Nate confiaba plenamente en su hermano, así que cuando bajó las escaleras y encontró a Matt apoyado en la encimera con la vista fija en aquella taza de café, por su expresión enseguida supo que algo iba terriblemente mal.—Suéltalo, ni siquiera lo disfraces —murmuró Nate.—Sienna nos está demandando —les dijo Matt—. Quiere la custodia total de Sian, cree que toda la herencia de los Vanderwood viene con él.—Bueno, esto no es nada que no esperaras ya, ¿no es cierto?—Sí, así es, ya lo estaba esperando, pero lo que me preocupa no es la demanda —bufó Matt—. Lo que me preocupa es que tiene al mejor abogado familiar de Houston y ese no es barato.—Nosotros tampoco somos pobres —sonrió Nate, pero Matt le hizo un gesto como si necesitara concentrarse.—¡No, no me estás entendiendo! No se trata de quién puede contratar al mejor abogado, sé que yo puedo, ¡se trata de dónde carajo está sacando Sienna tanto dinero como para contratar a un abogado así!Aquellas palabras retumbaron como un eco ent
Aquella declaración dejó los pensamientos de Matt disparados, así que de inmediato se vistió y se despidió de Heilyn con un beso. Se dirigió a la oficina con paso rápido y para su sorpresa no era el único que estaba allí. Los gemelos y Elijah habían llegado también, y Nate parecía completamente devastado, como si hubiera recibido la peor noticia del mundo.Cuando por fin estuvieron todos, Matt puso una mano en su hombro y lo miró a los ojos.—¿Qué es lo que está pasando, Nate? —le preguntó y su hermano lo miró tragando en seco.—¿Recuerdan el accidente de la caravana hace más de un año? —les preguntó y todos asintieron—. No fue un accidente, fue un sabotaje… y fue obra de Lloyd.Elijah frunció el ceño y se adelantó, porque su tío Lloyd era uno de sus familiares más cercanos y queridos.—¿El tío Lloyd…? ¿Cómo…? ¿Por qué…? ¿Estás seguro?—Él mismo lo admitió mientras me chantajeaba ayer en esta oficina —sentenció Nate y antes de que lo asaltaran a preguntas levantó una mano para que lo
Quizás inquietud no era la palabra correcta cuando se trataba se Sienna, Matt estaba furioso y frustrado, porque estaba seguro de que de ninguna manera aquella mujer se iría con las manos vacías de todo aquello, y que trataría de hacer el mayor daño posible antes de irse.—Oye… ¿Estás bien? —lo increpó Heilyn mientras lo veía parado en aquel ventanal, mirando al campo como si quisiera tomar un caballo y perderse por los potreros para quitarse aquello que parecía una maldición.—Voy a estarlo. Voy a estarlo cuando todo esto termine —le aseguró Matt, envolviéndola en un abrazo.Ya habían pasado algunos días y no habían tenido noticias de Sienna ni de su abogado, pero el proceso seguía su curso y ya solo quedaba esperar la fecha en la que debían presentarse.—En tres días tenemos cita con la psicóloga —murmuró Heilyn ocultando la cara en su pecho—. Tengo mucho miedo por eso, Matt. ¿Qué va a pasar si…?—Si nada, nena, si nada. Sian no te va a dejar de querer solo porque no lo hayas traído
Ranger era el mejor amigo de Nate desde hacía muchos años, pero parecía como si su vocación más elemental fuera cuidar de los locos chicos Vanderwood, así que cuando Matt le dijo que necesitaba protección especial para Heilyn y para Sian, no dudó ni un minuto en poner sus hilos a moverse y colocarle un par de guardaespaldas encubiertos en todo momento.—No te preocupes, van a estar vigilados —le aseguró a Matt—. Nadie se va a acercar a tu mujer ni a tu hijo.Matt respiró con más libertad y se mesó los cabellos.—¿Ya sabemos algo de Lloyd? —preguntó—. ¿Sabes cómo van los interrogatorios?—No ha dicho nada, o al menos nada que pueda probar —respondió Ranger, que estaba en contacto constante con la policía tras el secuestro de Blair—. Si Sienna y Paloma lo ayudaron, la verdad es que no lo ha dicho.—¡Maldición! ¡Pero alguna conexión tendrán que tener! —gruñó Matt—. Sienna no es una santa…Pero la verdad era que por más que quisiera revelar al mundo la verdadera cara de aquella mujer para
