¡Feliz viernes! Les dejo este capítulo para que no extrañen a mis ogritos el fin de semana :P ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Seguimos llorando? Me encantó leerlas ayer, saber que siguen ahí... Eso me motiva mucho, así que, porfis, porfis, síganlo haciendo. ¡Feliz fin de semana! Les mando un abrazo <3
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗ Han pasado tres días desde que Owen y su padre tuvieron esa conversación tan cargada de emociones. No sé exactamente todo lo que se dijeron y, aunque Owen no ha entrado en muchos detalles, no quiero presionarlo, pero todavía no puedo creer cómo han cambiado las cosas. Lo que sí es evidente, es que algo cambió: el ambiente se siente más liviano, casi como si un nudo que llevaba demasiado tiempo tensado se hubiera deshecho. Owen también está distinto, lo noto en la forma en que me mira, más relajado y, sobre todo, en cómo sonríe. Esa m*****a sonrisa suya, que es capaz de desarmarme por completo, aparece con una frecuencia que me enloquece. «La que, además, me pone a mil». Y, aunque sigue siendo él —protector y a veces un poco intenso—, hay algo en su mirada que me dice que está en paz. Hoy es un día importante, ya que me corresponde la ecografía morfológica con la doctora Heart, y no es cualquier cosa; es la oportunidad de asegurarnos de que todo está bien con nuestros b
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗ Despierto con el sonido insistente del teléfono. Mi primer instinto es ignorarlo y acurrucarme bajo las sábanas, pero cuando veo el nombre de Maya en la pantalla, no puedo evitar sonreír y contesto con voz ronca, medio adormilada. —Buenos días, dormilona —dice Maya con un tono alegre que contrasta con mi estado actual—. Te extraño, Fla. Necesito a mi amiga —comenta, con una voz entre infantil y lastimera—. Vengan a visitarnos hoy, por favor. Ian necesita conocer mejor a sus tíos. —¿Conocer mejor a sus tíos? ¿No será que Joshua no quiere soltarte ni un segundo? —le respondo mientras bostezo, pero con una sonrisa inevitable. Maya se ríe. —Quizás, pero también es la excusa perfecta para que Joshua y Owen se pongan al día —responde y sabe que ya tiene toda mi atención—. Además, necesito ver a otras personas, Josh está tan sobreprotector, que dudo que se haya dado cuenta de que Ian ya tiene un mes de vida —bromea—. No quiere dejarnos solos ni a Ian ni a mí. —Suelto una ca
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Observo el apartamento de mis amigos, ya que todo luce distinto desde la llegada de Ian; como si el lugar respirara calma y caos al mismo tiempo. Los juguetes de colores y el suave olor a colonia de bebé son una constante, y me recuerdan que aquí hay una nueva vida que lo ha cambiado todo.Joshua cierra la puerta, tras despedir a Estrellita.—Se te va a caer la baba —bromea, con una sonrisa pícara, al ver que sigo con la mirada perdida hacia la habitación de Ian—. No puedes disimularlo con Flavia, hermano. —No lo niego; al contrario, le devuelvo la sonrisa.—No necesito hacerlo, estoy enamorado hasta las trancas, aunque eso ya lo sabes. —Josh deja escapar una carcajada y asiente con complicidad.—Lo sé, aunque no es algo nuevo para nadie. La única sorpresa es que te haya tomado tanto tiempo lograr que sea ella quien te mire como lo haces tú.—Ni lo digas… —suspiro—, pero ha valido la pena la espera.Josh abre una cerveza y me la pasa mientras se sienta frente a mí en el so
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Todo desde la llamada de Justin ha sido como un borrón. Dos días completos en los que las horas parecen un solo instante. El tiempo perdió sentido y una fría sensación recorrió mis venas, apoderándose de mí. Creo que Flavia intentó hablar conmigo en varias ocasiones, aunque apenas puedo recordar sus palabras. Me refugié en el silencio y en intentar procesar lo que sentía: dolor, ira, resignación, y también un vacío que no puedo describir.Después de eso, apenas puedo recordar cómo llegué aquí, parado frente a la iglesia abarrotada de extraños y conocidos, todos reunidos para despedir a Gavin Barnes, mi padre. Hoy es su funeral, y las emociones me golpean como un mazo mientras caminamos hacia la capilla. El aire helado corta la piel y las aceras, resbaladizas por la nieve, son un reflejo perfecto de mi estado mental. Flavia está aferrada a mi brazo, dándome su apoyo constante e incondicional, aunque su rostro refleja la misma tristeza que siento yo.Al entrar, veo a Justin
