¡No lo puedo creer! Jamás se me hubiese cruzado por la cabeza que llegaríamos a los 100 capítulos, pero aquí estamos (se supone que era una historia relativamente corta, pero estos ogritos decidieron que las cosas fueran diferentes). Para quienes no me conocían de antes, les cuento que, cuando se me ocurre una nueva novela, dejo que la historia fluya y me lleve donde tenga que ir. La historia se cuela en mi mente y se me ocurre de inicio a fin, obviamente con los hitos más importantes, pero nada más. No tengo una estructura ni nada planificado (y por eso mis bloqueos). Retomando con el capítulo ganador... ¿Qué les parece todo lo que está viviendo papi Owen? Las leo en los comentarios <3 Un abrazo :*
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Después de despedirnos de todos, subimos a la habitación, pero el sueño me es imposible esta noche, ya que estoy demasiado inquieto como para cerrar los ojos. Espero a que Flavia se quede profundamente dormida antes de levantarme con cuidado. Me aseguro de taparla bien con las cobijas y me quedo mirándola unos segundos, antes de tomar la caja y bajar a la sala.La chimenea crepita suavemente y, solo me quedo ahí, con la mirada perdida en las llamas que danzan en la oscuridad. Me siento en el sofá, abro la caja y empiezo a leer otra carta. Las palabras de Gavin duelen, a pesar de su sinceridad.No sé cuánto tiempo le o, hasta que una mano cálida se posa en mi hombro y me saca de mis pensamientos. Al voltearme, encuentro a mamá envuelta con una manta alrededor de los hombros.—¿No puedes dormir, hijo? —susurra, como si supiera exactamente lo que pasa por mi cabeza.—No —admito y su mirada es una mezcla de preocupación y cansancio.—¿Te importa si me siento? —Me acomodo y le
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Owen no ha sido el mismo desde la cena fallida y lo que ocurrió después en el hospital con su padre. Lo siento cada vez que lo miro y me quedo observándolo en silencio mientras él cree que estoy distraída. Desde esa conversación en el hospital, algo en él cambió. Tal vez, no para peor, pero sí para hacerlo más introspectivo.Cuando Paige nos sugirió visitarla en Norwich, me pareció una excelente idea. Pensé que un cambio de aire podría ayudarlo a aclarar su mente, pero nunca imaginé lo que pasaría cuando él abriera esa caja. Fotografías antiguas de él y su padre, cartas amarillentas llenas de palabras que nunca debieron permanecer ocultas y recuerdos que, estoy segura, Owen olvidó con el pasar de los años. Fue como abrir una puerta a su pasado, una que llevaba años esforzándose en mantener cerrada y en el olvido, como si no existiera.Desde ese momento, supe que debía ser fuerte por él. Owen no es alguien que se abra con facilidad, y cuando esa maraña de verdades empezó
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Cuando la recepcionista del hospital me da el número de su habitación, siento cómo mi corazón comienza a latir con más fuerza. Ansiedad, nervios, incluso algo de miedo; todo se mezcla en mi pecho por partes iguales. Avanzo en silencio por el pasillo junto a Flavia, quien me da un suave apretón en la mano, en un gesto sutil que logra reconfortarme. Y, aunque sé que no tengo que enfrentar esto solo, eso no quita que la carga sea mía, ya que he construido un muro para no sentir nada respecto a él, pero aquí estoy, a punto de cruzar el pasillo que nos separa.El número en la puerta se hace más grande a medida que nos acercamos, y me detengo justo frente a él. Respiro hondo y, aunque no estoy seguro de estar listo para esto, dudo que alguna vez lo esté. Miro a Flavia, que me sonríe con ternura y me da un pequeño empujón en la dirección correcta.Abro la puerta con cuidado y ahí está: Gavin. Mi padre. Se ve cansado y el color pálido de su piel contrasta con la sonrisa que aparec
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Gavin desvía la mirada, y durante un instante, parece perdido en sus pensamientos. Una leve sonrisa se dibuja en su rostro. Hay un brillo en su mirada, una calidez que no había visto antes. Aunque no sé qué lo provoca, parece reconfortado, incluso agradecido.—Me alegra que tengas a alguien como ella a tu lado. —Lo miro, y por fin lo entiendo: miraba a Flavia. Volteo en su dirección y cuando nuestras miradas se encuentran, ella me mira con los ojos brillantes y una sonrisa de orgullo que ilumina su rostro. Es como si me dijera, sin palabras, que hice lo correcto.Mi padre sigue mi mirada y me hace un ademán para que me acerque.—Es hermosa, pero, ¿sabes? No es solo eso, sino que es la forma en la que te mira y el apoyo que te brinda… Eso es amor, hijo. No esperes una señal divina; si la amas, cásate con ella. Es evidente cuánto se aman —susurra. Sus palabras me hacen sonreír.—Lo haré, papá. No hay nada que quiera más —le aseguro, aunque no le digo que ya lo tengo decidido
