MollyMe encierro en mi habitación y todo lo que sucedió hoy me pasa frente a los ojos. Los mismos se nublan con tristeza por lo que viví el día de hoy. No puedo simplemente ser indiferente a todo lo que siento teniéndolo cerca, no puedo evitar sentir mi pecho hincharse al ver a mi hijo con su padre. Todo es un cúmulo de sensaciones que sabía que iba a sentir cuando reapareciera.Pongo mi pijama que consiste en una simple bata de seda bastante indiscreta, y de color blanco. Me meto entre las sábanas de la cama y apago la luz de la habitación. Decido escribir un mensaje a Max explicándole que mañana iré al trabajo en cuanto lleva al niño a la escuela. Enseguida la pantalla se ilumina con una llamada entrante de su parte.—He pasado la tarde llamándote —habla y siento preocupación en su voz.—Lo siento, con todo lo que está sucediendo no tuve chance —me sincero.Se hace un breve silencio por un momento.—¿Estás bien? —inquiere con voz grave.—Me siento fatal Max —confieso y mis ojos ard
MollyNi siquiera me dirigió más la palabra en el resto del día y así pasaron casi cinco días más en las mismas condiciones. No se había quedado ni una sola noche en el hotel, desde que llegó se quedó a dormir en el sofá de la casa. Ayer mismo trajo su maleta y la dejó en mi habitación, porque Malcom que me alegró muchísimo verle, estaba de aquí para allá llevando y trayendo ropa para él.Hoy salgo temprano de la clínica para recoger a mi hijo, estos días no ha tenido clases en la tarde. Así que al mediodía está junto a nosotros. Su padre se ha encargado en los días pasados pero hoy me pidió hacerlo por una reunión que tiene. Llego a la escuela y lo recojo bajo las mil preguntas sobre Tobhías. Parqueamos en casa y entramos, la tarde pasa sin rastros de su padre. Preparo la comida y ayudo al niño a hacer sus deberes aunque ya mañana es fin de semana. Miro el reloj impaciente cuando marca ya la siete de la noche y él no llega aún. Mi pequeño juega con su cahorro al cual nombró Matts. P
TohbíasSu ceño está tan fruncido que está como clavada al suelo interiorizando lo que antes dije. El niño vuelve a llamar desde su habitación, ella parece reaccionar y se mueve en su busca. Sale y me es imposible dejar de ver su redondo trasero transparentarse completamente. Sentí unas terribles ganas de asesinar a sangre fría al maldito de Máximo hace solo unas horas, solo el hecho de pensarlo a él en mi posición anteriormente sentado en el maldito sofá, y disfrutando cómodamente de las deliciosas vistas que brinda la madre de mi hijo, de su trasero tras el televisor.Saboreo mis labios aún sintiendo sus jugosos fluidos en ellos. Es tan dulce que me embriaga su olor y fuego interno. Me enloqueció completamente ver los rosados pezones tras la fina tela, tan duros por mí que me fue difícil no perderme en ellos. Verla desnuda así abierta para mí, me sacó completamente fuera de mí. Es como si le diera a su cuerpo las riendas del momento, yo disponía completamente de el todo el tiempo.
