Como las temporadas del año que se van, como las flores que florecen en primavera, como todo ese tiempo que se va y se piensa que no se necesita, como todo eso, el tiempo pasaba, el tiempo solo la había hecho más fuerte y más segura de sí porque ya no importaba nada, ella tenía un hijo, era exitosa, lo tenía todo en la vida. Solo esperaba que Brandon también estuviera viviendo una nueva vida, una vida llena de amor con el hijo que Tábata ya le había dado. — ¿Quieres un helado? ¿Cuál es tu sabor favorito? —Preguntó Wyatt. — ¡Sí! ¡Vamos por un helado! —Contestó el pequeño Leonardo de cinco años.Las risitas de Cristal se detuvieron en el momento en que su hijo se olvidó de pedirle permiso para ir con Wyatt. Su hijo no era así, siempre actuaba con cuidado con la gente después de haber escuchado todas esas cosas que su tía solía hacerle saber sobre esos niños que pierden a sus padres todos los días solo porque prefieren ir detrás de una persona desconocida que les prometió el mundo de l
De vuelta a la realidad Wyatt se daba cuenta que él no podía dejar ir todo lo que él mismo había construido en todos esos años que pasó en Suecia con Cristal. Él estaba profundamente enamorado de ella. Todos esos recuerdos invadiendo su mente le dieron paso a aquel pensamiento de que nada malo iba a pasar si él no lo permitía así. Ahora que iba de camino al hospital donde le había dicho que Cristal estaba con su abuelo mientras en la fiesta había dejado hablando a tanta gente de lo culpable que ella era porque ante sus ojos, ella había sido la malagradecida cuando el abuelo solo quería llenar la vida de su nieta de éxito y eso era algo que el mundo veía, cuando no sabían la realidad de todo lo que ese hombre le había hecho a Cristal Bennett.Los secretos estaban por descubrirse, si Wyatt quería seguir creando ese puente que lo dejaría cruzar hasta su corazón tenían que salir de ese país lo antes posible. Tenía que seguir su vida como la había seguido en Suecia antes de que el peq
Todo en su vida parecía ser perfecto; su madre lo amaba, su tía estaba dispuesta a dar la vida por él, la señora María, que no era precisamente su abuela de sangre, era la típica abuela que lo mimaba aun cuando se equivocaba; y finalmente, tenía a Wyatt, a quien pensó que era su padre, que ahora se daba cuenta que nunca fue nada de él. Quienquiera que conociera a ese hermoso ángel diría que su vida era perfecta y por supuesto, estaba feliz con la vida que tenía. Sin embargo, había un pequeño problema con el que no podía lidiar y eso empezó en el momento en que supo que Wyatt no era nada de él sino el hombre con el que había chocado.— ¡Leonardo! —Lo llamó su tía a su lado levantando un poco su voz.—Sí, tía —Respondió educado. Ese hermoso par de ojos marrones se cerraron con dolor. Algo pesaba en su alma.— ¿Terminaste de colorear tu trabajo? — Preguntó Vivian mientras suavizaba su tono de voz. Lo menos que hubiera querido era asustarlo.—Sí, tía, tía, ya terminaba, — afirmó Leonardo,
En el hospital, con la cabeza entre las manos, mismas que estaban apoyadas en sus rodillas, sintiendo que todo lo había hecho mal, Cristal solo esperaba por una respuesta, la respuesta de aquel doctor que se había ido y no había regresado.En mal momento ella había hecho todo lo que hizo, por un momento quiso pensar que su abuelo solo estaba mintiendo lo que le estaba pasando pero conforme el tiempo fue pasando, la ambulancia llegó, la gente se fue contra ella y el viaje en la ambulancia, fue capaz de ver que ella en verdad le había provocado aquel paro cardíaco a su abuelo. Sintiendo el dolor consumirla, sabiendo que no tenía a nadie, sabiendo que estaba sola como siempre lo estuvo porque de un momento a otro, el mundo entero se había volteado contra ella, tomó su pequeña bolsa de mano y buscó por su celular. Quería hablar con Sebastián y decirle todo lo que había pasado, quería decirle que ella lo necesitaba ahí porque se sentía completamente perdida.Y fue en ese momen