¿Cómo explicarle a un niño que una cosa es la mujer que lo parió y otra cosa es la madre que lo había criado?La doctora había visto aquella carita muchísimas veces a lo largo de su carrera, así que mientras Heilyn y Matt contenían el aliento, ella solo llamó la atención de Sian poniendo una capa de bloques de diferente color.—Bueno, vamos a descubrir juntos eso —le dijo con confianza—. Los niños se hacen en las pancitas de las mamis, pero tú no saliste de la pancita de Heilyn. —Sian miró a su mamá con un puchero.—¿Entonces de dónde salí? —preguntó.—Tú saliste de otra pancita, mi amor, de otra mujer —le dijo Heilyn con seguridad, apretando su mano—. Pero desde que yo te vi, cuando eras muy pequeñito así de este tamaño, yo supe que quería ser tu mamá para siempre, así que te adopté.Sian se levantó y fue a sentarse en el rezago de su madre con el ceño fruncido.—¿Qué es “adopté”? —le preguntó.—¡Buena pregunta! —le sonrió la doctora—. Adoptar es cuando alguien decide ser la mamá o e
Heilyn miró asustada a la puerta del baño donde estaba su hijo, y sus manos se volvieron puños de la impotencia.—¡Tú no puedes estar aquí! —siseó—. El juez dijo que no puedes acercarte a Sian a menos que él lo disponga…—¡El juez es un maldito idiota que no sabe el inmenso amor que una madre siente por su hijo…!—¡Querrás decir: “por el dinero de su hijo”! —gruñó Heilyn—. ¡Lárgate de aquí, Sienna, lárgate porque te juro que lo que vengo guardando por seis años me lo voy a descargar en dos minutos!La mujer frente a ella la miró con una sonrisa socarrona, como si se sintiera inmune o supiera que todo estaba a su favor.—¿De verdad? ¿Y qué vas a hacer? ¿Pegarme? Sabes que eso me caería muy bien. ¡Así de paso voy y te denuncio por agresión a la policía y me dan al niño mucho más fácil! —le escupió Sienna con maldad—. ¡Pero algo sí te aseguro, te voy a quitar a ese niño!Y aunque sabía que no debía hacerlo, Heilyn no pudo contenerse. Una de sus manos fue al cabello de Sienna y apenas ell
Jhon Anders no tenía pelos en la lengua, mucho menos cuando se trataba de defender la verdad, y el juez Collins, que ya había trabajado con él antes, lo sabía a la perfección.—Entonces, licenciado Wombersley, ¿cómo va a ser? —insistió Anders—. La madre biológica de Sian quiere reclamar al niño o la herencia que cree que viene con él.—¡Por supuesto que al niño! —exclamó Wombersley furioso porque no esperaba que lo emplazaran así en medio de su muy trabajado alegato inicial, sin embargo antes de que pudiera reaccionar, Anders sacó un documento y se lo acercó.—Muy bien, en ese caso, solicitamos a la señora Williamsburg que por favor firme esta aceptación de la pensión que pueda pasarle su padre en caso de que la sentencia no sea favorable para nosotros, y de paso una renuncia al manejo de la herencia del menor.—¡Pero claro que no voy a renunciar a eso! —exclamó Sienna levantándose y el juez golpeó con su mazo un par de veces para llamar al orden—. ¡Su Señoría es que no es justo! ¡Mi
El rostro de Sienna se puso lívido en un solo segundo, porque realmente no había esperado una pregunta como aquella.—¡Eso no importa!—¡Claro que importa! —sentenció Anders con tono feroz, acercándose al estrado.—¡No, no importa porque lo que estamos evaluando aquí es que Sian es mi hijo y eso demuestra que lo es, igual que la prueba de ADN que ya me hicieron! —escupió Sienna con rabia, pero para hacérsela aún mayor Anders solo se rio en su cara.—¡Oh, señora Williamsburg! Parece que ha malentendido completamente el propósito de este juicio. A nadie aquí le importa que usted sea la madre de Sian o no. Esta audiencia es para demostrar quién es más apto para cuidar y proteger a un menor de edad, y la biología no tiene nada que ver con eso —declaró Anders—. Así que de nuevo, le pregunto: ¿puede explicarle a esta corte por qué en el acta de nacimiento de Sian que usted presentó, el nombre que aparece en la casilla de Padre es el de Nathaniel Vanderwood?Todos los ojos estaban puestos en