Capítulo 41

Pero Óscar no respondió y empezó a hiperventilarse como si le costara respirar. Juan Carlos, que ya tenía suficiente experiencia en las reacciones de las personas en las zonas de guerra. Pudo reconocer lo que podría ser un infarto o un ataque de pánico. Juan Carlos salió corriendo, al llegar a la sala le gritó a Sergio y Sofía.

—¡A ese hombre parece que le está dando un infarto! ¡Hay que llevarlo a una clínica! Llama al centro Médico Maracay y pide una ambulancia. Dile que es de parte de la familia Quintana. Mis padres conocen al director. Busca el número en mis contactos. ¡¡Apresúrate!!

Luego regresó corriendo a la oficina, con Sofía tras de él y encontró a Óscar desplomado sobre el sillón. Juan tomó un brazo de Óscar y se lo colocó tras el cuello y le pidió a Sofía que lo tomara de los pies para colocarlo en el suelo sobre la alfombra de la oficina. Juan lo colocó boca arriba, lo movió suavemente de los hombros y preguntó en voz alta.

— ¿Me escuchas? ¿Óscar, me escuchas?

Óscar no r
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