas en su rostro.La amaba, incluso más que antes. Ella siempre superó las expectativas de lo que esperaba, incluso momentos antes, cuando aceptó aquel encuentro.Ella me quería, y por eso me daba tanto miedo... me aterraba volver a dañarla, como jamás me aterró nada en este mundo. Porque sabía que con un solo movimiento en falso podría perderla y mandarla a los brazos de ese tipo para siempre.- Se suponía que no iba a ir a Mónaco – le dije, haciéndola partícipe de aquella información – pero en cuanto Neus me dijo que esta