El rey dice que ya ha hablado todo lo que tenía que decirles y que en un par de días les llegará su invitación a la fiesta de compromiso; ¿¡Fiesta de compromiso?! ¡¿Voy a tener una después de lo ocurrido?! Claro que si... estamos hablando de la boda de un rey, es lógico que esto pase, es una pena que ya no me sienta tan entusiasmada como antes. Alessio se levanta de su asiento y se dirige a la puerta, pero antes de salir, me mira por encima de su hombro y extiende su mano en mi dirección, invitándome a seguirlo, al darme cuenta de que me he quedado atrás, levanto mi vestido y camino rápido hacia él para después tomarle de la mano. Nos despedimos de mis padres y salimos de su casa.—Así que... es oficial— Susurro con nostalgia mientras observo por encima de mi hombro mi hogar. —Esta ya no es mi casa, sino de mis padres.—En efecto, ahora tu hogar es el palacio y pronto, tu familia seré yo y los hijos que tengamos.Al escuchar esto, me entra la curiosidad de saber cómo se hacen los niño
—Ginebra, tu cabello no me deja ver— Su tono de voz es divertida y relajada. —Debo admitir que me sorprende que no sepas del tema.—No tuve la oportunidad de hablar de eso con mi madre, pero ya que usted está aquí, quería preguntarle— Me incorporo y acomodo mi cabello, sosteniendo el libro con una de mis manos. —Pero.... usted no tiene hijos... no creo que sepa cómo se hacen ¿O sí? Debe ser complicado ¿No? Digo... si fuera fácil, mis papás hubieran tenido más, pero solo me tuvieron a mí.Mi mente se pone a vagar por mis pensamientos, ahora que lo pienso, no creo que haya sido buena idea venir a preguntarle al rey sobre el tema, ya que, si supera como se hacen los bebés, él tendría muchos en el palacio, ya que ese es su sueño, pero... no es el caso o quizás si los tiene, pero no sabe que existen ¿Es eso posible? No creo... Alessio desea con todo su corazón tener una enorme familia.—¿De verdad tienes mucha curiosidad por saber cómo se hacen? — Arquea una ceja, se levanta de su asiento
De mi garganta empiezan a salir pequeños gemidos de placer, pero son muy diferentes a los que suelto cuando siento el agua caliente sobre mí o cuando como algo delicioso, estos se escuchan... extraños, es tan vergonzoso que me tapo la boca. Alessio levanta la mirada y se acerca a mí, apartando mi mano, me dice que me quiere escuchar gemir de placer, asiento con la cabeza, hasta ahora me doy cuenta de que tengo la respiración bastante agitada.Los labios del Alfa se posan sobre mi cuello, besa cada centímetro de mi piel y va bajando lentamente, hasta llegar a mis senos, pero sigue de largo hasta llegar a mi abdomen, en donde deposita varios besos, sus manos están acariciando mis pechos con suavidad, no me dejo de retorcer debajo de él, mis gemidos son cada vez más fuertes y me cuesta mucho trabajo contenerme. No entiendo porque tengo esa sensación ni porque el rey provoca todas estas emociones tan extrañas dentro de mí, pero me gusta... se siente tan bien.Su mano izquierda acaricia ca
Todavía tengo muchas dudas con respecto a hacer el amor, pero no puedo pensar con mucha claridad, ya que me encanta lo que el rey me está haciendo sentir, tanto... que mi interior no deja de palpitar con ansias, así como cuando estaban sus labios sobre mi entrepierna. Él ha notado estas ansias y ha empezado a moverse más rápido, no puedo dejar de gritar “Majestad” implorándole misericordia, ya que, si sigue así me voy a volver loca.Alessio me dice que está por depositar su semilla en mí, para que pueda tener un bebé, me he limitado a asentir con la cabeza ya que no puedo dejar de gritar de placer como una desquiciada y me avergüenza esta acción por mi parte, pero me encanta... me fascina y se lo he dicho al rey. Ambos soltamos un fuerte grito, bueno, él ha culminado con un poderoso rugido mientras levantaba el rostro hacia el techo.Durante el resto del día, el rey no ha parado de meter su llave en mí y yo no me he negado, le dije que quiera seguir sintiéndolo dentro de mí; me tuve q
