Con una sonrisa en el rostro, Cristal tomó su bolso para después, se acompañada por el señor Brown hasta la salida mientras platicaban de los nuevos planes que se iban a presentar en la empresa y con la ayuda de Cristal, siendo todo más fácil.Finalmente el señor Brown abrió la puerta de su oficina dejando así, salir a Cristal con una sonrisa.Ella lo había logrado, ella finalmente había dado lo mejor de ella misma y ahora, lograba ver resultados.—Cuídate, Cristal —se despidió el señor Brown.—Gracias, señor Brown.Si tan solo supiera Cristal que no todo lo que brillaba en su mundo podía ser oro, si tan solo supiera que siempre había alguien ahí dispuesto a dañar, dispuesto a escabullirse en su vida, si tan solo entendiera que en la vida no todo podía ser perfecto y que la persona que más la había confundido, era la misma que haría su camino más difícil.Ahí, justo en el lugar al que Cristal había llegado en el momento menos requerido, era donde dos destinos se hacían uno.Brandon,
Solo preparativos habían sido desde el momento en que ella había hablado con el señor Brown mientras que en la empresa de los Lambert la primera celebración estaba por darse. Era cierto que Enrique no había sido capaz de decir todo lo que había pasado en aquella junta al igual que Wyatt, de un momento a otro, Wyatt parecía querer ser quien guardara los secretos más íntimos de Cristal, de un momento a otro él había cambiado la manera en que veía a Cristal. Ya no era solo una niña linda para él, ya no era una mujer elegante con la que estaría bien ir a las fiestas de prestigio, ahora era más que eso, y todo había cambiado desde el momento en que Wyatt vio a una mujer capaz de todo por conseguir sus sueños. Justamente de lo que un hombre debía de enamorarse, de la inteligencia, la personalidad, los sentimientos de una mujer. Wyatt no podía seguir mirando en ella si no quería terminar mal.— ¿Noticias sobre tu genio estrella, tu alumna estrella? —Preguntó Brando riendo ya que había sido u
Una sala llena de inversionistas, una sala donde las palabras de todos no eran claras, faltaban tan solo unos minutos para que ahí las palabras tuvieran un significado especial.Eran los inversionistas más importantes lo que faltaban ahí. Entre ellos el señor Brown, el señor Brandon Lambert y el señor Aguilar.Y mientras Brandon se dirigía por los pasillos de la empresa, vistiendo un traje gris, hablaba con Enrique, el mismo que no podría estar dentro de la junta.—Ya lo sabes, Brandon, es una mujer muy especial, no te hagas matar cuando no hay necesidad.Brandon sonrió ante las palabras de su amigo. Él parecía ser el más interesado en que ese contrato y alianza se firmaran. —Por favor, Enrique, no sé cuántas veces me lo has dicho ya, ya sé qué es lo que tengo que hacer y lo que no. No te preocupes ese contrato queda hoy firmado.— ¿Brandon? —Llamó Enrique.— ¿Sí?—Ella no es una mujer muy fácil, nunca sabes con qué te va a salir, siempre tiene un haz bajo la manga peros obre todo, si
De esa manera el folder fue puesto frente a la señorita Violeta, la misma que no había dado su nombre y que soo estaba tomando el lugar de otra persona. Con cuidado, Violeta tomó el bolígrafo entre sus manos para así, poner su firma en los documentos. — ¡Un momento! —Levantó la voz Brandon. Todo se detuvo de un segundo a otro. El silencio se hizo en esa sala de juntas y ahora las miradas de los hombres estaban en Brandon, el mismo que había detenido la firma en esos documentos. — ¿Qué sucede, Brandon? —Preguntó el señor Brown. —En ese momento exijo la verdad, exijo la presencia de la verdadera genio de este proyecto. El señor Brown cerró los ojos recargándose en la mesa de juntas, ese era el final, él había hecho lo que más había podido para ayudar a Cristal peo más pronto que tarde se daba cuenta que a Brandon Lambert nadie le hacía creer mentiras. —Así como lo oyen, quisieron jugar conmigo por un momento, pues ya vieron que el plan no les resultó ni les resultará, en este mome
