CAPÍTULO 22

Cuando estaban uno frente al otro, mirándose a los ojos, Leona no pudo ocultar ese deseo que veía a través de sus ojos, pero Lucian supo reaccionar de inmediato y abrazó a su media hermana. Prefirió evitar esa mirada en los ojos de su media hermana y le ofreció un abrazo. Se alegró de haberlo hecho porque Leona empezó a llorar en su hombro.

—¿Qué pasó Leona? ¿Qué pasó?

Leona sonrió entre lágrimas. —Lucian… Lucian, era… era mi amigo. La policía encontró los restos de mi amigo. Ella desapareció de nuestras vidas hace 6 años, pensé que se había ido, y efectivamente… se ha ido…— dijo Leona. —Quiero preparar su funeral, quiero darle mi último adiós. Quiero… hacer lo mejor para ella… Pero no sé cómo… no sé cómo…

—Te voy a ayudar, Leona. Te voy a ayudar.

Leona volvió a sonreír. Parecía que había encontrado el mejor método para acercarse a Lucian. No sabía cuánto tiempo le llevaría, pero volvería a tener a ese hombre en sus profundidades. Fue una promesa. Era todo lo que importaba.

El día tra
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