Asiente con la cabeza con dificultad, dejando las cosas claras, la suelto y cae al suelo, jadeando con angustia, me mira desde su posición con odio, está enojada por no haberla elegido a ella y eso lo sé porque me lo dijo cuándo se enteró de que Ginebra era mi otra mitad. Le he dado las buenas noches y volví a la habitación, acostándome otra vez a lado de mi mujer.Durante los días posteriores, Ginebra ha estado más ocupada que antes, ya que tiene que prepararse para la fiesta de compromiso y eso implica aprender a bailar, modales en la mesa y aprender etiqueta; sigo sin entender, porque los humanos se complican tanto la existencia, recuerdo que, cuando me tocó aprender todo esto, sentí que fue una pérdida de tiempo, todavía lo sigo pensando. El único momento que tengo para verla es en la noche, me cuenta cómo ha ido su día y aunque me diga que la está pasando bien, en su tono de voz puedo notar que está frustrada y cansada de todo esto. Le entiendo a la perfección.Mi Beta ha enviado
—Espero te hayas divertido.—Sí, realmente si y me alegra mucho que viniera.Con la lección terminada, la maestra me da permiso de retirarme para que pueda descansar, he soltado un enorme suspiro de alivio, pero antes de que pueda cantar victoria e irme a mi cuarto a descansar, Alessio me ha dicho que ya es hora del almuerzo, así que me ha ofrecido su brazo como siempre y me lleva hasta el comedor en compañía del joven.Una vez que nos hemos sentado para comer, Alessio y el joven Darius se ponen a platicar de miles de cosas que no entiendo ni me interesan, pero lo poco que he escuchado, están hablando algo sobre las fronteras, espero que no haya problemas y que todo esté bien. Su conversación se ve interrumpida cuando el caballero pregunta por mí.—Ella es mi enlace, Ginebra.Darius se nota sorprendido por las palabras del rey y voltea a verlo con incredulidad, Alessio se ríe a carcajadas y le repita otra vez lo que acaba de decir, el joven felicita a su rey con júbilo por haber encon
Acomodo la falda de mi vestido y miro al cielo, recuerdo que hasta hace varios meses atrás estaba trabajando en la granja de mis padres y ahora, me toca estar encerrada casi todo el día aprendiendo mil y un cosas, lo peor es que, apenas puedo seguir el ritmo de todos, mi tutora me ha dicho que tengo que estar lista para la fiesta que es dentro de tres días para no dejar en vergüenza al rey. Como si yo quisiera eso.Perdida en mis pensamientos, hay algo que no me deja en paz y es el hecho que voy a tener que estar aquí encerrada por el resto de mi vida, teniendo que lidiar con la mala actitud de las personas de este palacio y sé que, siendo la reina puedo hacer que me respeten, pero no quiero eso, no me quiero imponer a nadie ni mucho menos hacer las cosas tensas en el palacio.... cielos, mi madre debió dejar que los salvajes me coman. Balanceo mis pies un poco y repentinamente siento un agudo dolor en el pecho, por alguna extraña razón, un dolor punzante empieza a formarse en donde se
—Vaya a descansar señorita Ginebra, nosotras nos encargamos.Noto como la chica de la silla traga salvia con dificultad y trata de levantarse de su asiento, pero le dije que, la que tenía que descansar era ella, no yo y que no tenía nada de qué preocuparse, que yo le llevaría sus cosas a la señorita Daimaris y sus acompañantes. Nadie en la cocina estuvo de acuerdo, pero estuve tan necia en mi punto, que al final accedieron, además, ellas están demasiado ocupadas con la comida; siempre se me hizo muy extraño que tuviera mucho personal en la cocina teniendo en cuenta que, las únicas personas que había visto aquí eran a Silva y Rafael, además del rey, ahora entiendo mejor porque hay demasiadas mujeres de servicio, cocineras e incluso escoltas.Una vez que tienen todo listo y puesto en un carrito, me fui a llevarlo; mientras salía de la cocina, pude sentir las miradas de todas esas mujeres sobre mi espalda, es como si me tuvieran lastima y pena. Llegué al jardín y vi que ellas seguían ahí