Molly Abro mis ojos sintiéndolos pesados, casi pasé la noche entera en vela esperándolo llegar y el muy desgraciado se apareció a las tres de la madrugada. ¿Para qué mierda quiso que mi hijo viniera con él? Ni siquiera pasó tiempo con él.Suspiro con cansancio contando hasta diez para no gritarle hasta del mal que se va a morir frente a Tohb. Salgo fuera tras darme una corta ducha, el ruido de la señora Maddison en la cocina me hace sonreír.—Señorita Molly que bueno verla de nuevo —habla con tanta emoción que me pone realmente feliz.Ella siempre fue muy dulce conmigo, así que la abrazo con calidez.—¿Cómo estás señora Maddison?—Muy bien preciosa —me dice y mi pequeño hace su aparición.Llega hasta nosotros con su carita soñolienta y sonrío tomándolo en mis brazos.—Tú debes ser el pequeño Tohbías, eres exactico a tu papá —añade con voz dulce.Mi hijo le sonríe y me impresiona, porque raramente es así con los extraños.—¿Usted es la que preparó el desayuno? —pregunta.Maddison sonr
Molly Mi corazón no podía con tanto, con su actitud conmigo. Dolía como mil demonios sentir su rechazo e incluso fastidio cada vez que le hablaba, sabía perfectamente que tras todas esas capas de frialdad se encontraba la persona cálida de la cuál me enamoré.¿Pero qué podía hacer ahora? No existía una maldita máquina del tiempo que me diera la posibilidad de virar al pasado, no debí dejarlo solo, no en esa situación. Sin embargo, mis razones en aquel tiempo pesaban más que nada.Huí de su rechazo total cuando despertara y ahora lo vivo diaramente, ahora estoy sufriendo por lo que una vez quise evitar. ¿Pero cómo acaso puedo siquiera señalarle?, cuando veo su lucha interna, cuando habla me hiere pero cuando me toca es el mismo hombre de antes, porque a lo contrario de mi pensar, él si me quería ver al despertar, él sí quería formar una familia. Le hice sufrir por mi ausencia, le hice marchar solo todo el camino de su lucha. Una lucha contra el cáncer que retomó solo por nosotros, po
TohbíasMis ojos aunque ya no la ven directamente, no dejan de proyectar su deliciosa imágen a mi mente una y otra jodida vez, sus firmes tetas redondas, su cabello rojo caído hasta su cintura lleno de rizos grandes, sus labios rojizos debido a nuestros besos, y en sus ojos se reflejaba ese deseo por mí y que corría todo su cuerpo, como malditas corrientes que llegaban directamente hasta mi entrepierna.¡Maldición! Acabo de meter la pata bien metida hasta el fondo, jamás pensé que fuesemos a acabar cogiendo de esa forma. Aunque yo lo llame coger, mi interior expresa a gritos su descontento pues sabe que fue algo más que coger. Me perdí en cada curva, cada poro, cada lunar, cada beso y cada sonoro y jodidamente placentero gemido salido de su boca.¡Esa mujer tiene demasiado poder sobre mi cuerpo! Quiero no llegar a pensar que cuando se desnuda ante mí, tiene incluso más poder que yo mismo. Irónicamente es como estar completamente ebrio, te vuelves aún más sensible a todo y no estás e
TohbíasLos cristalinos ojos de la mujer que tengo enfrente acaparan mi visión. Mi furia es tanta que creo que si le digo, algo terminará ya sé cómo.—Lo siento —murmura con la voz apenas audible.Mira todo el tiempo al piso, sus manos casi están temblando y estos son síntomas que reconozco muy bien. Suspiro con pesadez sintiendo mi cabeza apretarse. —¿Por qué hiciste eso Alara? —inquiero tratando de mantenerme calmado.La imágen del rostro de mi hijo no sale de mi mente. Y cada vez que la recuerdo me agrieta más que antes. Su mirada triste e incluso decepcionada viéndome directamente a los ojos. Todo por causa de...—¡Maldita sea Alara! —espeto ahora sí que perdiendo todos mis papeles.Comienza a llorar con fuerza por mi estallido, mis puños se aprietan a mi costado cegado por la furia que me carcome.—No te tocaba decir eso —grito fuerte.Ni siquiera logra mirarme solo solloza gimoteando en su lugar.—No tenías derecho alguno de meterte en eso. Ni siquiera de venir hasta aquí en p
