Capítulo 211
—¡Vale, tía! —dijo Ander, bastante disciplinado, mientras le devolvía el celular a César.

Aunque no entendía por qué su tía no venía a darle las gracias, pensó que era bastante insolente de su parte.

Él no podía ser un niño maleducado, así que agradeció con mucha sinceridad otra vez:

—Gracias, señor César y señor Ricardo, mi tía me está esperando allá, me voy.

César hizo una mueca, ¿tan irresponsables eran los padres de este niño? ¡Dejaron que se perdiera y ni siquiera vinieron a buscarlo, dejándolo regresar solo!

—Te acompañamos.

No podía permitir que el niño caminara solo, no confiaba en que fuera seguro.

Ander agitó su manita.

—No hace falta, tío César, está cerca. Cuando llegue a casa, te llamo.

Con una mirada traviesa. Ya había conseguido el número de César, así que no tendría problema para contactarlo. ¡Jijiji!

—Ten cuidado, vamos a estar pendientes.

—Vale.

Ander se dio la vuelta y les hizo un pequeño gesto con la mano antes de desaparecer en la esquina.

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