Blair notó en aquel mismo momento la contrariedad en la expresión de Nate. No, no quería quedarse dos semanas y menos en medio de la farsa que estaban aparentando frente a la familia. Sin embargo, estaba bastante segura de que aquellas órdenes en forma de peticiones del señor Vanderwood no eran fáciles de rechazar.—Yo estoy de vacaciones, no tengo problemas en quedarme —dijo Matthew desde el otro lado de la mesa.Los gemelos, por supuesto, se encogieron de hombros porque los dos estaban terminando la universidad y ya habían rendido los parciales, solo tenían que trabajar en sus tesis y eso podían hacerlo desde cualquier lugar.—Nosotros también nos quedamos, ya el año pasado casi nos perdimos Halloween, así que vamos a disfrutar este —aseguró Asher chocando los cinco con su gemelo.—Bueno... Yo podría hacer un esfuerzo, aunque tendré que estar yendo a la ciudad cada par de días un rato, pero sí, me puedo quedar —respondió Elijah.Todos los rostros se giraron entonces hacia Nate y Bla
—¡Oh dios, no me digas que el encargo ya dio resultado! —exclamó Adaline echándole agua en la cara para despejarla, y Blair agradeció tener una excusa como aquella.—No… no lo sé. Seguro no es nada.—¡Algo tiene que ser, linda, la gente no se desmaya por gusto! ¡Nate! —gritó en dirección a la terraza—. ¡Nate!Su tono hizo que en cuestión de segundos Nate asomara por aquella puerta y frunció el ceño al ver a Blair sentada en el suelo.—¿Qué pasó? ¡¿Qué tiene?! —Se agachó frente a ella, atrapando su cara entre las manos mientras buscaba sus ojos—. ¿Estás bien, nena?—Sí, no es nada, de verdad —le dijo ella nerviosa—. Traigo mucho estrés estos días, sabes que hace algunas semanas que no dormimos bien...Nate pasó los brazos debajo de su cuerpo y la levantó con rapidez.—Te juro que no es nada, no eches a perder la cena por esto —susurró ella en su oído y él asintió en silencio, depositándola con suavidad en una de las sillas y sentándose a su lado.—¿Está todo bien?—¿Se siente bien?—¿L
Era algo así como un superpoder: dos palabras y media insinuación en aquel tono ronco, y solo eso bastaba para que el corazón de Blair se disparara.La primera vez había sido sexo y vergüenza, la segunda vez había sido alcohol y risas. Para la tercera ella era muy consciente de que ya no podía negarse, pero era imposible que dejara de temblar ante la expectación de acostarse con él.Tener su pecho contra la espalda y su bragueta contra el trasero era algo que le cortaba el aliento en un solo instante.No dijo ni una sola palabra mientras él desprendía cada botón de su blusa y la dejaba a un lado sobre la hierba. Ni siquiera se movió mientras le abría el cierre del pantalón y una de sus manos fue a sostener su cuello para devorar su boca, mientras la otra se perdía debajo de sus bragas, haciéndola ahogar el primer gemido de muchos.La camisa de Nate desapareció en un solo instante, y Blair solo sintió su boca bajando a lo largo de su columna, besando hasta alcanzar el borde de los vaqu
Nate sentía que el corazón le retumbaba en el pecho como una bomba de relojería. Tenía muy claro qué era eso que tenía con Blair: “un negocio”; sin embargo, aquellos presentimientos que tenía hacia ella, aquella preocupación que se le disparaba en un segundo por ella, que se le hiciera un nudo en el estómago por ella... eran solo algunas de esas cosas que lo hacían sentirse frustrado consigo mismo, porque quizás era la primera vez en su vida que no lograba tener un norte definido en un negocio.—¡¿Qué le pasó a Blair?! —Se levantó mirando a su hermano y en cuestión de segundos su madre le quitó a la bebé de las manos.—Es que... Bueno, la llevamos a cabalgar apenas amaneció... Asher y yo...—¡¿Y no les dije claramente a Asher y a ti que solo yo iba a enseñar a montar a Blair!? —espetó furioso—. ¡¿Por qué demonios se la llevaron sin mi permiso?! ¡¿Qué fue lo que le pasó?! ¡No me digas por Cristo que se cayó de la yegua! —jadeó asustado restregándose la cara con las manos.—No, no... No