TohbíasEstá esperando una reacción de mi parte, pero cómo rayos voy a reaccionar de manera normal cuando siento mi verga crecer bajo bóxer. ¿O sea finjo que estoy molesto? Mis ojos caen en sus pezones que se ponen duros bajo mi mirada, traga con fuerza desde su lugar expectante.Sus manos se cruzan a la altura de sus pechos tapando así los mismos. —¿Contenta?—Pues no, estoy cansada de esta situación voy a tomar a mi hijo y vamos a volver a nuestro hogar.Mi mandíbula se aprieta pensando en verme de nuevo sin ellos.—Su hogar es junto a mí —decreto con firmeza.Sus párpados se abren asombrados por mi reacción.—Mi hijo está sufriendo por tu culpa...—Es nuestro hijo y no pienses que me pone feliz que esté en medio de nuestros líos.—Pues eso demostraste cuando siquiera te importó que ella le gritara eso a los cuatro vientos —espeta y su tono es realmente molesto.Está realmente cabreada y en el fondo me hace gracia que esté así, porque nunca antes la había visto perder tanto los p
MollyNo sé siquiera cómo mis piernas andan caminando por el azulejo del aereopuerto de New York, ayer bien tarde en la noche reservé un vuelo hacia Ontario. Lo mejor es volver allá por un tiempo, dejar a mi hijo con su padre que necesita de él y alejarme también de Max. Pensar las cosas es lo que debí hacer, pues desde que Tohbías regresó a mi vida solo se ha virado todo al revés.Pero dios, ¿por qué es tan difícil dejar a mi hijo?Sus gritos y llantos aún taladran y martillan mis tímpanos y su dolor lo siento tan latente en mí que me hace sentir la peor madre del mundo. Sin embargo su padre fue bien claro, si me lo llevaba conmigo sería la última vez que lo viese. Pero siento como si arrancasen una parte de mí al quedarse allá. Agarro con fuerza la maleta de ruedas caminando rumbo hacia mi salida. Mis ojos aún arden y mi cabeza la siento dar vueltas.Al final esto es justo lo que él quería en un principio. Desde que salí aquel día del hospital dejándole solo, ahora nunca nada será
MollyHoras antes..."Pasajeros con destino a Ontario Canadá, aproxímense hasta la estación número..."Mis piernas no siguen caminando en cuanto mis ojos caen sobre una familia. Es una compuesta por una madre y su pequeño hijo de escasos años. El niño está siendo sostenido con fuerza por una señora mucho más mayor que la mujer, mientras que él no deja de gritar y llorar por su madre que ya se encuentra de espaldas a el pequeño y camina en dirección a su estación.Mi interior se encoje por ver tal escena y es como si me verticen agua helada encima.¿Qué diablos estás haciendo Molly? ¿Acaso vas a dejar a tu hijo cuando tú misma sufriste en carne propia lo que es no tener a tus padres a tu lado?Tras pensar varios segundos en lo que haré, giro mi cuerpo hasta salir fuera del aereopuerto. Tomo el primer taxi que veo hasta la mansión del abuelo de mi hijo. En el camino de vuelta pienso en sus alaridos y cómo aún me revuelven la vida, su sufrimiento y pesar pues jamás había pasado por algo
TohbíasSu olor está calado en cada fibra de mi cama, es tan denso que aunque lleve ya varios minutos que ella se encerró en el baño, sigue en mis instintos como si estuviese aún desnuda a mi lado.Verla despertar ha sido todo un espectáculo, jamás había detenido en ver a ninguna mujer tan despacio como con ella. Su cuerpo desnudo está hecho a la medida del mío, cabía a la perfección entre mis brazos y el vaivén de caderas moviéndose en la penumbra me hace querer reventar la maldita puerta y volver a hacerla mía de nuevo.Di un paso en nuestra relación si así podría llamarle a lo que ambos tenemos, dejé que me arrastrara al profundo precipicio que es su cuerpo. De un momento a otro la puerta se abre dejándome ver el reluciente rostro de la madre de mi hijo.Sus ojos cafés me ven y bajan la mirada. ¿Es en serio? ¿Tiene vergüenza?—Voy a preparar el desayuno —habla excusándose.Me enderezo sentándome sobre la cama.—Molly...—Basta Tohbías, estoy confundida ahora mismo.Ni siquiera pue