Su boca era simplemente deliciosa. Devorarla era como estar en el paraíso, tocando desesperadamente a las puertas del cielo sin que nadie se animara a abrirle. Pero cada roce de su lengua era una tentación.Matt no tenía otra forma de describirla: deliciosa y peligrosa, porque definitivamente eso que sintió contra sus labios fue una mordida de resistencia.—Matt, no… —intentó detenerlo Heilyn, aferrando su camisa, pero cuando lo vio levantarse sobre uno de sus codos, la imagen de aquel hombre sobre ella le robó el aliento.—¿No qué? ¿No te beso? ¿No quieres que te bese o no quieres que pase todo lo que sigue? —susurró él mirándola a los ojos y de una pregunta como esa sí que no había forma de escapar.—Matt… eres el padre de Sian…—Y tú eres la madre de Sian. ¿Crees que me gustas menos por eso?Heilyn sentía que el corazón le retumbaba en el pecho como un tambor, y ahogó un grito de sorpresa cuando él tiró de su cuerpo con fuerza, llevándola sobre su regazo con un movimiento fluido y
Tener sexo era algo normal, natural, elemental…Y luego estaban esas brujas que se te metían realmente en el corazón y volvían el sexo una dimensión extraña y preciosa en la que te sacaban el alma por el…—¡Heilyn! —jadeó Matt sintiendo aquella presión insoportable que presagiaba al orgasmo, porque a cada segundo que ella lo metía en su boca, cada vez que sentía chocar con el fondo de su garganta, humedeciendo sus ojos, su deseo por ella solo aumentaba aun más—. ¡¿Te quieres llevar mi alma también?! —gruñó desesperado y solo sintió su risa cálida y malvada sobre su miembro.—Sí, esa la quiero también. Dámela —respondió ella en un susurro y la mano de Matt fue instantáneamente a su cabello, en volviéndolo en un puño mientras cada músculo de su cuerpo se contraía y se liberaba en su boca.—Traga —le ordenó con voz ronca y ahogó un gruñido de placer mientras la veía saborear todo lo que le daba—. Nena…Pero no era suficiente. Incluso cuando sentía que perdía todas las fuerzas, seguía sin
Tenía que reír. Literalmente estaba obligado a reír porque primera vez en muchos años Matt Vanderwood se sentía completamente feliz. Y la mejor parte de todo era que tenía dos semanas de luna de miel, y que ni una sola de las fotos que se tomaran sería una mentira.La miró dormir un rato y sintió una paz tan grande como jamás había sentido, aquella chica de pesadilla era un sueño hecho realidad, y todas las cosas que sentía por ella se le agolpaban a Matt en el pecho sin que supiera cómo sacarlas, así que solo la abrazó y la dejó descansar hasta que el hambre le hizo rugir el estómago más que las mariposas.Heilyn estaba adormilada todavía cuando abrió los ojos y sintió en vacío en la cama junto a ella, y no tuvo más remedio que envolverse en una manta porque no había nada más.Bajó a la cocina y vio a Matt detrás de la barra, canturreando para sí mismo mientras intentaba recolocar toda la comida que había pedido en una linda bandeja para la cama.—¿Estás feliz? —preguntó Heilyn con s
Por supuesto que fue cuestión de minutos que Matt y Heilyn hicieran aquel par de maletas y volvieran a toda prisa a Houston. No era que no esperaran aquella reacción de parte de Sienna, pero la voz del abogado les había parecido mucho más preocupada de lo que debería.—Vamos a mantener la calma ¿de acuerdo? —le pidió él—. Recuerda que Sian no sabe nada de esto y preferimos que se quede así.Heilyn pasó saliva, nerviosa, y apretó sus dedos con un gesto de protección.—¿Y crees que no va a terminar enterándose de la verdad? —le dijo a Matt—. Esto va a cambiarlo todo. ¿Qué pasa si Sian se entera de que no soy su madre y quiere irse con Sienna?—¡Oye, oye, eso no va a pasar! ¡Ni siquiera lo digas! ¡Esa bruja no nos va a quitar a nuestro hijo! Ningún tribunal en su sano juicio le daría la custodia de Sian, incluso si el niño pidiera irse con ella.Pero por más que tratara de no pensar en eso, aquello estaba destrozando el corazón de Heilyn, porque sabía que aquella verdad podía lastimar a