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗El despacho de Justin Turner es más imponente de lo que recordaba. No es solo el tamaño o la decoración minimalista; es la sensación de poder que emana de cada detalle. Podría ser intimidante, pero después de lo que he pasado en las últimas semanas, no hay mucho que pueda impresionarme.Justin me recibe con un apretón de manos firme y un saludo neutral, profesional. El abogado sabe que esto no es un encuentro cualquiera y yo también, así que no me interesa hacerle perder el tiempo, y voy directo al grano.—Supongo que esto tiene que ver con lo que mi padre mencionó sobre ZeroRisk.Él asiente y me invita a sentarme frente a su escritorio. Es metódico y no se anda con rodeos, lo cual agradezco. Mientras me explica los términos legales, todo se siente surrealista, ya que Gavin quiso que yo tuviera su porcentaje completo en la empresa para garantizar que, a partir de este momento, me convierta en el socio mayoritario. Firmo los documentos sin titubear, porque esto no se trata
˗ˏˋ Owen ˎˊ˗Apenas cruzamos las puertas del imponente edificio que alberga a Turner Legal Group, el aire frío de febrero golpea mi rostro, arrastra consigo el mal rato que acabo de pasar, y me da un respiro que alivia la tensión acumulada al saber que todo eso quedó atrás. La familia de Gavin puede retorcerse y reclamar todo lo que quiera, yo no tengo nada que probarles. Cerré el ciclo, y por primera vez en mucho tiempo, la idea de avanzar no me pesa.—Espero tu llamada, Owen. Sé que posiblemente aún no lo asimiles, pero tenemos mucho de qué hablar y una empresa que liderar —me recuerda Jeremías, con una sonrisa divertida—. Sin presiones, ¿eh? —añade, al levantar las manos en son de paz.—Dame un par de días para poner todo en orden en ZeroRisk y hablamos.—Cuídate, muchacho. —Me da unas palmadas en el hombro antes de dirigirse hacia un elegante auto negro, donde su chofer lo espera con la puerta abierta.Saco el teléfono del bolsillo mientras camino hacia el estacionamiento donde apa
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Aún no puedo dejar de pensar en todo lo que me contó Owen. Siempre he sabido que es un hombre fuerte e increíble, y saber que ha enfrentado con tanta seguridad a todo lo que ha pasado, me llena de orgullo. Descubrir que Gavin lo incluyó en la herencia pocas horas antes de morir, aceptar el apoyo de Justin y Jeremías, y manejar con firmeza a esas arpías venenosas... Cada una de sus acciones me confirma que es un hombre íntegro, fiel a sus valores y que me demuestra a diario que puedo confiar en él completamente. Además, no puedo negar que me encanta verlo tan decidido y resuelto; y que, aunque todo esto le pesa, no teme buscar refugio en mí cuando ya no puede más, y eso es algo que me desarma por completo.Estos últimos días comenzó a llegar más tarde de lo habitual, y, aunque el cansancio es evidente en sus ojos, no permite que eso interfiera con el cariño que me demuestra a diario. Cada noche, sin importar lo agotado que esté, encuentra el tiempo para consentirme, inclu
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗Sigo sin procesar del todo lo que acaba de pasar, pero el brillo del anillo en mi dedo captura mi atención una y otra vez, trayéndome de vuelta al presente, mientras termino de arreglarme frente al espejo del baño.Me miro por unos segundos al terminar de ponerme máscara en las pestañas y me apoyo un momento en el lavabo, tras sentir a mis cachorros moverse. Coloco ambas manos sobre mi vientre y acaricio suavemente mientras me inclino un poco hacia adelante.—¿Qué opinan ustedes, cachorritos? —les pregunto a mis bebés, que están revoltosos al sentir mis emociones tan agitadas—. A mí también me cuesta creerlo todavía… —Suspiro, con una sonrisa—. Siempre he sido un alma libre, ¿saben? Aunque, mi anhelo más profundo, era tener algo de estabilidad, sentirme parte de algo o de alguien. Tal vez sea porque perdí a mis padres siendo una niña, o porque siempre he sentido que tenía que demostrar mi fortaleza... —Hago una pausa, al sentir nuevas pataditas desde el interior—. Sin e