El problema era que en aquel momento Nate no tenía tiempo para definir qué era aquello: si posesividad, sentido de pertenencia o instinto protector. Simplemente ver a aquel tipo tocando a Blair lo había sacado de sus casillas.Sentía la frente de la muchacha apoyada en su espalda y la forma inquieta en que sus puños se cerraban sobre la piel de su cazadora, y solo echó un brazo hacia atrás tocando su espalda con un gesto de seguridad.—¡Que ni se te ocurra volver a tocarla! —amenazó al periodista—. ¡Las preguntas son para mí y yo te las responderé cuando lo considere!—Pero ella, ¿quién es...?—¡¿A ti qué te importa?! ¡Puede ser mi mujer o mi chica del café, y aun así tampoco te importaría! —gruñó molesto.La policía trató de alejar a los periodistas tanto como era posible, pero la verdad ese era el menor de los problemas, porque a pesar de las protestas, Nate se mantuvo firme en su decisión.—Quizás si intentáramos levantar los camiones con una grúa —propuso uno de los policías.Pero
Ni uno solo de los teléfonos que había en su oficina, ni una sola de las extensiones dejaban de sonar y Nate quería que la tierra se abriera bajo sus pies y se lo tragara.Aquel probablemente se convertiría en el peor día en la historia de la compañía familiar, sin embargo, cuando su asistente entró en medio de aquel caos, la mujer solo se encogió de hombros con una sonrisa.—Maggie, ¿ya te volviste loca o ya tienes trabajo en otra empresa? —le preguntó Ranger viéndola tan contenta.—¡Es que son buenas llamadas! —exclamó la asistente—. Estamos recibiendo decenas de solicitudes para entrevistas en radio y televisión, pero además no han parado de llamar nuevos inversores para la compañía.—¡¿En serio?! —Nate se echó adelante en el asiento con una expresión de incredulidad.—Así es, yo no sé mucho sobre estas cosas pero creo que deberían revisar las finanzas esas o algo así.Ranger le hizo un gesto apresurándolo y Nate de inmediato se metió en la bolsa de valores para ver qué estaba pasa
La cama era demasiado blanda, la almohada era demasiado esponjosa, el suelo era demasiado duro y él no dormía ahí. En la bañadera no podía dormir porque estaba mojada; en las alfombras dormían los perros, y de pie tampoco se dormía. Así que para ser claros, Nate no logró dormir esa noche, y ni el mejor psicólogo del mundo le hubiera podido sacar el por qué. Su cuerpo estaba completamente exhausto después de aquel clímax, y aun así su cerebro estaba trabajando a toda marcha, como un extraño tocadiscos roto que solo repitiera el mismo fragmento: “Esto es un negocio”.No tenía idea de que en aquel mismo momento el vídeo que lo había salvado de la crisis también estaba teniendo su dosis de malas interpretaciones, junto a decenas de interrogantes: Todas relacionadas con quién era la mujer a la que Nate Vanderwood le daba explicaciones de sus actos, qué tenían que ver el uno con el otro y si eran una de esas parejas que escondían de la prensa su relación.Al día siguiente, y con más café en
Por suerte o por desgracia Nate ya estaba perfectamente acostumbrado a aquellas órdenes intempestivas de su padre, así que Ranger le deseó buena suerte y un par de horas después cuando llegó a su casa, traía en la cajuela de su auto las dos maletas que se necesitaban para Blair y para Nathalie.—¿Nate, está todo bien? —se sorprendió Blair al verle llegar tan temprano.—Sí, pero surgió un imprevisto... familiar —replicó él—. Vamos a viajar a Texas, a la casa de la familia, porque mi padre quiere verte. Voy un momento a cambiarme y a hacer la maleta, no te preocupes por las de ustedes, ya están las dos en mi auto.Blair frunció el ceño sin comprender.—¿Las nuestras?—Mi asistente se encargó de comprar todo lo necesario para un viaje corto para la niña y para ti. Espero que no tengamos que pasar más que un fin de semana.Él tenía una habilidad especial para zanjar conversaciones importantes, y Blair no estaba en posición de decir que no quería hacer aquel viaje. Así que solo fue a cambi