Nate confiaba plenamente en su hermano, así que cuando bajó las escaleras y encontró a Matt apoyado en la encimera con la vista fija en aquella taza de café, por su expresión enseguida supo que algo iba terriblemente mal.—Suéltalo, ni siquiera lo disfraces —murmuró Nate.—Sienna nos está demandando —les dijo Matt—. Quiere la custodia total de Sian, cree que toda la herencia de los Vanderwood viene con él.—Bueno, esto no es nada que no esperaras ya, ¿no es cierto?—Sí, así es, ya lo estaba esperando, pero lo que me preocupa no es la demanda —bufó Matt—. Lo que me preocupa es que tiene al mejor abogado familiar de Houston y ese no es barato.—Nosotros tampoco somos pobres —sonrió Nate, pero Matt le hizo un gesto como si necesitara concentrarse.—¡No, no me estás entendiendo! No se trata de quién puede contratar al mejor abogado, sé que yo puedo, ¡se trata de dónde carajo está sacando Sienna tanto dinero como para contratar a un abogado así!Aquellas palabras retumbaron como un eco ent
Aquella declaración dejó los pensamientos de Matt disparados, así que de inmediato se vistió y se despidió de Heilyn con un beso. Se dirigió a la oficina con paso rápido y para su sorpresa no era el único que estaba allí. Los gemelos y Elijah habían llegado también, y Nate parecía completamente devastado, como si hubiera recibido la peor noticia del mundo.Cuando por fin estuvieron todos, Matt puso una mano en su hombro y lo miró a los ojos.—¿Qué es lo que está pasando, Nate? —le preguntó y su hermano lo miró tragando en seco.—¿Recuerdan el accidente de la caravana hace más de un año? —les preguntó y todos asintieron—. No fue un accidente, fue un sabotaje… y fue obra de Lloyd.Elijah frunció el ceño y se adelantó, porque su tío Lloyd era uno de sus familiares más cercanos y queridos.—¿El tío Lloyd…? ¿Cómo…? ¿Por qué…? ¿Estás seguro?—Él mismo lo admitió mientras me chantajeaba ayer en esta oficina —sentenció Nate y antes de que lo asaltaran a preguntas levantó una mano para que lo
Quizás inquietud no era la palabra correcta cuando se trataba se Sienna, Matt estaba furioso y frustrado, porque estaba seguro de que de ninguna manera aquella mujer se iría con las manos vacías de todo aquello, y que trataría de hacer el mayor daño posible antes de irse.—Oye… ¿Estás bien? —lo increpó Heilyn mientras lo veía parado en aquel ventanal, mirando al campo como si quisiera tomar un caballo y perderse por los potreros para quitarse aquello que parecía una maldición.—Voy a estarlo. Voy a estarlo cuando todo esto termine —le aseguró Matt, envolviéndola en un abrazo.Ya habían pasado algunos días y no habían tenido noticias de Sienna ni de su abogado, pero el proceso seguía su curso y ya solo quedaba esperar la fecha en la que debían presentarse.—En tres días tenemos cita con la psicóloga —murmuró Heilyn ocultando la cara en su pecho—. Tengo mucho miedo por eso, Matt. ¿Qué va a pasar si…?—Si nada, nena, si nada. Sian no te va a dejar de querer solo porque no lo hayas traído
Ranger era el mejor amigo de Nate desde hacía muchos años, pero parecía como si su vocación más elemental fuera cuidar de los locos chicos Vanderwood, así que cuando Matt le dijo que necesitaba protección especial para Heilyn y para Sian, no dudó ni un minuto en poner sus hilos a moverse y colocarle un par de guardaespaldas encubiertos en todo momento.—No te preocupes, van a estar vigilados —le aseguró a Matt—. Nadie se va a acercar a tu mujer ni a tu hijo.Matt respiró con más libertad y se mesó los cabellos.—¿Ya sabemos algo de Lloyd? —preguntó—. ¿Sabes cómo van los interrogatorios?—No ha dicho nada, o al menos nada que pueda probar —respondió Ranger, que estaba en contacto constante con la policía tras el secuestro de Blair—. Si Sienna y Paloma lo ayudaron, la verdad es que no lo ha dicho.—¡Maldición! ¡Pero alguna conexión tendrán que tener! —gruñó Matt—. Sienna no es una santa…Pero la verdad era que por más que quisiera revelar al mundo la verdadera cara de aquella mujer para