— ¿Le dijiste la verdad a Cristal si o no? ¡Tábata me lo dijo todo, ella fue sincera contigo antes de que se fueran! ¡Tábata me dijo que ella fue sincera y te dijo que no estaba embarazada de mí porque esa noche no pasó nada entre los dos! —Exigió saber Brandon sin soltar a Wyatt.Wyatt comenzó a reír. Él no iba a decir nada, él no iba a decir nada no importaba qué.Y fue en ese momento en que la puerta de aquella habitación se abrió de golpe. Todo lo que pudieron ver los ojos de Wyatt y de Brandon fue a Tábata, quien se llevaba las manos a boca al darse cuenta de lo que estaba pasando ahí.Wyatt y Brandon estaban peleando.— ¡Brandon! ¿Qué estás haciendo? ¡Suelta a Wyatt en este momento!— ¡Le exijo que me diga la verdad, ¿qué no fue eso lo que me recomendaste hacer, querida amiga?!— ¡Pero no de esta manera!— ¡Quiero saber la verdad, solo quiero saber qué fue lo que dijo Wyatt, quiero saberlo todo!— ¡Cristal te necesita! —Gritó sin más Tábata.Todo se detuvo en ese momento. C
Ese día que se enteraron del sexo del bebé, fue solo una celebración en esa casa. Muy pronto, un bebé correría de aquí para allá, volviendo loca a su futura familia que ya lo esperaba con ansías La casa de ellas había sido una casa solitaria, pero después del nacimiento de ese ángel, iba a empezar a ser todo lo contrario. Después de todo, su casa estaba bastante tranquila y siempre lo fue.Cayó la noche; todos se fueron a dormir menos María, que fue a la habitación de Cristal a hablar todo lo que no pudo en el día debido a todo lo que había pasado.— ¿Puedo entrar?— ¡Adelante! — Autorizó Cristal, guardando el libro que estaba estudiando de las empresas. —María, pensé que ya estabas durmiendo.—Solo quería asegurarme de que estabas bien —, dijo María, sentándose en su cama.—Sí, solo tenía náuseas, nada más, nada menos —, explicó Cristal, por lo que había sucedido hacía un par de horas.De repente, María sonrió y tomó la mano de Cristal.—Lo estás haciendo bien, Cristal, no lo dudes.
Como las temporadas del año que se van, como las flores que florecen en primavera, como todo ese tiempo que se va y se piensa que no se necesita, como todo eso, el tiempo pasaba, el tiempo solo la había hecho más fuerte y más segura de sí porque ya no importaba nada, ella tenía un hijo, era exitosa, lo tenía todo en la vida. Solo esperaba que Brandon también estuviera viviendo una nueva vida, una vida llena de amor con el hijo que Tábata ya le había dado. — ¿Quieres un helado? ¿Cuál es tu sabor favorito? —Preguntó Wyatt. — ¡Sí! ¡Vamos por un helado! —Contestó el pequeño Leonardo de cinco años.Las risitas de Cristal se detuvieron en el momento en que su hijo se olvidó de pedirle permiso para ir con Wyatt. Su hijo no era así, siempre actuaba con cuidado con la gente después de haber escuchado todas esas cosas que su tía solía hacerle saber sobre esos niños que pierden a sus padres todos los días solo porque prefieren ir detrás de una persona desconocida que les prometió el mundo de l
De vuelta a la realidad Wyatt se daba cuenta que él no podía dejar ir todo lo que él mismo había construido en todos esos años que pasó en Suecia con Cristal. Él estaba profundamente enamorado de ella. Todos esos recuerdos invadiendo su mente le dieron paso a aquel pensamiento de que nada malo iba a pasar si él no lo permitía así. Ahora que iba de camino al hospital donde le había dicho que Cristal estaba con su abuelo mientras en la fiesta había dejado hablando a tanta gente de lo culpable que ella era porque ante sus ojos, ella había sido la malagradecida cuando el abuelo solo quería llenar la vida de su nieta de éxito y eso era algo que el mundo veía, cuando no sabían la realidad de todo lo que ese hombre le había hecho a Cristal Bennett.Los secretos estaban por descubrirse, si Wyatt quería seguir creando ese puente que lo dejaría cruzar hasta su corazón tenían que salir de ese país lo antes posible. Tenía que seguir su vida como la había seguido en Suecia antes de que el peq
