Molly Su semblante tan rígido y su mandíbula apretada es todo lo que defino en su expresión. Mi mente no procesa lo que mis ojos ven, no cuando ha pasado tanto, no cuando es el momento menos indicado para su llegada.—¿Me dejas entrar? —Ya hasta había olvidado su voz.—¡Papá! —exclama mi pequeño con emoción reconociendo a su padre.Es la primera vez que lo ve y es increíble que solo por fotos lo pueda reconocer ahora. Siento a Tohbías tensarse y mi hijo le salta encima y lo abraza, su padre no puede más que corresponder su abrazo.Mi corazón está en puro frenesí por vivir esto, ya estaba en un punto en que no pensé que llegaste, joder fueron seis años. Seis putos años en los que lo necesité tanto conmigo. Las lágrimas no se tardan en aparecer, mi vista se empaña al punto que tengo que cerrar los ojos para que escurran por mis mejillas.—¿Mami estas bien? —pregunta mi hijo preocupado.Limpio mis ojos con las manos y aclaro mi garganta.—Estoy bien cariño —contesto a mi pequeño primero
Molly Salimos luego de comer y esta vez vamos directo a casa. Todo está en silencio excepto por nuestro pequeño que no deja de hablar con su padre todo el tiempo. Bajamos al llegar y entramos.Mi celular suena en mi bolso y lo saco viendo su número. —Hola Maxi —saludo hablando con el teléfono en la oreja.Veo a ambos subir al piso superior e imagino que llevará mi pequeño a su padre a conocer su habitación.—¿Todo bien? Su pregunta me deja consternada, no sé siquiera qué contestarle.—Me pidió el divorcio —digo sintiendo mis ojos arder.¡Soy tan débil!—Maldito gilipollas —masculla a través de la línea.—¡Mami! —chilla la voz de mi hijo desde arriba.—Lo siento Max luego hablamos, Tohb me llama —le comento y él se despide.Cuelgo y subo las escaleras dejando las llaves en su lugar. Veo la puerta del cuarto de mi hijo abierta y su padre sentado en el sofá azul en forma de auto mientras mi pequeño enseña todos su juguetes.—¿Mami ya podemos meternos al jacuzzi? —pide y me sorprendo.
TobhíasLos chillidos emocionados de mi hijo sumban en mis oídos, pero solamente estoy centrado en la sonrosada boca de la preciosa mujer que tengo enfrente. Sus labios entreabiertos y sus ojos me observan nerviosa. Siento su dulce aliento entrar por mi nariz, y sé que está expectante a lo que voy a hacer. No dilato más la situación, me inclino directamente a por sus suaves labios.Me envuelven con delicadeza pero algo delicado es lo que menos deseo, increíblemente mi cuerpo reacciona a su cercanía de una forma inexplicable. Chupo su labio inferior metiendo mi lengua y recorriendo toda su boca desde dentro. Es tan placentero escucharla gemir con satifacción cuando mis manos aprietan su cintura, exigiendo más de ella. Y me lo da, porque siento que ya no está rígida como al principio, me sigue el juego de lenguas y lamidas.Literarlmente me como su boca y cada segundo que pasa en el acto, me adentro más a un abismo del cuál no quiero salir. ¿Qué rayos es lo que provoca en mi esta mujer
MollyLágrimas solo derraman mis ojos, el dolor se instala ahí en mi corazón al oírle hablar así de fuerte. Nunca le había visto tan enfadado ni conmigo, ni con nadie. Sus últimas palabras retumban en mis oídos haciendo eco en todos mis sentidos internos."Tú con ese tío y yo con mi mujer"¿Mujer? ¿Qué mujer?Mis piernas flaquean por pensarlo con otra, pensaba que no estaba con nadie en específico. Que era soltero y que ningún sexo fememino era algo estable en su vida. ¿Podré soportar el hecho de que comparta su vida con alguien más?Limpio mis ojos con las manos y veo mi rostro en el gran espejo en una de las paredes de la habitación. Estoy realmente hecha un desastre, mi cara está lo suficientemente roja dando señales de llorar. Restriego con agua y la limpio. Trato de calmarme y dedico unos minutos a limpiar el jacuzzi.Al rato salgo y las risas de las dos figuras masculinas más importantes de mi vida, resuenan desde el piso superior en el que estoy. Bajo hasta la cocina y los veo