Brandon la volteó a ver. Una vez más el corazón se le deshizo al momento. Ella lo miraba con tanto amor, ella seguía completamente enamorada de él o al menos eso era lo que él veía en sus lindos ojos.Cristal podría haber cambiado tanto en cinco años. Cristal podría mostrarse como una mujer segura, una mujer que no le temía a nada pero la verdad era que seguían siendo la misma dulce mujer que él dejó ir sin poderla detener porque en ese tiempo él también era un cobarde que no sabía cómo manejar su propia vida, no sabía cómo hacerle frente a las decisiones que alguien más tomaba por él.Ahora que ellos habían cambiado, ¿qué seguía después?—Cristal, estoy aquí —le hizo saber él sin soltarla de la muñeca.Wyatt, viendo aquella escena frente a él, quiso y todo lo que reinó en su corazón fue la idea de separarlos. Lo había logrado hacer durante cinco años, había logrado comenzar a construir un puente que lo llevaría hasta el corazón de Cristal, eso no se podía derrumbar de un momento a
Y sin más que decir, Wyatt avanzo y continuó su camino hasta que pudo entrar en el auto. Cristal ya había tomado el asiento de copiloto. Ni siquiera era capaz de mirar a los lados, incluso si tenía que redoblar sus fuerzas, ella ya no le daría esperanza a Brandon porque darle esperanza, era darse esperanza ella misma mientras sacrificaba su corazón.Brandon ahí se quedó, justo donde no había nada, justo donde Wyatt le dijo que la mentira podría ser la que ganara. Se lo había advertido pero a él no le importaba, él iba a desenmascarar a Wyatt y esta vez él no la iba a perder, jamás, nunca jamás sabría lo que sería estar lejos de ella. En ese momento, con las pocas fuerzas que le quedaban fue capaz de tomar el celular de su bolsillo y así, poder hablar con la persona que necesitaba.— ¿Sí, diga? —Dijeron del otro lado de la línea.—Tábata —nombró él con pena en el alma.— ¿Qué pasó, Brandon? ¿Hablaste con ella? ¿Se dijeron algo? ¿Qué pasó?Las lágrimas de Brandon quisieron salir al mo
Y de esa manera las horas comenzaron a irse. Sin que, en otro lado del mismo mundo en el que Cristal, Leonardo y Cristal estaban sumergidos, Brandon no había logrado descansar ni un poco. Solo podía pensar en el día en que ya quería que llegara. Tenía tantos planes, todo lo que quería hacer era hacerle saber a Cristal que él había cambiado y que a diferencia de esos años, él estaba dispuesto a hacer lo que fuera para que ella pudiera darse cuenta que Brandon se había convertido en el hombre que siempre Cristal quiso tener a su lado.Ahora Brandon estaba dispuesto a protegerla, a ir siempre con ella, a ir de su lado y pelear contra quien fuera. Poco a poco, los ojos de Brandon lograron ver la mañana llegar, a través de su ventana fue capaz de ver los primero rayos de sol, los mismos que comenzaron a hacer a su corazón un poco más cálido cuando la verdad era que Cristal ya había hecho todo en su corazón con su sola presencia.Fue entonces cuando él logró sonreír poco a poco, los r
Tábata siguió llorando por más tiempo entre sus brazos.—Pienso que las cosas se dieron cuando tenían que darse. Aunque tú le hubieras dicho la verdad personalmente, yo no podía recibirla entre mis brazos cuando tenía tantos problemas en la cabeza, cuando hasta muy poco le supe hacer frente a mi abuelo. Cuando es apenas cuando comienzo a manejar mi vida. Incluso, ni siquiera sé si debo de odiar a Wyatt. Todo lo que sé es que tengo que desenmascararlo pero de una manera inteligente para que finalmente Cristal pueda creer en mí y empezar de cero.Tábata y Brandon se separaron. Una sonrisa fue intercambiada.Iban a salir adelante, juntos iban a salir adelante y Tábata podría ser feliz solo cuando Cristal ya estuviera a lado de Brandon. —Bien, aquí me tiene, señor Lambert —dijo el abogado del señor Bennett.Y justamente, detrás de él, entraba el abogado de Brandon.—Señor Lambert, a sus órdenes una vez más.Brandon le sonrió a Tábata. El plan estaba por comenzar.—Por favor, pase