Tobhías Esto es realmente incómodo, por mi parte debo confesar que nunca esperé que ella estuviese aquí, le dije ayer en la noche que vendría de regreso hoy, pero ni siquiera dije cuando. Las dos mujeres acaparan toda mi atención, sus ojos lanzan dagas hacia ellas mismas.Son mujeres demasiado diferentes. Molly tiene su cabello casi color cereza, es rojo pero se ve que es teñido, ella por naturaleza es castaña y de ojos cafés, en cambio Alara es mucho más alta que la madre de mi hijo (y de menos curvas también), y sus ojos son azules oscuros. Son literalmente polos apuestos en aspecto. No soy un hombre de exteriotipos femeninos, solo me llevo a la cama la que llame mi atención sea rubia, morena, pelirroja o trigueña. Mi pequeño también mira con cara de muy pocos amigos a la rubia, cosa que me hace reír internamente.—Vamos a instalarte campeón. —Lo tomo en mis brazos y lo llevo hasta lo que será su nueva habitación.Todo después de la ida de Molly de este lugar, que aunque no recue
TobhíasNi siquiera toco el timbre, ella justo abre la puerta con su gran y hermosa sonrisa dibujada en sus labios. Le doy en breve repaso y noto que sabe a qué vengo. Su cuerpo está fundido en una bata de seda y su cabello cae en cascadas sobre sus pechos, sus labios finos llaman al pecado y no dilato más, me adentro a comerme su boca.Muerdo sus labios degustando su sabor, succiono arriba y abajo mientras con mi mano aprieto su nuca presionándola más a mí. Con ella nunca he sido delicado y no lo seré ahora, no cuando llevo días necesitando olvidarme de la castaña teñida.Caminamos quitándonos la ropa y magreo su nalgas en el proceso. Mi torso queda desnudo al instante y la cargo en mis brazos para caminar hasta la sala. La pongo sobre el sofá moderno y la abro completamente de piernas. Quito de con destreza su sujetador dejándome ver sus tetas, aunque lindas no se comparan a las de...¡Maldito seas Tohbías!Voy hasta ellas lamiéndolas, apretándolas juntas y deslizando mi lengua entr
Molly Abro mis ojos sintiéndolos pesados, casi pasé la noche entera en vela esperándolo llegar y el muy desgraciado se apareció a las tres de la madrugada. ¿Para qué mierda quiso que mi hijo viniera con él? Ni siquiera pasó tiempo con él.Suspiro con cansancio contando hasta diez para no gritarle hasta del mal que se va a morir frente a Tohb. Salgo fuera tras darme una corta ducha, el ruido de la señora Maddison en la cocina me hace sonreír.—Señorita Molly que bueno verla de nuevo —habla con tanta emoción que me pone realmente feliz.Ella siempre fue muy dulce conmigo, así que la abrazo con calidez.—¿Cómo estás señora Maddison?—Muy bien preciosa —me dice y mi pequeño hace su aparición.Llega hasta nosotros con su carita soñolienta y sonrío tomándolo en mis brazos.—Tú debes ser el pequeño Tohbías, eres exactico a tu papá —añade con voz dulce.Mi hijo le sonríe y me impresiona, porque raramente es así con los extraños.—¿Usted es la que preparó el desayuno? —pregunta.Maddison sonr
Molly Mi corazón no podía con tanto, con su actitud conmigo. Dolía como mil demonios sentir su rechazo e incluso fastidio cada vez que le hablaba, sabía perfectamente que tras todas esas capas de frialdad se encontraba la persona cálida de la cuál me enamoré.¿Pero qué podía hacer ahora? No existía una maldita máquina del tiempo que me diera la posibilidad de virar al pasado, no debí dejarlo solo, no en esa situación. Sin embargo, mis razones en aquel tiempo pesaban más que nada.Huí de su rechazo total cuando despertara y ahora lo vivo diaramente, ahora estoy sufriendo por lo que una vez quise evitar. ¿Pero cómo acaso puedo siquiera señalarle?, cuando veo su lucha interna, cuando habla me hiere pero cuando me toca es el mismo hombre de antes, porque a lo contrario de mi pensar, él si me quería ver al despertar, él sí quería formar una familia. Le hice sufrir por mi ausencia, le hice marchar solo todo el camino de su lucha. Una lucha contra el cáncer que retomó solo por nosotros, po
TohbíasMis ojos aunque ya no la ven directamente, no dejan de proyectar su deliciosa imágen a mi mente una y otra jodida vez, sus firmes tetas redondas, su cabello rojo caído hasta su cintura lleno de rizos grandes, sus labios rojizos debido a nuestros besos, y en sus ojos se reflejaba ese deseo por mí y que corría todo su cuerpo, como malditas corrientes que llegaban directamente hasta mi entrepierna.¡Maldición! Acabo de meter la pata bien metida hasta el fondo, jamás pensé que fuesemos a acabar cogiendo de esa forma. Aunque yo lo llame coger, mi interior expresa a gritos su descontento pues sabe que fue algo más que coger. Me perdí en cada curva, cada poro, cada lunar, cada beso y cada sonoro y jodidamente placentero gemido salido de su boca.¡Esa mujer tiene demasiado poder sobre mi cuerpo! Quiero no llegar a pensar que cuando se desnuda ante mí, tiene incluso más poder que yo mismo. Irónicamente es como estar completamente ebrio, te vuelves aún más sensible a todo y no estás e