¡Hola, hola! Aquí seguimos con la noche bien bien buena que se están dando estos dos... El regalito surgió efecto y los dejó a los dos a mil por hora... ¿Será que acaba bien esta noche? Eso y más en el próximo capítulo :P No olviden dejarme sus comentarios, amo leerlas. Nos vemos mañana, a la misma hora y por el mismo canal ^^ Un abrazo <3
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Owen ríe suavemente, una risa baja y gutural que reverbera en mi pecho. Me doy cuenta de que está al límite, pero también de que está disfrutando del juego tanto como yo. Es como una danza en la que ambos nos conocemos a la perfección, en la que no hace falta apresurarse.Una de sus manos viaja desde mi nalga y se desliza por mi muslo, perdiéndose en el vértice de mi cuerpo y colándose bajo las diminutas braguitas. Owen emite un gruñido cuando comprueba lo mojada que estoy para él.—Estás tan mojada y perfecta… —susurra contra mi clavícula, mientras deja un recorrido de besos húmedos por mi cuello mientras su mano libre desata hábilmente uno de los lazos sobre mi hombro derecho y la tela se abre cual cinta de regalo, liberando mi seno. Lo lleva a su boca, lo que provoca que una descarga eléctrica recorra todo mi cuerpo y se concentre en mi clítoris.Por instinto, comienzo a mover mis caderas sobre su ya abultada erección, buscando algo de fricción. Lo escucho gruñir mien
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Estamos sentados en la sala de espera, aguardando a que la doctora Heart nos llame para el control de las dieciocho semanas. Siento la mano de Flavia entrelazada con la mía, mientras mi pulgar y el suyo se acarician con suavidad. Ella está tranquila, más de lo que me esperaba, considerando que podría ser hoy cuando sepamos el sexo de nuestros bebés. Yo, por otro lado, siento mariposas en el estómago, ya que la idea de volver a ver a nuestros hijos, aunque sea en una ecografía, me pone ansioso.Quiero que todo salga bien, y, aunque sé que Flavia se ha sentido mucho mejor las últimas semanas, no puedo evitar preocuparme. La miro de reojo y sonrío, ya que se ve entretenida con una revista que está hojeando. Su calma me contagia, al menos un poco y verla así, tan serena y luminosa, es un alivio. Desde que llegó su nonna, ha estado mucho más animada y eso me hace sentir bien. He visto lo feliz que ha estado desde entonces y no puedo negar que la presencia de Fiorella ha sido po
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Estoy sentada frente a la computadora, editando las fotografías que tomé para la nueva campaña que Cassian me encargó. Apenas había iniciado el año, cuando me llamó con una nueva petición y la entrega tiene que estar lista para finales de esta semana. Por suerte, la sesión salió bastante bien y el trabajo aún no me resulta demasiado pesado. Además, necesito el dinero y me gusta mantenerme ocupada.La casa está tranquila, y, aunque mi nonna va y viene entre los quehaceres, la cocina y su tejido, siempre está cerca, tarareando alguna canción mientras prepara la comida o me cuenta anécdotas de nuestra familia. No sé cómo lo hace, pero logra estar en todo y me encanta su compañía.Por la mañana, estaba entretenida hablando con Matilda sobre el sexo del bebé que no pudimos identificar en la última ecografía, ya que están convencidas de que es una niña y no puedo evitar sonreír ante sus teorías, siempre basadas en que las mujeres han sido predominantes en la familia Neri. Segú
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Estoy agotado. El día ha sido un completo caos. Entre reuniones interminables, presentaciones para clientes y revisar documentos que parecen no tener fin, apenas he tenido un respiro. El trabajo en ZeroRisk me mantiene ocupado, pero no me quejo. Me gusta lo que hago, aunque días como hoy me agotan. Ahora solo quiero llegar a casa, ver a Flavia y sentir algo de paz. Solo eso.Desde que salí de la oficina, mi teléfono no ha parado de recibir notificaciones. El grupo de "Los mosqueteros" está más activo de lo normal; suele explotar cuando alguno de nosotros tiene una crisis, pero no tengo la cabeza para eso ahora, así que lo ignoro. Además, prefiero enfocarme en una sola cosa: llegar a casa lo antes posible. Extraño a Flavia. No puedo dejar de pensar en ella. Últimamente, cuando no estoy concentrado en el trabajo, ella es lo único que ocupa mi mente. El simple hecho de llegar y encontrarla allí, su sonrisa, su forma de mirarme... todo eso me da calma.Cuando finalmente estaci