—Vamos, ya, ¡ya! ¡Les prepararé una linda habitación en la casa! —exclamó Adaline empujando a Nate y a Blair lejos de allí.—Pero mujer, espera, acabo de preguntar...—¡Rufus por Dios, los muchachos acaban de llegar! ¿No puedes dejar tus interrogatorios para otro momento? Solo... ¡disfruta de la niña y ya!Y como el patriarca de la familia realmente estaba muy emocionado con su nieta, no fue para nada difícil distraerlo para que dejara en paz a Nate.—¿Sabes qué, hijo? Sé que tu padre es un dictador reprimido —suspiró su madre—. Nadie puede decirle nada que no quiera escuchar, pero yo sí te escucho hijo. Si quieres puedo ponerlos en habitaciones separadas, no hay ningún problema, tu padre no tiene por qué enterarse...—No te preocupes mamá, no tengo ningún problema con que usemos una sola habitación, finalmente eso es lo que hacemos en casa ¿no es verdad, cariño?—No, no es verdad, en casa casi siempre te duermes sobre el escritorio —replicó Blair con una sonrisa suave, y Asher y Seba
Quizás si hubiera estado en sus cinco sentidos a Nate le habría parecido extraño lo poco que ella pesaba, pero con el cansancio post sexo y los tragos de más, el hecho de poder llevarla a la cama como si fuera una plumita fue en lo que menos pensó.La acostó allí, cubriéndola con varios edredones, y apretó la mano en un puño para evitar acariciarle aquel mechón de cabello que le caía sobre la cara.Tenía que ser idiota para no darse cuenta de que en los pocos días que llevaba de conocerla, ella le había salvado el trasero más de una vez, y que aquello se sentía como si fuera algo natural.—¡Maldición, ni te acostumbres, Nate, de cualquier manera tampoco va a durar...! —murmuró para sí mismo y se llevó la almohada de la cama y una manta para irse a dormir al pequeño sofá de la habitación de Nathalie, y así si alguien entraba poder decir que la pequeña estaba dando una mala noche.Se quedó rendido en un instante y para cuando abrió los ojos ya ni ella ni la niña estaban por todo aquello
Blair notó en aquel mismo momento la contrariedad en la expresión de Nate. No, no quería quedarse dos semanas y menos en medio de la farsa que estaban aparentando frente a la familia. Sin embargo, estaba bastante segura de que aquellas órdenes en forma de peticiones del señor Vanderwood no eran fáciles de rechazar.—Yo estoy de vacaciones, no tengo problemas en quedarme —dijo Matthew desde el otro lado de la mesa.Los gemelos, por supuesto, se encogieron de hombros porque los dos estaban terminando la universidad y ya habían rendido los parciales, solo tenían que trabajar en sus tesis y eso podían hacerlo desde cualquier lugar.—Nosotros también nos quedamos, ya el año pasado casi nos perdimos Halloween, así que vamos a disfrutar este —aseguró Asher chocando los cinco con su gemelo.—Bueno... Yo podría hacer un esfuerzo, aunque tendré que estar yendo a la ciudad cada par de días un rato, pero sí, me puedo quedar —respondió Elijah.Todos los rostros se giraron entonces hacia Nate y Bla
—¡Oh dios, no me digas que el encargo ya dio resultado! —exclamó Adaline echándole agua en la cara para despejarla, y Blair agradeció tener una excusa como aquella.—No… no lo sé. Seguro no es nada.—¡Algo tiene que ser, linda, la gente no se desmaya por gusto! ¡Nate! —gritó en dirección a la terraza—. ¡Nate!Su tono hizo que en cuestión de segundos Nate asomara por aquella puerta y frunció el ceño al ver a Blair sentada en el suelo.—¿Qué pasó? ¡¿Qué tiene?! —Se agachó frente a ella, atrapando su cara entre las manos mientras buscaba sus ojos—. ¿Estás bien, nena?—Sí, no es nada, de verdad —le dijo ella nerviosa—. Traigo mucho estrés estos días, sabes que hace algunas semanas que no dormimos bien...Nate pasó los brazos debajo de su cuerpo y la levantó con rapidez.—Te juro que no es nada, no eches a perder la cena por esto —susurró ella en su oído y él asintió en silencio, depositándola con suavidad en una de las sillas y sentándose a su lado.—¿Está todo bien?—¿Se siente bien?—¿L