Ranger era el mejor amigo de Nate desde hacía muchos años, pero parecía como si su vocación más elemental fuera cuidar de los locos chicos Vanderwood, así que cuando Matt le dijo que necesitaba protección especial para Heilyn y para Sian, no dudó ni un minuto en poner sus hilos a moverse y colocarle un par de guardaespaldas encubiertos en todo momento.—No te preocupes, van a estar vigilados —le aseguró a Matt—. Nadie se va a acercar a tu mujer ni a tu hijo.Matt respiró con más libertad y se mesó los cabellos.—¿Ya sabemos algo de Lloyd? —preguntó—. ¿Sabes cómo van los interrogatorios?—No ha dicho nada, o al menos nada que pueda probar —respondió Ranger, que estaba en contacto constante con la policía tras el secuestro de Blair—. Si Sienna y Paloma lo ayudaron, la verdad es que no lo ha dicho.—¡Maldición! ¡Pero alguna conexión tendrán que tener! —gruñó Matt—. Sienna no es una santa…Pero la verdad era que por más que quisiera revelar al mundo la verdadera cara de aquella mujer para
¿Cómo explicarle a un niño que una cosa es la mujer que lo parió y otra cosa es la madre que lo había criado?La doctora había visto aquella carita muchísimas veces a lo largo de su carrera, así que mientras Heilyn y Matt contenían el aliento, ella solo llamó la atención de Sian poniendo una capa de bloques de diferente color.—Bueno, vamos a descubrir juntos eso —le dijo con confianza—. Los niños se hacen en las pancitas de las mamis, pero tú no saliste de la pancita de Heilyn. —Sian miró a su mamá con un puchero.—¿Entonces de dónde salí? —preguntó.—Tú saliste de otra pancita, mi amor, de otra mujer —le dijo Heilyn con seguridad, apretando su mano—. Pero desde que yo te vi, cuando eras muy pequeñito así de este tamaño, yo supe que quería ser tu mamá para siempre, así que te adopté.Sian se levantó y fue a sentarse en el rezago de su madre con el ceño fruncido.—¿Qué es “adopté”? —le preguntó.—¡Buena pregunta! —le sonrió la doctora—. Adoptar es cuando alguien decide ser la mamá o e
Heilyn miró asustada a la puerta del baño donde estaba su hijo, y sus manos se volvieron puños de la impotencia.—¡Tú no puedes estar aquí! —siseó—. El juez dijo que no puedes acercarte a Sian a menos que él lo disponga…—¡El juez es un maldito idiota que no sabe el inmenso amor que una madre siente por su hijo…!—¡Querrás decir: “por el dinero de su hijo”! —gruñó Heilyn—. ¡Lárgate de aquí, Sienna, lárgate porque te juro que lo que vengo guardando por seis años me lo voy a descargar en dos minutos!La mujer frente a ella la miró con una sonrisa socarrona, como si se sintiera inmune o supiera que todo estaba a su favor.—¿De verdad? ¿Y qué vas a hacer? ¿Pegarme? Sabes que eso me caería muy bien. ¡Así de paso voy y te denuncio por agresión a la policía y me dan al niño mucho más fácil! —le escupió Sienna con maldad—. ¡Pero algo sí te aseguro, te voy a quitar a ese niño!Y aunque sabía que no debía hacerlo, Heilyn no pudo contenerse. Una de sus manos fue al cabello de Sienna y apenas ell
Jhon Anders no tenía pelos en la lengua, mucho menos cuando se trataba de defender la verdad, y el juez Collins, que ya había trabajado con él antes, lo sabía a la perfección.—Entonces, licenciado Wombersley, ¿cómo va a ser? —insistió Anders—. La madre biológica de Sian quiere reclamar al niño o la herencia que cree que viene con él.—¡Por supuesto que al niño! —exclamó Wombersley furioso porque no esperaba que lo emplazaran así en medio de su muy trabajado alegato inicial, sin embargo antes de que pudiera reaccionar, Anders sacó un documento y se lo acercó.—Muy bien, en ese caso, solicitamos a la señora Williamsburg que por favor firme esta aceptación de la pensión que pueda pasarle su padre en caso de que la sentencia no sea favorable para nosotros, y de paso una renuncia al manejo de la herencia del menor.—¡Pero claro que no voy a renunciar a eso! —exclamó Sienna levantándose y el juez golpeó con su mazo un par de veces para llamar al orden—. ¡Su Señoría es que no es justo! ¡Mi