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗ Cuando Cory cierra la puerta de su habitación con Hanna adentro, el aire aún se siente pesado en la sala. Es inevitable no sentir la tensión después de todo lo que ha pasado. —Bueno, al menos, no nos aburrimos, ¿eh? —dice mi nonna, rompiendo el silencio, con su típica expresión pícara en el rostro—. ¿Creen que sea necesario aumentar la mezcla? —pregunta, al observar la masa entre sus manos. Una sonrisa se me escapa y Owen también suelta una pequeña risa. De pronto, siento la mirada de Owen fija en mí, esa mirada azul intensa que siempre consigue derretirme por dentro. Estoy consciente de su presencia a mi lado, de la forma en que su mano roza mi espalda mientras sus ojos me analizan, casi como si pudiera leerme la mente. No sé si alguna vez me acostumbraré a lo mucho que me afecta, incluso ahora, después de todo lo que hemos pasado. Suspiro, tratando de mantenerme concentrada, pero es difícil, ya que su cercanía, combinada con el embarazo y la montaña rusa emocional q
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗El susurro de Owen todavía resuena en mi cabeza. "Shh... Tranquila, mi cielo". La forma en que me lo dijo y la delicadeza con la que después me besó la coronilla para luego envolverme entre sus brazos, me desarma por completo. Mi corazón late tan fuerte que siento que todos a mi alrededor pueden escucharlo. «¿Acaba de llamarme “mi cielo”?». El simple hecho de que esas palabras hayan salido de su boca hace que todo a mi alrededor desaparezca. Las lágrimas que apenas puedo controlar siguen acumulándose en mis ojos, pero ya no son por las mismas razones. Estoy confundida, entre lo abrumada que me siento por todo lo que está pasando y la forma en que Owen me mira.Intento apartar la mirada, pero no puedo. Es como si sus ojos me tuvieran atrapada. Su calor me envuelve y esas dos palabras repitiéndose una y otra vez en mi mente. «Mi cielo». Nunca lo había escuchado decir algo así, tan tierno y mucho menos a mí. Mi pecho se siente tan lleno que casi me cuesta respirar. No sé si
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗La miro y trato de sonreír, pero por dentro me siento como si estuviera en arenas movedizas, porque, aunque su broma sobre el anillo me tomó por sorpresa, ahora sé que no puedo seguir ocultando lo que siento. No puedo seguir fingiendo que todo está bien cuando llevo meses con esto en la cabeza, paralizándome.—Flavia… —comienzo, pero mi voz suena más áspera de lo que esperaba, por lo que carraspeo para aclararla—. Hay algo que no te he dicho. Algo que debería haberte contado hace tiempo. —Ella me mira con los ojos entrecerrados, como si intentara descifrar qué es lo que me pasa.De repente, el espacio entre nosotros parece más grande de lo que realmente es y ese miedo que siempre he tenido a perderla empieza a apretar mi pecho. Sé que una parte de mí todavía está asustada, pero no puedo seguir evitando esto. No después de todo lo que hemos pasado.—La última noche que pasamos juntos en el verano… —digo y su expresión cambia. Lo recuerda. Claro que lo recuerda. La veo tensa
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Todavía siento los suaves aleteos en mi vientre, como un recordatorio constante de que algo más grande que nosotros dos está creciendo dentro de mí. Sentir a mis hijos por primera vez, me llena de una emoción nueva y poderosa, pero no puedo ignorar lo que Owen acaba de confesarme. Mi cabeza sigue dando vueltas, intentando digerirlo todo.—Owen... —mi voz suena más tranquila de lo que esperaba, aunque siento un nudo en la garganta—. Entiendo por qué me ocultaste que lo sabías… —respiro hondo e intento encontrar las palabras adecuadas—, y, en cierto sentido, agradezco que hayas decidido ser honesto y contármelo, pero eso no cambia el hecho de que estoy muy enojada, que me dolió y que... —hago una pausa—, y que no sé cómo manejar esto —confieso finalmente.Él asiente, pero no dice nada. Sus ojos siguen fijos en mí, llenos de esa mezcla de culpa y arrepentimiento que tanto me cuesta ignorar. Está nervioso, lo puedo ver en sus ojos. La vulnerabilidad que siempre escondió ahor