Entre todas las cosas que había pensado, todo el trabajo que crear ese proyecto le había costado, solo había una cosa que no era totalmente mentira. Cristal no estaba teniendo nada fácil. El camino se le estaba complicando siempre un poco más y es que cuando sentía que ella estaba a punto de lograr sus objetivos se daba cuenta que algo tenía que aparecer y siempre era su esposo, la persona que había llegado a su vida solo para hacerla de cuadritos. Ella iba salir ilesa de todo ese daño. Ella iba a lograr tener su vida de vuelta.Después de saber por una persona de su confianza que el profesor y el mismo que había estado en las juntas la estaba buscando simplemente para decirle lo mismo que ya le había dicho el señor Brown en la oficina, ella prefirió hacer caso omiso a las palabras de las personas que estaba buscando por ella.Ya encontraría una manera de que Brandon firmara los documentos sin tener que involucrarse más en un solo asunto que era de una sola vez.Justamente en el mome
Solo había una sola manera en que ellos dieran con un plan. Él tenía que hablar con Cristal y decirle que aunque eso no estuviera bien, tenían que aprovecharse de la situación y adoptar un bebé, un hijo desamparado. Pero eso tenían que hablarlo.Estando el secretario de Brandon a su lado, él lo llamó.—Sí, señor, ¿en qué puedo ayudarle?—Quiero que preparen todo para una cena romántica hoy, en la casa, quiero que todo lo llenen de flores, quiero que contraten al mejor chef, quiero que se encarguen de hasta el más mínimo detalle, hoy tendré una cena especial con mi esposa.—Sí, señor.Y sin más, Brandon se fue de su oficina. Tenía tanto que arreglar esa noche y debía de empezar por revisar los lugares en que ellos podrían adoptar un hijo. Después de todo, él iba a ser padre más temprano de lo que esperó y no es que le molestara, al contrario, era una idea que lo alegraba. Cristal y él finalmente iban a ser padres porque no importaba la manera en que eso se diera, ellos criarían a un be
Y de esa manera, los minutos fueron pasando. Justamente el tipo de cena que nadie le había dado, justamente el tipo de cena que solo un hombre podía darle a la mujer que estaba amando. Esa era la realidad para Brandon aunque no lo supiera, esa era la realidad en su corazón, él se estaba enamorando de Cristal de la manera en que jamás llegó a creer.Y es que entre más compartía con ella se daba cuenta que ella podría ser la persona que él alguna vez llegó a ver como su todo cuando el dolor lo estaba asfixiando.De esa manera lograron pasar toda la noche, perdiendo la noción del tiempo, riendo de las ocurrencias de uno y de otro, sintiendo como la marea de los sentimientos más puros los hacía sus presas, la comida comenzó a dejar de verse de la misma manera detallista en que se estaba viendo ante los ojos de Cristal, ahora todo ahí era un desastre entre uno y otro. De un momento a otro ellos parecía ser tan íntimos, de un momento a otro, ellos parecía conocerse de la mejor manera. Y es
Fue de es manera en que Brandon fue capaz de tomar el rostro de Cristal entre sus manos para así, poder mirar directamente a sus ojos. Fue así como él se dio cuenta que la mujer que estaba haciendo latir su corazón como solo una en el pasado había hecho, comenzara a latir más rápido de lo debido.—Por favor, Cristal, dime de qué estás hablando.—No me hagas más daño, basta, Brandon, basta de todo esto.—Cristal.—No te he podido perdonar lo que me hiciste y tú me sigues lastimando.—Cristal.—Solo deja que me vaya de tu vida, así podré estar agradecida contigo por el resto de la eternidad.— ¡Cristal! —Llamó Brandon más fuerte al darse cuenta que su esposa había entrado en un estado de shock.Cristal finalmente lo miró a los ojos y fue en ese segundo en que ella se pudo dar cuenta que por primera vez, un hombre la miraba con amor y con respeto a su persona. Sin poder resistir más lo que los dos estaban sintiendo ahí, Brandon, teniendo el rostro de Cristal entre sus manos, no soportand