Heilyn miró asustada a la puerta del baño donde estaba su hijo, y sus manos se volvieron puños de la impotencia.—¡Tú no puedes estar aquí! —siseó—. El juez dijo que no puedes acercarte a Sian a menos que él lo disponga…—¡El juez es un maldito idiota que no sabe el inmenso amor que una madre siente por su hijo…!—¡Querrás decir: “por el dinero de su hijo”! —gruñó Heilyn—. ¡Lárgate de aquí, Sienna, lárgate porque te juro que lo que vengo guardando por seis años me lo voy a descargar en dos minutos!La mujer frente a ella la miró con una sonrisa socarrona, como si se sintiera inmune o supiera que todo estaba a su favor.—¿De verdad? ¿Y qué vas a hacer? ¿Pegarme? Sabes que eso me caería muy bien. ¡Así de paso voy y te denuncio por agresión a la policía y me dan al niño mucho más fácil! —le escupió Sienna con maldad—. ¡Pero algo sí te aseguro, te voy a quitar a ese niño!Y aunque sabía que no debía hacerlo, Heilyn no pudo contenerse. Una de sus manos fue al cabello de Sienna y apenas ell
Jhon Anders no tenía pelos en la lengua, mucho menos cuando se trataba de defender la verdad, y el juez Collins, que ya había trabajado con él antes, lo sabía a la perfección.—Entonces, licenciado Wombersley, ¿cómo va a ser? —insistió Anders—. La madre biológica de Sian quiere reclamar al niño o la herencia que cree que viene con él.—¡Por supuesto que al niño! —exclamó Wombersley furioso porque no esperaba que lo emplazaran así en medio de su muy trabajado alegato inicial, sin embargo antes de que pudiera reaccionar, Anders sacó un documento y se lo acercó.—Muy bien, en ese caso, solicitamos a la señora Williamsburg que por favor firme esta aceptación de la pensión que pueda pasarle su padre en caso de que la sentencia no sea favorable para nosotros, y de paso una renuncia al manejo de la herencia del menor.—¡Pero claro que no voy a renunciar a eso! —exclamó Sienna levantándose y el juez golpeó con su mazo un par de veces para llamar al orden—. ¡Su Señoría es que no es justo! ¡Mi
El rostro de Sienna se puso lívido en un solo segundo, porque realmente no había esperado una pregunta como aquella.—¡Eso no importa!—¡Claro que importa! —sentenció Anders con tono feroz, acercándose al estrado.—¡No, no importa porque lo que estamos evaluando aquí es que Sian es mi hijo y eso demuestra que lo es, igual que la prueba de ADN que ya me hicieron! —escupió Sienna con rabia, pero para hacérsela aún mayor Anders solo se rio en su cara.—¡Oh, señora Williamsburg! Parece que ha malentendido completamente el propósito de este juicio. A nadie aquí le importa que usted sea la madre de Sian o no. Esta audiencia es para demostrar quién es más apto para cuidar y proteger a un menor de edad, y la biología no tiene nada que ver con eso —declaró Anders—. Así que de nuevo, le pregunto: ¿puede explicarle a esta corte por qué en el acta de nacimiento de Sian que usted presentó, el nombre que aparece en la casilla de Padre es el de Nathaniel Vanderwood?Todos los ojos estaban puestos en
—¡Esperen, la señora Paloma Williamsburg no está en la relación de testigos! —se negó Wombersley de inmediato y todas las miradas se giraron hacia él.—¿Y cuál es el problema con agregarla? —preguntó Jhon encogiéndose de hombros como si fuera un asunto sin importancia.El abogado de Sienna apretó los dientes porque el juez Collins también lo miró esperando una respuesta.—¡Es que la señora Paloma no tiene nada que ver en este caso como para…! —intentó defenderse y Jhon se llevó una mano al pecho con tanta teatralidad que Heilyn casi se ahogó de risa.—¡¿Cómo que no tiene nada que ver?! La madre de su cliente, ¡según su cliente!, le robó a su hijo y lo dio en adopción contra su voluntad. Cualquier otra mujer en esta sala ya la habría denunciado con la policía, así que nos interesa mucho saber por qué su cliente no lo ha hecho. —Anders sonrió con sorna y se giró hacia el juez—. Solicitamos para mañana que la señora Paloma Anders se presente a declarar, Su Señoría… y también solicitamos