El rostro de Sienna se puso lívido en un solo segundo, porque realmente no había esperado una pregunta como aquella.—¡Eso no importa!—¡Claro que importa! —sentenció Anders con tono feroz, acercándose al estrado.—¡No, no importa porque lo que estamos evaluando aquí es que Sian es mi hijo y eso demuestra que lo es, igual que la prueba de ADN que ya me hicieron! —escupió Sienna con rabia, pero para hacérsela aún mayor Anders solo se rio en su cara.—¡Oh, señora Williamsburg! Parece que ha malentendido completamente el propósito de este juicio. A nadie aquí le importa que usted sea la madre de Sian o no. Esta audiencia es para demostrar quién es más apto para cuidar y proteger a un menor de edad, y la biología no tiene nada que ver con eso —declaró Anders—. Así que de nuevo, le pregunto: ¿puede explicarle a esta corte por qué en el acta de nacimiento de Sian que usted presentó, el nombre que aparece en la casilla de Padre es el de Nathaniel Vanderwood?Todos los ojos estaban puestos en
—¡Esperen, la señora Paloma Williamsburg no está en la relación de testigos! —se negó Wombersley de inmediato y todas las miradas se giraron hacia él.—¿Y cuál es el problema con agregarla? —preguntó Jhon encogiéndose de hombros como si fuera un asunto sin importancia.El abogado de Sienna apretó los dientes porque el juez Collins también lo miró esperando una respuesta.—¡Es que la señora Paloma no tiene nada que ver en este caso como para…! —intentó defenderse y Jhon se llevó una mano al pecho con tanta teatralidad que Heilyn casi se ahogó de risa.—¡¿Cómo que no tiene nada que ver?! La madre de su cliente, ¡según su cliente!, le robó a su hijo y lo dio en adopción contra su voluntad. Cualquier otra mujer en esta sala ya la habría denunciado con la policía, así que nos interesa mucho saber por qué su cliente no lo ha hecho. —Anders sonrió con sorna y se giró hacia el juez—. Solicitamos para mañana que la señora Paloma Anders se presente a declarar, Su Señoría… y también solicitamos
La sala estaba llena de murmullos cuando por fin Paloma Williamsburg puso un pie dentro de ella, con aquella cara de cordero espantado porque realmente la única información que le habían dado era que la habían citado como testigo en un juicio y la policía ni se había marchado de su casa y se habían negado a darle más información.Por supuesto que cuando vio a su hija en uno de los banquillos y a los Vanderwood en el otro, se imaginó perfectamente qué era lo que estaba sucediendo.—Señora Williamnsburg, la he hecho traer como testigo en el caso BMJ—122305 Vanderwood vs. Williamsburg, donde su hija Sienna Williamsburg reclama la custodia de su hijo, el menor de edad Sian Vanderwood.Paloma pasó saliva y a una orden del juez se acercaron con una biblia para que hiciera el juramento.Después de eso el juez le hizo una señal a Jhon.—Licenciado, su testigo, puede comenzar —le indicó, pero Jhon levantó las manos.—Su Señoría, todo lo que necesitamos saber sobre esto la señora Williamsburg s
La expresión de Paloma Williamsburg ni siquiera equiparaba a la de su hija mientras la escuchaba decir que quería cambiar su declaración.—¿Disculpe? ¿Cómo dijo? —preguntó Jhon haciéndose el que no comprendía—. ¿Dice que quiere cambiar su declaración? ¿Cómo quiere cambiarla? ¡Acaba de confesar que secuestró un bebé, lo robó, lo entregó a un orfanato, falsificó la identidad de la señora Sienna Williamsburg y encima tuvo el poco corazón de decirle a su pobre hija que su bebé estaba muerto…!Paloma apretó los puños, pero en cuanto Jhon le hizo un gesto al agente de la Interpol para que se la llevara, Paloma se levantó.—¡Yo no me llevé al bebé! ¡Yo no lo hice! —exclamó asustada mirando a todos lados—. ¡Voy a decir la verdad, pero yo no me robé a ningún bebé, no me pueden acusar por eso!—No, solo por perjurio —suspiró el juez.—Pero definitivamente es un cargo mucho, mucho más leve que los de secuestro y suplantación —aseguró Jhon acercándose—. Ahora, señora Williamsburg, ¿le gustaría co