Todo en su vida parecía ser perfecto; su madre lo amaba, su tía estaba dispuesta a dar la vida por él, la señora María, que no era precisamente su abuela de sangre, era la típica abuela que lo mimaba aun cuando se equivocaba; y finalmente, tenía a Wyatt, a quien pensó que era su padre, que ahora se daba cuenta que nunca fue nada de él. Quienquiera que conociera a ese hermoso ángel diría que su vida era perfecta y por supuesto, estaba feliz con la vida que tenía. Sin embargo, había un pequeño problema con el que no podía lidiar y eso empezó en el momento en que supo que Wyatt no era nada de él sino el hombre con el que había chocado.— ¡Leonardo! —Lo llamó su tía a su lado levantando un poco su voz.—Sí, tía —Respondió educado. Ese hermoso par de ojos marrones se cerraron con dolor. Algo pesaba en su alma.— ¿Terminaste de colorear tu trabajo? — Preguntó Vivian mientras suavizaba su tono de voz. Lo menos que hubiera querido era asustarlo.—Sí, tía, tía, ya terminaba, — afirmó Leonardo,
En el hospital, con la cabeza entre las manos, mismas que estaban apoyadas en sus rodillas, sintiendo que todo lo había hecho mal, Cristal solo esperaba por una respuesta, la respuesta de aquel doctor que se había ido y no había regresado.En mal momento ella había hecho todo lo que hizo, por un momento quiso pensar que su abuelo solo estaba mintiendo lo que le estaba pasando pero conforme el tiempo fue pasando, la ambulancia llegó, la gente se fue contra ella y el viaje en la ambulancia, fue capaz de ver que ella en verdad le había provocado aquel paro cardíaco a su abuelo. Sintiendo el dolor consumirla, sabiendo que no tenía a nadie, sabiendo que estaba sola como siempre lo estuvo porque de un momento a otro, el mundo entero se había volteado contra ella, tomó su pequeña bolsa de mano y buscó por su celular. Quería hablar con Sebastián y decirle todo lo que había pasado, quería decirle que ella lo necesitaba ahí porque se sentía completamente perdida.Y fue en ese momen
Brandon la volteó a ver. Una vez más el corazón se le deshizo al momento. Ella lo miraba con tanto amor, ella seguía completamente enamorada de él o al menos eso era lo que él veía en sus lindos ojos.Cristal podría haber cambiado tanto en cinco años. Cristal podría mostrarse como una mujer segura, una mujer que no le temía a nada pero la verdad era que seguían siendo la misma dulce mujer que él dejó ir sin poderla detener porque en ese tiempo él también era un cobarde que no sabía cómo manejar su propia vida, no sabía cómo hacerle frente a las decisiones que alguien más tomaba por él.Ahora que ellos habían cambiado, ¿qué seguía después?—Cristal, estoy aquí —le hizo saber él sin soltarla de la muñeca.Wyatt, viendo aquella escena frente a él, quiso y todo lo que reinó en su corazón fue la idea de separarlos. Lo había logrado hacer durante cinco años, había logrado comenzar a construir un puente que lo llevaría hasta el corazón de Cristal, eso no se podía derrumbar de un momento a
Y sin más que decir, Wyatt avanzo y continuó su camino hasta que pudo entrar en el auto. Cristal ya había tomado el asiento de copiloto. Ni siquiera era capaz de mirar a los lados, incluso si tenía que redoblar sus fuerzas, ella ya no le daría esperanza a Brandon porque darle esperanza, era darse esperanza ella misma mientras sacrificaba su corazón.Brandon ahí se quedó, justo donde no había nada, justo donde Wyatt le dijo que la mentira podría ser la que ganara. Se lo había advertido pero a él no le importaba, él iba a desenmascarar a Wyatt y esta vez él no la iba a perder, jamás, nunca jamás sabría lo que sería estar lejos de ella. En ese momento, con las pocas fuerzas que le quedaban fue capaz de tomar el celular de su bolsillo y así, poder hablar con la persona que necesitaba.— ¿Sí, diga? —Dijeron del otro lado de la línea.—Tábata —nombró él con pena en el alma.— ¿Qué pasó, Brandon? ¿Hablaste con ella? ¿Se dijeron algo? ¿Qué pasó?Las lágrimas de Brandon quisieron salir al mo