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗ Han pasado tres días desde que Owen y su padre tuvieron esa conversación tan cargada de emociones. No sé exactamente todo lo que se dijeron y, aunque Owen no ha entrado en muchos detalles, no quiero presionarlo, pero todavía no puedo creer cómo han cambiado las cosas. Lo que sí es evidente, es que algo cambió: el ambiente se siente más liviano, casi como si un nudo que llevaba demasiado tiempo tensado se hubiera deshecho. Owen también está distinto, lo noto en la forma en que me mira, más relajado y, sobre todo, en cómo sonríe. Esa m*****a sonrisa suya, que es capaz de desarmarme por completo, aparece con una frecuencia que me enloquece. «La que, además, me pone a mil». Y, aunque sigue siendo él —protector y a veces un poco intenso—, hay algo en su mirada que me dice que está en paz. Hoy es un día importante, ya que me corresponde la ecografía morfológica con la doctora Heart, y no es cualquier cosa; es la oportunidad de asegurarnos de que todo está bien con nuestros b
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗ Despierto con el sonido insistente del teléfono. Mi primer instinto es ignorarlo y acurrucarme bajo las sábanas, pero cuando veo el nombre de Maya en la pantalla, no puedo evitar sonreír y contesto con voz ronca, medio adormilada. —Buenos días, dormilona —dice Maya con un tono alegre que contrasta con mi estado actual—. Te extraño, Fla. Necesito a mi amiga —comenta, con una voz entre infantil y lastimera—. Vengan a visitarnos hoy, por favor. Ian necesita conocer mejor a sus tíos. —¿Conocer mejor a sus tíos? ¿No será que Joshua no quiere soltarte ni un segundo? —le respondo mientras bostezo, pero con una sonrisa inevitable. Maya se ríe. —Quizás, pero también es la excusa perfecta para que Joshua y Owen se pongan al día —responde y sabe que ya tiene toda mi atención—. Además, necesito ver a otras personas, Josh está tan sobreprotector, que dudo que se haya dado cuenta de que Ian ya tiene un mes de vida —bromea—. No quiere dejarnos solos ni a Ian ni a mí. —Suelto una ca
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Observo el apartamento de mis amigos, ya que todo luce distinto desde la llegada de Ian; como si el lugar respirara calma y caos al mismo tiempo. Los juguetes de colores y el suave olor a colonia de bebé son una constante, y me recuerdan que aquí hay una nueva vida que lo ha cambiado todo.Joshua cierra la puerta, tras despedir a Estrellita.—Se te va a caer la baba —bromea, con una sonrisa pícara, al ver que sigo con la mirada perdida hacia la habitación de Ian—. No puedes disimularlo con Flavia, hermano. —No lo niego; al contrario, le devuelvo la sonrisa.—No necesito hacerlo, estoy enamorado hasta las trancas, aunque eso ya lo sabes. —Josh deja escapar una carcajada y asiente con complicidad.—Lo sé, aunque no es algo nuevo para nadie. La única sorpresa es que te haya tomado tanto tiempo lograr que sea ella quien te mire como lo haces tú.—Ni lo digas… —suspiro—, pero ha valido la pena la espera.Josh abre una cerveza y me la pasa mientras se sienta frente a mí en el so
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Todo desde la llamada de Justin ha sido como un borrón. Dos días completos en los que las horas parecen un solo instante. El tiempo perdió sentido y una fría sensación recorrió mis venas, apoderándose de mí. Creo que Flavia intentó hablar conmigo en varias ocasiones, aunque apenas puedo recordar sus palabras. Me refugié en el silencio y en intentar procesar lo que sentía: dolor, ira, resignación, y también un vacío que no puedo describir.Después de eso, apenas puedo recordar cómo llegué aquí, parado frente a la iglesia abarrotada de extraños y conocidos, todos reunidos para despedir a Gavin Barnes, mi padre. Hoy es su funeral, y las emociones me golpean como un mazo mientras caminamos hacia la capilla. El aire helado corta la piel y las aceras, resbaladizas por la nieve, son un reflejo perfecto de mi estado mental. Flavia está aferrada a mi brazo, dándome su apoyo constante e incondicional, aunque su rostro refleja la misma tristeza que siento yo.Al entrar, veo a Justin