El viaje hacia la sede de distribución de la empresa demoró quizás una media hora, y aunque Nate estaba seguro de que no iba a encontrar algo que precisamente le agradara, no pudo evitar sorprenderse porque apenas llegó, notó que a uno de los costados de la propiedad, quizás a poco más de un kilómetro, había grandes máquinas excavadoras trabajando.—Disculpe, ¿qué es eso que están haciendo allí? —le preguntó Nate a uno de los trabajadores.—¡Ah! Es la propiedad de al lado, hace años que venían queriendo hacerle algo, pero apenas ahora es que están removiendo toda la tierra para construir —respondió el hombre y la curiosidad de Nate, o quizás ese sexto sentido lo hizo encaminarse hacia allí, y detenerse en el borde de la cerca mirando el polvillo claro que levantaban las excavadoras.—La arena... —murmuró para sí mismo—. Entonces de aquí venía...Ranger tenía razón, tenían al enemigo más cerca de lo que pensaban, así que cruzó la valla por un instante y se llevó un puñado de aquella ar
Volvió a casa solo. Volvió a casa ofuscado, adolorido, con un mar de sentimientos tan oscuros latiendo dentro de él, que sentía como si todo el tiempo que había tenido para sanar hubiera desaparecido. El pasado lo golpeó con fuerza, ahogándolo como siempre hacía, y como siempre hacía él, respondía a aquellos sentimientos con lo peor de sí mismo.Casi nadie sabía por qué, y cuando eso pasaba todos se alejaban de él. Sin embargo, en aquel momento, la única persona que sí sabía por qué, lo vio regresar y regresar solo.Matthew frunció el ceño, sabiendo perfectamente que había salido con Blair, y ver a Nate regresar de aquella forma y con aquellos nudillos ensangrentados, hizo que se lanzara del porche donde estaba sentado y corriera hacia él.—¿Dónde está Blair? —lo increpó, haciendo que su hermano le dirigiera una mirada asesina—. ¡No me mires así que no me voy a mear en los put0s pantalones! ¿Dónde está ella, qué fue lo que pasó?—¡A ti no te importa!—Tienes razón, pero me importas tú
—¡Tienen diez segundos cada uno! —rugió Rufus, cerrando la puerta de aquel despacho con fuerza y mirando a sus dos hijos mayores—. ¡Es lo único que tienen antes de que los golpes que se dieron esta tarde frente a todo el mundo se los devuelva yo cuadriplicados! ¿Qué demonios fue lo que pasó para que ustedes se cayeran a golpes delante de la gente?Matthew y Nate se miraron de reojo con los dientes apretados. Ninguno estaba dispuesto a abrir la boca, porque los dos sabían muy bien que en el punto en que la primera palabra estallara delante de su padre, aquella familia se iría al demonio. No había ni amor ni comprensión que pudiera aplacar todo lo que había pasado, todo lo que estaba pasando… todo.—Esto es entre Matthew y yo, papá, no hay necesidad de involucrar a nadie más ni...—¡Pues si está pasando bajo mi techo, entonces también es mi problema, Nathaniel! —espetó su padre—. ¿Creen que no me doy cuenta de que hace años no se llevan bien? ¡No tengo ni la más mínima idea de qué demon
Aquel baño era hermoso. Los mármoles claros, probablemente importados, tenían formas extrañas que invitaban a cualquier mente torturada a perderse en ellos, y en aquel momento la de Blair definitivamente lo estaba.Ni siquiera supo en qué momento dejó de llorar, acurrucada en una esquina de la habitación mientras veía la pared blanca frente a ella y luchaba contra el hecho de que no podía hacer nada.No podía irse, no tenía la fuerza necesaria para pelear contra Nate, lo único que podía hacer era un escándalo, decirles la verdad a todos... Pero ¿cómo iba a terminar eso para ella y para su hija? ¿De verdad podía confiar en que Rufus Vanderwood se pusiera de su parte? Nate era un hombre demasiado poderoso, lo mismo que aquella familia. Ni siquiera imaginaba lo que serían capaz de hacerle.¿Qué otras opciones tenía? ¿Escapar de él? ¿De un hombre que podía encontrarla en cualquier lugar donde se metiera? Nunca, ni siquiera en el momento en que había sabido que estaba enferma, Blair había