La sala estaba llena de murmullos cuando por fin Paloma Williamsburg puso un pie dentro de ella, con aquella cara de cordero espantado porque realmente la única información que le habían dado era que la habían citado como testigo en un juicio y la policía ni se había marchado de su casa y se habían negado a darle más información.Por supuesto que cuando vio a su hija en uno de los banquillos y a los Vanderwood en el otro, se imaginó perfectamente qué era lo que estaba sucediendo.—Señora Williamnsburg, la he hecho traer como testigo en el caso BMJ—122305 Vanderwood vs. Williamsburg, donde su hija Sienna Williamsburg reclama la custodia de su hijo, el menor de edad Sian Vanderwood.Paloma pasó saliva y a una orden del juez se acercaron con una biblia para que hiciera el juramento.Después de eso el juez le hizo una señal a Jhon.—Licenciado, su testigo, puede comenzar —le indicó, pero Jhon levantó las manos.—Su Señoría, todo lo que necesitamos saber sobre esto la señora Williamsburg s
La expresión de Paloma Williamsburg ni siquiera equiparaba a la de su hija mientras la escuchaba decir que quería cambiar su declaración.—¿Disculpe? ¿Cómo dijo? —preguntó Jhon haciéndose el que no comprendía—. ¿Dice que quiere cambiar su declaración? ¿Cómo quiere cambiarla? ¡Acaba de confesar que secuestró un bebé, lo robó, lo entregó a un orfanato, falsificó la identidad de la señora Sienna Williamsburg y encima tuvo el poco corazón de decirle a su pobre hija que su bebé estaba muerto…!Paloma apretó los puños, pero en cuanto Jhon le hizo un gesto al agente de la Interpol para que se la llevara, Paloma se levantó.—¡Yo no me llevé al bebé! ¡Yo no lo hice! —exclamó asustada mirando a todos lados—. ¡Voy a decir la verdad, pero yo no me robé a ningún bebé, no me pueden acusar por eso!—No, solo por perjurio —suspiró el juez.—Pero definitivamente es un cargo mucho, mucho más leve que los de secuestro y suplantación —aseguró Jhon acercándose—. Ahora, señora Williamsburg, ¿le gustaría co
Había dos cosas importantes que aclarar: la primera era que ya lo esperaba, Heilyn siempre había sabido que aquella decisión de pagar por Sian le pasaría factura tarde o temprano. Y la segunda era que aunque lo supiera, nada iba a hacerla arrepentirse de eso.—Ya nos preparamos para esto —le recordó Jhon en voz baja—. Tranquila.Matt se llevó una de sus manos a sus labios y la besó con un gesto de apoyo antes de dejarla ir. Y Heilyn subió a aquel estrado con absoluta determinación. Juró sobre la Biblia como le indicaron y respiró profundo viendo al abogado de Sienna acercarse al estrado con aquella sonrisa sarcástica.—Señora Payne —dijo Wombersley—. ¿O debería decir señora Vanderwood, ahora?—Pues eso depende de cuánto tiempo perder en formalismos. A mí me da igual cómo me llame —respondió Heilyn con tono tajante y el abogado carraspeó, incómodo.—Lo que quiero decir es que ahora está casada con el señor Matthew Vanderwood —gruñó el abogado y Heilyn asintió.—Gracias, licenciado, por
La sala entera se llenó de murmullos azorados cuando escucharon a Sienna Williamsburg decir aquello; y ella misma no pareció darse cuenta de lo que había salido de su boca hasta que su abogado se acercó de prisa.—¡Esto no es parte del interrogatorio a la testigo, no puede constar en acta! —exclamó Wombersley pero Jhon se levantó de inmediato.—¡Objeción! —declaró con firmeza—. ¡Mientras el juez no ordene personalmente a la taquígrafa que se detenga, absolutamente todo consta en acta!Mientras la sala se volvía una vorágine de protestas y acusaciones, Heilyn solo miró a Matt, que la observaba con una sonrisa suave y su mayor cara de orgullo.“Eres genial. ¿Lo sabes?”, leyó en sus labios y le hizo un guiño más tranquilo porque habían conseguido exactamente lo que necesitaban para Jhon, que ahora discutía con el abogado de Sienna frente al estrado del juez.—¡Basta! —gritó el Juez Collins frustrado—. La señora Williamsburg ha hecho una declaración en público en medio de este juicio.—¡P