MollyMe encierro en mi habitación y todo lo que sucedió hoy me pasa frente a los ojos. Los mismos se nublan con tristeza por lo que viví el día de hoy. No puedo simplemente ser indiferente a todo lo que siento teniéndolo cerca, no puedo evitar sentir mi pecho hincharse al ver a mi hijo con su padre. Todo es un cúmulo de sensaciones que sabía que iba a sentir cuando reapareciera.Pongo mi pijama que consiste en una simple bata de seda bastante indiscreta, y de color blanco. Me meto entre las sábanas de la cama y apago la luz de la habitación. Decido escribir un mensaje a Max explicándole que mañana iré al trabajo en cuanto lleva al niño a la escuela. Enseguida la pantalla se ilumina con una llamada entrante de su parte.—He pasado la tarde llamándote —habla y siento preocupación en su voz.—Lo siento, con todo lo que está sucediendo no tuve chance —me sincero.Se hace un breve silencio por un momento.—¿Estás bien? —inquiere con voz grave.—Me siento fatal Max —confieso y mis ojos ard
MollyNi siquiera me dirigió más la palabra en el resto del día y así pasaron casi cinco días más en las mismas condiciones. No se había quedado ni una sola noche en el hotel, desde que llegó se quedó a dormir en el sofá de la casa. Ayer mismo trajo su maleta y la dejó en mi habitación, porque Malcom que me alegró muchísimo verle, estaba de aquí para allá llevando y trayendo ropa para él.Hoy salgo temprano de la clínica para recoger a mi hijo, estos días no ha tenido clases en la tarde. Así que al mediodía está junto a nosotros. Su padre se ha encargado en los días pasados pero hoy me pidió hacerlo por una reunión que tiene. Llego a la escuela y lo recojo bajo las mil preguntas sobre Tobhías. Parqueamos en casa y entramos, la tarde pasa sin rastros de su padre. Preparo la comida y ayudo al niño a hacer sus deberes aunque ya mañana es fin de semana. Miro el reloj impaciente cuando marca ya la siete de la noche y él no llega aún. Mi pequeño juega con su cahorro al cual nombró Matts. P
TohbíasSu ceño está tan fruncido que está como clavada al suelo interiorizando lo que antes dije. El niño vuelve a llamar desde su habitación, ella parece reaccionar y se mueve en su busca. Sale y me es imposible dejar de ver su redondo trasero transparentarse completamente. Sentí unas terribles ganas de asesinar a sangre fría al maldito de Máximo hace solo unas horas, solo el hecho de pensarlo a él en mi posición anteriormente sentado en el maldito sofá, y disfrutando cómodamente de las deliciosas vistas que brinda la madre de mi hijo, de su trasero tras el televisor.Saboreo mis labios aún sintiendo sus jugosos fluidos en ellos. Es tan dulce que me embriaga su olor y fuego interno. Me enloqueció completamente ver los rosados pezones tras la fina tela, tan duros por mí que me fue difícil no perderme en ellos. Verla desnuda así abierta para mí, me sacó completamente fuera de mí. Es como si le diera a su cuerpo las riendas del momento, yo disponía completamente de el todo el tiempo.
Tobhías Esto es realmente incómodo, por mi parte debo confesar que nunca esperé que ella estuviese aquí, le dije ayer en la noche que vendría de regreso hoy, pero ni siquiera dije cuando. Las dos mujeres acaparan toda mi atención, sus ojos lanzan dagas hacia ellas mismas.Son mujeres demasiado diferentes. Molly tiene su cabello casi color cereza, es rojo pero se ve que es teñido, ella por naturaleza es castaña y de ojos cafés, en cambio Alara es mucho más alta que la madre de mi hijo (y de menos curvas también), y sus ojos son azules oscuros. Son literalmente polos apuestos en aspecto. No soy un hombre de exteriotipos femeninos, solo me llevo a la cama la que llame mi atención sea rubia, morena, pelirroja o trigueña. Mi pequeño también mira con cara de muy pocos amigos a la rubia, cosa que me hace reír internamente.—Vamos a instalarte campeón. —Lo tomo en mis brazos y lo llevo hasta lo que será su nueva habitación.Todo después de la ida de Molly de este lugar, que aunque no recue