Tohbías Escucho el "Te Amo" de Molly y es música para mis oídos, después de estar separados casi una semana lo menos que esperé es que algo tan fuerte fuese a salir de sus labios. Sé que para ella es difícil tener que decir esas cosas y que lo diga me demuestra que de verdad lo siente. Me siento feliz , aliviado de que se haya resuelto todo. Gracias a mis instintos sin ellos creo que ahora mismo no estuviese escuchando esas palabras de la boca de mi mujer. ¡Joder! Aún hasta tengo que pensármelo tres veces, no lo asimilo, jamás pensé que Harry fuese capaz de hacerme algo semejante. Él para mi era como otro padre, me crié viéndolo junto a mi padre todo el tiempo y llegue a quererlo como mi familia. De Ellie puedo esperar cualquier cosa, una mujer despechada es lo más peligroso que puede existir, de eso estoy convencido, pero que Harry me haya hecho tipo Judas dolió. Hasta mi padre está desbastado, antes de venir a por Molly pasé antes por su despacho y estaba todo a su alrededor en
Molly Mis padres deciden marcharse a un lugar más privado a conversar y yo le pido a Tohbías que me saque a despejar. Nos arreglamos y veo que me lleva a una playa, está despejada precisamente porque para verano aún faltan tres meses. Bajamos del auto y los guardaespaldas se quedan en el parqueo, vamos por un pequeño camino que desemboca en la arena. Son solo las tres de la tarde y especialmente hoy hace bastante calor. Me saco el holgado vestido rojo de flores que traigo y dejo mis sandalias en la arena junto al bolso. Me quedo en un simple biquini, es negro y blanco, taca discretamente mis pechos en un simple tope, pero sobre este un montón de tiras que se cruzan entre si hasta llegar a mi cuello y juntarse en una sola. La parte baja es una braga un poco reveladora, osea me queda así porque he subido de peso estos meses, cuando lo compré obvio no me quedaba así. Dejo mi cabello suelto y solo me pongo una gorra blanca en la cabeza, tomo el pomo de protector solar y miro a Tohbías.
MollyEscucho lo que dice y me congelo en el lugar, de mis ojos comienzan a saltar pequeñas y húmedas lágrimas. Y todo tiene sentido ahora, la importancia de su legado y el porque de hacerlo todo deprisa.Me indica con una de sus manos los medicamentos que hay esparcidos por el piso y se lo tiendo, sin esperar saca uno y se lo traga. Cierra los ojos y pone las manos en su cabeza como si le doliera muchísimo, yo solo lloro a su lado. Estudié medicina y lo hice porque odio ver a las personas enfermas. Yo aprendí todo lo que pude para siempre poder hacer algo y no quedarme de brazos cruzados viendo el dolor de otras personas.Pero con Tohbías aún estoy en shock, se que esto va más allá que un simple dolor de barriga, hace meses lo noto delgado para como él estaba antes ha bajado muchísimo, pero no le di importancia ya que como siempre él nunca me cuenta nada.Me quedo todo el rato sentada con Tohbías en el piso hasta que veo que sus ojos me miran, veo que fuerza la vista y vuelve a cerra
MollyEl cirujano me observa con atención esperando mi respuesta. Tohbías merece vivir, yo daría mi jodida vida por la suya si fuese preciso.—No importa doctor, proceda con la cirugía —digo y siento lágrimas caer en mis ojos.—Está bien señora, disculpe —habla y veo que sale de la habitación.Veo a mi esposo en esa cama y todo mi ser se quiebra en pedazos. Algo dentro de mí comprime mi pecho, no soportaría ver a un Tohbías indiferente a mí, no soportaría su rechazo.Paso la noche con él en la habitación del hospital, llorando casi todo el tiempo. Meditando y pensando lo que haré, que camino elegiré.Tengo miedo, me aterra que mi Tohbías cuando abra los ojos me mire a los ojos con esa mirada helada que tenía cuando lo conocí, lo nuestro sucedió tan rápido y al parecer mucho más rápido va a terminar.Pero saber también que siempre fue su deseo, tener un hijo conmigo, él que se había rendido y que haya aceptado el tratamiento y operación debido a la familia que formaríamos, me desgarra,
