El sol aún no había salido completamente cuando la familia Rossi Moretti comenzó a prepararse para el gran día. La mansión estaba en completo movimiento, con el personal organizando cada detalle y los familiares vistiéndose para el bautizo de Marcos. Isabella, con su elegante vestido en tonos crema, sostenía a su hijo en brazos mientras Francesco ajustaba su corbata frente al espejo.—Te ves hermosa —dijo él, acercándose y besando suavemente su mejilla.Isabella sonrió y miró a su pequeño. —Hoy es un día especial para nuestra familia.Francesco acarició la cabecita del bebé con ternura. —Sí, estoy tan emocionado siento que estoy completo no podría pedirle nada más a Dios. Nuestro pequeño está siendo bendecido y presentado ante Dios y la familia.Alessa y Chiara entraron en la habitación con expresiones radiantes. —Ya es hora, los padrinos están listos y el abuelo está esperándonos —anunció Chiara.Minutos después, un cielo despejado y un aire fresco auguraban un día perfecto. La famil
Al llegar, la atmósfera se relajó, los miembros de las familias sonreían y vitoreaban la llegada del grupo. Nicolás tenía al pequeño en brazos mientras Isabella se acercaba con una sonrisa juguetona.—Te luce, Nic. Deberías aprovechar que estás aquí con tu asistente de piernas lindas y empezar a hacer uno propio.Nicolás rodó los ojos y sonrió. —Veo que estás muy bromista, Isa. Además, sabes que no mezclo lo personal con lo laboral.—Ajá, claro, repítelo hasta que lo creas. —Isabella arqueó una ceja, divertida—. Pero dime, ¿qué piensas realmente de Madison?Nicolás suspiró y miró hacia donde la chica conversaba tímidamente con Chiara. —Es frágil. Lo único que provoca es protegerla, tenerla como una frágil y hermosa muñeca de colección.Isabella sonrió con satisfacción. —Pues eso es un inicio. Quizás protegiéndola termines unido a ella.Nicolás negó con la cabeza, pero no dijo nada más.El resto del grupo conversaba alegre, mientras Alessa saludaba a los invitados asegurándose de que e
La mañana siguiente del bautizo había dejado en el aire una sensación de renovación y esperanza para la familia Rossi Moretti. Tras la ceremonia, el ambiente festivo continuó durante todo el fin de semana. Los Rossi Moretti organizaron una pequeña excursión para mostrar a Madison algunos de los lugares turísticos más emblemáticos de Italia. La idea era simple: que la dulce y tímida pasante, que había llegado con Nicolás a la inauguración del resort, pudiera apreciar la belleza de la tierra que había forjado esta gran familia.El sábado por la mañana, bajo un cielo despejado y con la brisa del Mediterráneo acariciando suavemente sus rostros, Isabella, Francesco y el resto de los chicos, guiaban a Madison y Nicolás a través de calles empedradas y plazas históricas. Mientras recorrían las viejas murallas de una fortaleza medieval, Isabella se detenía para explicar la historia de cada rincón.—Este lugar fue testigo de tantas batallas y amores imposibles —comentó Isabella, sus ojos brilla
Después del almuerzo, las chicas se dirigieron al spa, donde se entregaron a una tarde de relajación y confesiones. Entre masajes y cócteles, la conversación inevitablemente giró en torno a los hombres. —Hay que admitirlo, Nicolás es el epítome del caballero irresistible —dijo Alessa con una sonrisa traviesa—. Si no estuviera comprometida, definitivamente lo consideraría.—Oh, sin duda —secundó Chiara—. Guapo, sexy y con ese aire de hombre poderoso que vuelve loca a cualquier mujer.—Madi, ¿qué opinas tú? —intervino Isabella con una ceja arqueada. Madison, que bebía su cóctel, sintió que todas las miradas se posaban en ella. Se removió incómoda y luego, con una sonrisa tímida, respondió: —Él es solo mi jefe…—Vamos, Madison, olvida por un momento que es tu jefe y dinos algo sincero —insistió Chiara.Madison suspiró y tomó otro sorbo antes de decir: —Es el hombre que hace mis días miserables, pero debo reconocer que es una tentadora distracción para cualquier chica. Las risas no se hic
