Ira

Grace

El dolor me atravesó como una daga, justo en el centro de mi pecho. Mis ojos se abrieron abruptamente, desmesuradamente grandes, llenos de pavor. Estaba asustada, completamente alterada, con una sensación punzante de terror que me atenazaba, pero apenas podía tomar una bocanada de aire. La respiración se me escapaba, como si mis pulmones se negaran a funcionar. En medio de la confusión y el pánico, dirigí la mirada a mí alrededor, intentando comprender qué estaba sucediendo. Las luces del techo, fluorescentes y frías, pasaban a toda velocidad, creando estelas borrosas a mi paso. A mis costados, percibía figuras humanas difusas, contornos indistintos que se movían frenéticamente. ¿Era una mascarilla de oxígeno lo que cubría mi rostro? La sentía extraña, invasiva. Instintivamente, quise retirarla, arrancarla de mi cara, pero mis brazos se negaron a obedecer. Mis extremidades estaban pesadas, inertes. Mi cuerpo entero, mi ser, no reaccionaba a mis órdenes. Sentí un ardor intenso en
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP