—¿Sabe qué? —Matt le dedicó la sonrisa más falsa del mundo a aquel periodista—. No estoy interesado en inflarle el ego respondiéndole a esa pregunta. ¿Qué tal si usted me dice a mí si no le parece abusivo usar como escusa su libertad de expresión y su trabajo para provocarle a angustia a una familia que ya pasó por un secuestro y por una pérdida por culpa de la mujer a la que intenta defender?Otra periodista intentó abrir la boca para replicar a eso y Heilyn levantó un dedo de advertencia frente a la cara de la mujer.—Cuando secuestren a tu esposo o a tus hijos, ven a hablarnos. Antes no —siseó con tono gélido antes de darles la espalda, y los guardias de la corte enseguida se acercaron a escoltarlos hasta las puertas del juzgado para que no los molestaran más.Adentro el fiscal ya los esperaba, con cara de pocos amigos porque su primer instinto quizás era muy profesional, pero el segundo estaba ansioso por retorcerle el cuello a Vic Wombersley. Todos estaban más que seguros que aqu
Los ojos de Sienna Williamsburg se abrieron de par en par, asombrados, cuando se dio cuenta de aquel letrero colgado fuera de la casa de su madre:“VENDIDO”—¡Esa bruja infeliz! ¿¡Cómo pudo!? —exclamó furiosa deteniéndose a pocos metros del jardín y de repente algo en la acera del frente le llamó la atención.Un instante después echaba a correr por los callejones entre las casas mientras un policía salía de una patrulla encubierta y gritaba por su radio que la había visto y estaba en persecución.Por desgracias varios minutos después tuvo que informar que la había perdido, y esa fue exactamente la mala noticia que llegó a dar el fiscal a la hacienda Vanderwood.—Lo lamento —les dijo—. La policía está buscándola por todos lados, hay una orden de aprensión en su contra y los cazarrecompensas están más que avisados de la recompensa que el juzgado ofrece por ella, así que no pasará mucho tiempo antes de que la capturemos de nuevo. Pero mientras tanto deben cuidarse, ahora más que nunca qu
La casa estaba en absoluto silencio y el disparo de aquella pistola con silenciador solo hizo un eco sordo que Sienna sabía muy bien que no despertaría a nadie.Conocía la casa de los Vanderwood como la palma de su mano, había estado yendo allí desde que era una niña. Así que sabía muy bien cuál era el cuarto de Matt, y cuál sería la habitación más cercana que destinarían al niño.Pasó sobre el cuerpo inconsciente de Elijah, esperando con todo su corazón que se desangrara hasta morir, y subió las escaleras en el mayor silencio.Abrió con sumo cuidado aquella puerta y sonrió con rabia al ver la decorada habitación infantil. Al fondo, en la camita, una pequeña forma envuelta en una manta descansaba, y Sienna levantó el arma hacia Sian.—¿Qué se supone que haga, niño? —susurró para sí misma—. ¿Cómo puedo hacer sufrir más al ñoño desgraciado de tu padre y a la zorra que te adoptó? —preguntó con fiereza—. Cierto que puedo ir a matarlos ahora mismo… pero eso no los haría sufrir… ¿no es cier
Matt sentía que el pecho le apretaba como si tuviera un yunque dentro. Corrió a la planta baja mientras los paramédicos subían a Elijah a una camilla y sus reclamos medio conscientes lo hicieron apretarle la mano.—Fue… culpa… mi… culpa… —balbuceaba Elijah.—¡Todo está bien, hermanito, todo está bien! —exclamó Matt con los ojos llenos de lágrimas—. ¡Te van a componer! ¿Sí? ¡Te van a componer!—Yo… no… no pude evitar… Sian…—¡Él está bien, él está bien! —lo tranquilizó Matt—. ¡Sian está bien, todos estamos bien, cálmate!Matt tuvo que soltar su mano mientras lo subían a la ambulancia. Un segundo después la veía arrancar y se llevó las dos manos a la cabeza con desesperación.—¡No puedo creer que esto esté pasando! ¡Se suponía que todos estaríamos alertas! ¿Cómo… cómo pudo pasar?—Lo siento mucho, señor Vanderwood, pero dejemos a los médicos hacer su trabajo, le aseguro que su hermano estará bien. He visto muchas heridas de bala y esa no es de las peores —le aseguró el detective—. Sé qu
Pocos días después.La hacienda estaba tan tranquila que parecía como si incluso los animales estuvieran en el ánimo de aquel año que terminaba.La Navidad había empezado llena de preocupación, pero el Año nuevo llegaría a la familia Vanderwood en medio de la armonía y la felicidad, pero sobre todo, de la paz.—No creí que fuera a pasar así —dijo Matt de repente, cuando sintió los brazos de su esposa abrazarlo por la espalda y la mejilla de Heilyn apoyada sobre él con un gesto protector.Ella sabía de lo que hablaba, y sabía cuánto atormentaba a Matt lo que había hecho.—Debí dispararle a la mano. Tengo buena puntería, ¡Dios sabe que tengo buena puntería pero…! —Matt se detuvo, pero no permitió que sus ojos se llenaran de lágrimas.—Pero sabías en el fondo que jamás se iba a terminar —comprendió Heilyn con un suspiro de tristeza.—Lo supe en el mismo momento en que la vi dispararle a la cama de Sian. ¿Qué clase de monstruo es capaz de asesinar a su propio hijo? —preguntó con rabia con
Un año después. Matt tocó suavemente a la puerta de la habitación y trató de asomarse, pero lo único que se escuchó fue un grito ahogado y el cuerpecito de Heilyn contra la puerta. —¡Ni se te ocurra, Vanderwood! ¿Dónde están tus sanas supersticiones? —exclamó la muchacha con frustración—. ¡Ya sabes que es de mala suerte ver a la novia vestida de novia antes de la boda! —¡Mujer! ¡Ya te he visto hasta sin vestido! —protestó Matt con un puchero y una mejilla apoyada en la puerta—. ¡Déjame entrar a darte un cariñito! —¡Que no! —rio ella apoyándose del otro lado—. Ya me lo diste anoche cuando saltaste por la ventana sin permiso. —¡Es que yo soy tu caballero de brillante armadura, experto en saltar balcones y asaltar tu cama! ¡Nada puede separarme de ti! ¿No lo entiendes? ¡Ni un balcón, ni el frío, ni nuestras familias…! —Espérate que te enseño quién sí. ¡Siaaaaaaaannnn! —gritó Heilyn y un segundo después el niño apuntaba a su padre con una escopeta de pelotas de goma. —¡Papá! ¡El abu
Cuatro meses después.Sian se puso su mochila con toda la actitud y salió al corredor de la mano de su padre.—¿Puedo darle un besito a mami antes de irme? —le pidió a Matt y este sonrió.—Sí, pero suavecito para que no se despierte.—¿Y por qué mami siempre duerme tanto últimamente? —se quejó el niño y Matt cruzó los dedos de las dos manos mirando al cielo.—¡Pues, si dios quiere, porque tu papá ha hecho doble turno y trabajado mucho en los últimos cuatro meses para cansarla! —suspiró y el niño frunció el ceño.—¡¿Eh!?—Es una sorpresa, no preguntes más —dijo Matt—. Ahora ve a darle un beso a mami y nos vamos a la escuela. ¡Corre!Sian entró sigiloso en la habitación y le dio un beso en la mejilla a su mamá antes de irse con su padre a la escuela. Una hora después, Heilyn se despertaba sobresaltada y se sentaba en la cama mirando al reloj que no había sonado.—¡Diablos, me quedé dormida otra vez…! —exclamó intentando levantarse, pero antes de que pusiera los pies en el suelo la puert
Epílogo.Ocho meses después.—¡Lo siento, amor, lo siento! ¡Juro que nunca nunca nunca más te hago otro bebé! —gritaba Matt mientras sentía la mano de su esposa apretando la suya con tanta fuerza que sentía que se la rompería de un momento a otro.—¡¿Cuál otro me vas a hacer si ya me hiciste dos?! —gritó Heilyn desesperada por encima del doctor que le pedía otro esfuerzo para la siguiente contracción.—¡Es que no fue mi culpa, me entusiasmé de más! —intentó defenderse Matt—¡Yo te voy a enseñar a ti lo que es entusiasmo! —exclamó Heilyn y el grito que salió de su garganta le sacó a su esposo un puchero solidario.—¡Todo va a estar bien, nena! ¡Todo va a estar bien, te lo prometo! ¡Otro empujoncito, vamos! ¡Tú eres mi guerrera, tú puedes, vamos, tráeme a esos bebés!Lo que siguió fue una mirada muy asesina y el rostro de Heilyn poniéndose rojo mientras daba todo de sí para que aquel bebé saliera.—¡Tenemos un niño! —exclamó el doctor emocionado, porque hasta ese momento los bebés no se