El grupo llego a la mansión, alegre y con las energías renovadas el fin de semana aunque fue relativamente corto había sido una experiencia inolvidable para todos, luego de ir a sus habitaciones para asearse y cambiarse de ropa se reunieron nuevamente para cenar, al terminar pasaron a la sala donde compartieron algunas anécdotas haciendo reír a Madi.Era impresionante verla reír, la chica de mirada triste que había llegado hace unos días con Nicolás ahora sonreía ante las ocurrencias de Alessa, Leo y Charly con un brillo especial en los ojos, mientras Nicolás disfrutaba arrullando y jugando con el pequeño Marcos en sus brazos e intercambiaba una que otra silenciosa con Madison.Sin embargo, al llegar el lunes, el ambiente tomó otro rumbo. Madison y Nicolás debían regresar a Nueva York, e Isabella, Francesco y el pequeño Marco tenían que viajar a Suiza para tratar de encontrar a Tomás, dejando a la familia para encarar su apretada agenda.Esa mañana, mientras el sol apenas despuntaba,
Al llegar, la prisión se erguía imponente bajo un cielo grisáceo. Isabella bajó del auto con el corazón acelerado y avanzó por el patio, sintiendo el frío metal de la reja y el eco de pasos distantes. Fue allí donde solicitó hablar con el director del lugar.—Buen día, me informan que es usted abogada del señor Mclean. El abogado que lleva el caso no me informó que vendría alguien más a verlo. —dijo el director London.Isabella respiró pesadamente y respondió. —Soy abogada y asesora legal del señor Mclean, acabo de llegar de Italia, sinceramente estoy aquí más como amiga, no sabía de su situación, imagino que no quiso avisarme porque tengo un bebe de tres meses que, por cierto, está allí afuera en el auto con mi esposo. Necesito verlo y con todo respeto, señor, no pienso irme de aquí sin que eso suceda.—Señora Moretti hoy no hay visita, ayer hubo un altercado y están castigados, además las visitas familiares son los miércoles, hoy solo asisten parientes masculinos o los abogados, a m
Francesco observaba como las lágrimas brotaban de los ojos de Isabella, su mirada estaba fija en el camino, el no tenía ni la menor idea a donde se dirigía ella pero en ese momento no se atrevía a preguntar, las palabras de Tomas le había dejado el corazón en llamas.El recorrido duro 45 minutos, hasta parar frente a una imponente mansión, el guardia de seguridad se acercó al auto e Isabella bajo la ventanilla. —Buen día, señorita en que le puedo ayudar.Isabella se quitó las gafas de sol para ver al hombre directo a los ojos. —Buen día, Mi nombre es Isabella Moretti y necesito ingresar a la mansión tengo que buscar unos documentos.El hombre la observo durante unos segundos como si recordara algo y respondió. —Bienvenida señorita Moretti, el señor Mclean cuando volvió de su viaje a Italia me hablo de usted, dijo que si en algún momento usted visitaba la mansión la dejara entrar sin pensarlo dos veces ¿tiene usted la llave?Isabella sonrió y al mismo tiempo negó con la cabeza le par
El avión descendió suavemente hacia el aeropuerto, el sonido del motor en marcha ahogaba cualquier ruido externo, mientras Isabella miraba por la ventana con los ojos fijos en el horizonte, como si buscara alguna respuesta allí, en ese rincón de cielo despejado. El pequeño Marcos dormía tranquilo en sus brazos, con su respiración suave y cadenciosa, ajeno a todo lo que ocurría alrededor. Isabella sentía cómo su corazón palpitaba con fuerza, un nudo en el estómago que no se disipaba. La incertidumbre sobre lo que pasaría con Tomás, el futuro de su familia, sobre las amenazas que se cernían sobre la mafia, sobre todo lo que había perdido, la consumía.Deseaba tanto dejar todo, alejarse, disfrutar de su hijo y su matrimonio en Toscana o en Suiza, pero no podía, no podía dejar solos a sus hermanos con esa responsabilidad, no podía abandonar a Don Marcos y a Leonardo y simplemente darle la espalda a algo que Francesco y ella no habían pedido; pero de lo cual tenían toda la responsabilidad