— ¿Tu mamá logró salir de las drogas?
Sonrió y bajó la cabeza para ver sus manos.
No voy a mentir, era una sonrisa muy linda. Como una sonrisa Colgate.
—La puse a elegir entre las drogas y yo —dijo sin levantar la cabeza, pero aún con la sonrisa.
— ¿Y? —añadí, insistente.
—Me eligió a mí.
No sé por qué, pero tuve una chispa de emoción dentro de mí.
—Después de eso, comencé a estudiar duro para ganarme una beca. La obtuve luego de presentar la prueba de admisión a la universidad y logré empezar lo que tanto ansiaban mis padres para mí —podía ver la tristeza y un ápice de emoción en sus ojos—. Pero al vivir con mi soledad, comencé a necesitar dinero ya que la universidad no me dejaba suficiente tiempo para buscar un tr
Escuchar a las aves cantar, mezclado con la poca luz que se colaba por la ventana, hubiesen sido una hermosa forma de despertar para empezar el día con alegría y entusiasmo.Pero mi caso no fue así.Me despertó una Clover enérgica —sí, otra vez—, dispuesta a sacarme sonrisas con un café negro cargado y unas donas con glaseado de chocolate.Lo agradecía, claro que sí, después de todo no me gustaba cocinar, pero la castaña entró a la habitación gritando unos «buenos días» que casi me hicieron clavar las uñas en el techo.La noche anterior, luego de tomar mis pastillas, solo recuerdo ver a Kade al pie de la escalera mientras yo subía a mi habitación a dormir. Supongo que después de eso, se fue a su casa a dormir igual. Lo más extraño era que me desperté con ese sentimiento de decepció
Por otro lado, mi interior estaba gritando por el pánico mientras que mi exterior solo fruncía el ceño haciéndose la desentendida.Hora de fingir demencia.— ¿De qué hablas?—Sé que estuviste con un chico hace dos noches —soltó con severidad.¿Qué?— ¿Qué? —pronuncié, atontada por la confusión.—La vecina me llamó y me dijo que un chico se fue de tu casa a las seis de la mañana —mencionó cruzándose de brazos.Solté una carcajada llena de los nervios que me generó el pánico.Esperen... ¿seis de la mañana? Kade no se había quedado, ¿o sí?—No veo la gracia —indicó esperando alguna respuesta.Como dije antes, Burns era un padre para mí y es por
La morena hizo silencio como si de la nada le hubiesen arrancado la lengua.— ¿Sigues ahí?—Sí, aquí estoy, pero... ¿Escuché bien? —su voz tenía una muy extraña mezcla entre confusión y un ápice de alegría.—Sí —llevé una mano a mi frente—. Clover esto no puede pasar, no puede gustarme.Un grito de emoción de parte de mi amiga hizo que alejara el teléfono de mi oído.— ¡Te gusta Kade! —gritó como si le acabaran de decir que volvió One Direction.—No me gusta —dije casi de inmediato, pero luego suspiré con frustración una vez más y miré el techo—. Bueno sí, pero solo un poquito.—Estoy feliz por ti —dejó saber—. Que te guste alguien no es malo.
Allí me encontraba frente a La Nonna para ver a Kade y escuchar lo que sea que iba a decirme.El lugar estaba poblado, pero tampoco lo suficiente como para lograr incomodar. Me encontraba literalmente parada frente a uno de los vidrios viendo el lugar desde afuera y analizando a las personas allí dentro. Todos se veían felices, reían, veían el juego de béisbol en la televisión o charlaban entre sí. Algunos eran grupos familiares, otros parecían ser compañeros de trabajo por la similitud de su ropa, y otros estaban en parejas o solos. De hecho, entre los solitarios pude ver a Kade con su mirada puesta en uno de los televisores.Llegó la hora.Sin perder más tiempo, entré a la pizzería en dirección a la mesa del chico. Una vez cerca, tomé asiento frente a él captando su atención por completo. Sus ojos lucían algo so
Después de comer, pagamos la cena y nos quedamos un rato hablando sobre cómo haríamos con los hombres de Jerome.Llegamos a la conclusión de que corría peligro en mi casa así que lo mejor sería estar en otro lugar mientras descubríamos la razón de su búsqueda. Lo mejor que se me pudo ocurrir era quedarme con Clover, pero ella vivía con su madre y la verdad es que yo no tenía ni idea de si era peligroso o no que la mafia rusa estuviese detrás de mí, así que no quería poner en peligro a mi amiga y a su madre.Terminé optando por rentar un pequeño apartamento en cualquier lugar que quedara lejos de mi casa para así evitar que esa gente me encontrara.De lo único que no tenía ni idea era de cómo le iba a decir a mis padres que debía mudarme de la casa sin nombrar que me persigue la mafia rusa y un asesino. E
Al despertarme en la mañana, bajé a desayunar, cuando terminé, atendí a Ghost sirviéndole su comida para después sacarlo a pasear unos minutos alrededor de la casa. Tras finalizar mis tareas matutinas, tomé las llaves del auto y caminé hasta el mismo.Terry habló con sus padres para decirles lo que haría; ellos aceptaron con la única condición de ayudar a limpiar el nombre de su difunta hija y el apellido de su familia.Siendo sincera, aún no creía que ella podía ser la culpable de ese doble asesinato. Era insólito y sencillamente no lo creía. Una chica que me recibió con tanta amabilidad, carisma no podía ser la responsable. Lo más triste era que así se comportaban algunos asesinos para poder tener todo bajo control; los psicópatas suelen ser muy inteligentes y astutos, perspicaces, pero si me pidieran definirlos, en
La tapa del frente estaba decorada con una tela terciopelada color azul cielo, tenía pegado varios papeles con el nombre de Destine y figuritas de mariposas por toda la tapa. Lo volteé para ver si había algo interesante en la parte de atrás, pero solo había la continuación de la tela extendida en toda la tapa y más figuritas de mariposas.Volví a la tapa principal y procedí a abrir el librito.«Diario de la princesa Destine»La fecha era del 2006 por lo que Destine tenía este diario desde los ocho años.Con el propósito claro en mi mente, pasé las primeras hojas rápidamente para restarle importancia por completo a lo que una pequeña Destine pudo haber escrito allí.Estaba ansiosa, tenía esperanzas, ideales. Tenía la idea de que iba a encontrar lo que sería el fin del caso y lo que me llevarí
—Esto la deja igual o peor que antes —confesó Terry sin despegar la mirada del diario mientras pasaba las hojas—. No dice directamente que ella fue la asesina, en realidad no deja nada claro, pero esto que escribió es demasiado sospechoso.—Lo sé —tomé el diario y lo cerré—. Ahora, ¿qué haremos?—Seguir investigando —me quitó el diario—. Debe haber algo más que explique lo que escribió allí.Tomé el diario, me lo quitó, lo volví a tomar y me lo volvió a quitar.—Esto es evidencia —pronunció con firmeza—. Sé lo que intentas, pero es evidencia.Suspiré, rendida.Tenía razón. Aunque fuese una parte privada de Destine, lo que había escrito en él era evidencia de un caso de homicidio, por lo tanto, la policía deb&iacu