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¡ENLOQUECIDO CON SU BELLEZA!

Narra Boris.

La madre seguía sin mirar mi rostro y me molestó su actitud porque no suelo preocuparme por nadie y hoy que decido hacerlo esa señora ni se molesta en responder a mi pregunta, de manera que decidí decirle lo que pienso a través del niño y al escuchar mis palabras ella sí quiso prestarme atención, pero al ver su rostro me quitó todo el deseo de reclamarle por su manera grosera.

¡Anne! Es ella se encuentra más hermosa que cuando la conocí, estos años le han sido favorables, ahora se admira más madura. Como un adolescente empecé a fijarme en su figura con lujuria, puesto que no la amo, sin embargo, siempre me causaba y me causa mucha atracción, a pesar de estar sentada se contempla hermosa y es que Anne es una mujer con una belleza única que enloquece a cualquier hombre. Me acerqué más a ella entrando casi medio cuerpo al coche y su aroma a rosas inundó mis fosas nasales trayendo a mi mente recuerdos que pasaron como imágenes por mi cabeza y entre ellas siempre se encontraba Anne con su pelo rojo, desnuda esperando por mí, sobre mi cama con ese cuerpo curvilíneo.

Los ruidos de las bocinas de los autos no se hicieron esperar, la carretera se había tapado obstruyendo el tránsito vehicular, sin embargo, yo seguía calmado porque como lobo hambriento quiero probar a esta nueva Anne, esta mujer me causa más intriga que la niña que conocí con una cámara colgando de su cuello, tomándole fotos a todas las cosas que creía impresionantes que para mí no eran más que objetos sin sentidos.

—Señor estamos deteniendo el tránsito— me dijo el conductor del taxi, pidiendo de una manera única que salga de su coche.

¿te puedo ver más tarde Anne? — le pregunté esperanzado, no obstante, ella empezó a reír quedamente con algo de burla.

—Si no lo has notado soy una madre felizmente casada que no le interesa serle infiel a su esposo con idiotas como tú— la dureza de sus palabras creó algo en mí. No sabría cómo explicarlo, pero eso me conllevó a salir de ese coche y regresar al mío… dolía, pero la pregunta es ¿por qué? Sí tengo claro que no la amo, y eso es tan seguro como que me llamo Boris.

Mientras manejaba pensando en ella llamé a mi asistente para que investigue en donde se hospeda Anne Dipre’d, es una tarea sumamente fácil, puesto que la fama que tenía y la que debe tener es mucho más grande, en realidad, no sé, nunca la busque en G****e ni nada, pero me lo imagino, si antes era conocida ahora debe serlo más.

Eso de que tiene esposo me hace sentir incómodo, no debería tenerlo, ella me pertenece, esa tonta debió de ser mi mujer y no largarse de la manera en que lo hizo; ahora quiero tocarla, besarla. Borrar de su mente al inútil de su esposo, y ese niño que por un momento le vi tanto parecido a mí debió de ser mi hijo. Toqué mi pecho al pensar en el pequeño y siento un vacío enorme, quiero verlo de nuevo, volver a tocar esas manos tan pequeñas y suaves.

Puedo proponerle que se quede a mi lado tal vez en esta ocasión la pueda convencer de hacerlo, de que me deje ser el padrastro de su pequeño.

Narra Karina.

Con el corazón martillando dentro de mi cavidad torácica, levanté mi brazo izquierdo que es en donde suelo llevar el reloj y miré la hora, para ver si aún tengo tiempo de llamar a los nuevos socios y planear el acuerdo para hoy pues lo que menos quiero es que Boris sepa dónde puede encontrarme, aunque no suelo usar mi nombre me aterra que con ayuda de sus influencias pueda dar conmigo y con Axel, no lo quiero cerca de mi hijo ni un solo instante. Tomé el móvil que puedo usar aquí y llamé a los nuevos socios uno por uno acordando la reunión para esta noche porque me urge salir de aquí y no perdí el tiempo, así que también decidí aprovechar para llamar a la agencia de viaje pidiendo que me cambien el día del vuelo de regreso. Me costó un riñón como dice mi papá, pero bueno eso es lo menos importante ahora y para algo la empresa paga mis gastos; esos son los beneficios de ser la mera jefa.

Rápidamente, llegamos al hotel donde la empresa me ha reservado una suite presidencial y gracias le doy al cielo que lo han hecho bajo el nombre de la empresa y no con el mío.

Ya dentro de la habitación nos dimos un baño con espuma y todo; a mi príncipe le gusta y suelo hacerlo a su lado, es algo chistoso porque nos ponemos trajes de baño luego le doy otro baño con agüita caliente por aparte. Cuando lo deje bien tapadito con su ropa que no lo deja sentir frío. Procedo a alimentarlo y minutos después de hacerlo reposar, hago que duerma, para luego tomar una ducha con la cual intente quitarme el estrés y bajarles la intensidad a mis nervios. No pude comer nada de manera que me acosté al lado de mi pequeño disfrutando de su aroma a bebé, me quedé dormida por unas tres horas.

Después de arreglarme con un traje elegante y reservado, me puse un maquillaje suave casi tono piel, convine mi vestuario con un bolso caro, pero sencillo y discreto, puesto que no quiero parecer fantasmona, delante de los nuevos socios y a pesar de que soy yo quien desea invertir en distintas empresas para expandir el negocio más allá de Colombia, tampoco quiero parecer presumida por tener dinero.

Por tal razón mi padre me hizo venir porque fui quien presentó la propuesta de expansión así que me toca emplear bien mi papel como (CEO). Mis nervios están a flor de piel sumándole que estoy al terror de que Boris pueda encontrarme, pero bueno, para esto fui educada desde que tengo uso de razón; de esta manera es que tengo que trabajar y   no me queda de otra que resolver esto pronto y a la hora que termine me voy dejando el limpio.

<<En momentos como estos quisiera tener el superpoder de flash>>

—Mamita ¿vas a estar lejos por mucho tiempo? — me pregunta mi nene mientras la niñera que contraté del hotel lo está tomando de la mano para llevarlo a un área recreativa donde los niños se divierten a medida que los cuidan. En realidad, no me agrada dejarlo, soy demasiada protectora con mi muñeco, pero es eso o que se quede llorando aquí y como le tengo un localizador puesto, pues estoy un poco más templada. Muchas madres en mi lugar dirán que soy un tanto paranoica y no lo niego, con mi hijo lo soy y mucho, en este país se duplica ese instinto protector.

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