Capítulo 208
Por la tarde, César regresó a Playa Escondida en su avión privado. Mientras iba de camino, María lo llamó por celular.

—Hola, mamá.

—¿Tienes tiempo esta noche después del trabajo? Ven a casa a cenar conmigo, ya hace mucho que no te veo. —Sin esperar respuesta de César, María continuó hablando—.

—No me vayas a salir con que tienes trabajo, ya llamé a tu equipo de secretarios, esta noche no tienes compromisos, ni reuniones, ni trabajo extra.

César hizo una mueca mientras miraba la espalda de Clara, sentada en el asiento del copiloto. Clara vio la mirada de advertencia de César a través del espejo retrovisor:

—Controla a tus empleados.

Clara se tocó la nariz con incomodidad. María había llamado a su equipo de secretarios, y ella no había sido la culpable.

—¿Quién fue el que habló demasiado y me hizo recibir una advertencia? —pensó para sí misma.

—Mamá, yo te quiero mucho, y siempre volveré a verte, pero no puedes seguir saliendo con excusas para agendarme citas. —César hab
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