MollySeis años después Mi pequeño llora al salir de mi vientre y nadie está junto a mí. Nadie lo toma más que yo en mis brazos y lo consuela para que se calme. Nadie me dio la mano a mí al salir del hospital luego del parto. Estoy sola como quería un principio, pero ¿por qué no se siente bien?Los primeros llantos nocturnos y noches en vela sola, levantándome para amamantarlo cuando al otro día debía levantarme temprano a trabajar. Las primeras risas, los primeros gateos, los primeros pasos, la primera palabra. Él se ha perdido tanto de nuestro pequeño.Todo fue tan difícil sin él, mi hijo hoy no tiene a nadie a quién llamar padre. Y me duele en el alma que así sea. Pero duele mucho más ver las revistas de famosos y que él salga en primera plana con una chica diferente cada día desde que despertó.¿Por qué no me ha buscado? ¿Por qué aún sabiendo que estamos aquí solos esperándole? ¿Por qué si mi pequeño y yo le necesitamos tanto? Somos su familia y ahí le veo tan feliz y tan pleno
Molly Su semblante tan rígido y su mandíbula apretada es todo lo que defino en su expresión. Mi mente no procesa lo que mis ojos ven, no cuando ha pasado tanto, no cuando es el momento menos indicado para su llegada.—¿Me dejas entrar? —Ya hasta había olvidado su voz.—¡Papá! —exclama mi pequeño con emoción reconociendo a su padre.Es la primera vez que lo ve y es increíble que solo por fotos lo pueda reconocer ahora. Siento a Tohbías tensarse y mi hijo le salta encima y lo abraza, su padre no puede más que corresponder su abrazo.Mi corazón está en puro frenesí por vivir esto, ya estaba en un punto en que no pensé que llegaste, joder fueron seis años. Seis putos años en los que lo necesité tanto conmigo. Las lágrimas no se tardan en aparecer, mi vista se empaña al punto que tengo que cerrar los ojos para que escurran por mis mejillas.—¿Mami estas bien? —pregunta mi hijo preocupado.Limpio mis ojos con las manos y aclaro mi garganta.—Estoy bien cariño —contesto a mi pequeño primero
Molly Salimos luego de comer y esta vez vamos directo a casa. Todo está en silencio excepto por nuestro pequeño que no deja de hablar con su padre todo el tiempo. Bajamos al llegar y entramos.Mi celular suena en mi bolso y lo saco viendo su número. —Hola Maxi —saludo hablando con el teléfono en la oreja.Veo a ambos subir al piso superior e imagino que llevará mi pequeño a su padre a conocer su habitación.—¿Todo bien? Su pregunta me deja consternada, no sé siquiera qué contestarle.—Me pidió el divorcio —digo sintiendo mis ojos arder.¡Soy tan débil!—Maldito gilipollas —masculla a través de la línea.—¡Mami! —chilla la voz de mi hijo desde arriba.—Lo siento Max luego hablamos, Tohb me llama —le comento y él se despide.Cuelgo y subo las escaleras dejando las llaves en su lugar. Veo la puerta del cuarto de mi hijo abierta y su padre sentado en el sofá azul en forma de auto mientras mi pequeño enseña todos su juguetes.—¿Mami ya podemos meternos al jacuzzi? —pide y me sorprendo.
TobhíasLos chillidos emocionados de mi hijo sumban en mis oídos, pero solamente estoy centrado en la sonrosada boca de la preciosa mujer que tengo enfrente. Sus labios entreabiertos y sus ojos me observan nerviosa. Siento su dulce aliento entrar por mi nariz, y sé que está expectante a lo que voy a hacer. No dilato más la situación, me inclino directamente a por sus suaves labios.Me envuelven con delicadeza pero algo delicado es lo que menos deseo, increíblemente mi cuerpo reacciona a su cercanía de una forma inexplicable. Chupo su labio inferior metiendo mi lengua y recorriendo toda su boca desde dentro. Es tan placentero escucharla gemir con satifacción cuando mis manos aprietan su cintura, exigiendo más de ella. Y me lo da, porque siento que ya no está rígida como al principio, me sigue el juego de lenguas y lamidas.Literarlmente me como su boca y cada segundo que pasa en el acto, me adentro más a un abismo del cuál no quiero salir. ¿Qué rayos es lo que provoca en mi esta mujer