Lukyan veía el dolor en sus ojos, deseaba abrazarla, besarla y adorarla, pero no podía, no aun, no era justa la tortura psicológica que estaba llevando a cabo, era una de las más ruin y bajas que conocía, tentar el cuerpo con el deseo y luego someterlo al miedo, ese pequeño momento de corto circuito que se forma entre las emociones y las sensaciones, no, no era justo, ni para él, ni para ella, pero ya estaban juntos en todo, desde que Vladimir había sido concebido, ellos estaban destinados a estar juntos, vivos o muertos y si para saber cómo continuaría su vida o si es que continuaría debía ser torturado a la par de Dasha, el ruso gustoso lo haría.
— ¿Qué venganza? Y será mejor que me digas la verdad de todo, si es que quieres continuar respirando. — no era una amenaza vacía, eso estaba más que claro.
— No necesit
El silencio flotaba por el aire, siendo interrumpido por un pequeño “PIP” que dejaba en claro que la mujer de cabello negro solo estaba durmiendo, aunque se viera tan intente como un muerto, Lukyan llevaba más de una hora en silencio, repartiendo miradas entre Dasha y Vladimir, quien solo veía a la pelinegra como si nadie más existiera, al tiempo que acariciaba su mano.— ¿Hace cuánto? — indago al fin el mayor y el pequeño solo lo vio curioso, como si no comprendiera a lo que se refería. — Basta de juegos Órga. — pocas veces Lukyan llamaba de ese modo a su hijo, el recuerdo de sus padres aun lo asechaban en sus largas noches de insomnio y soledad, como para recordarlos adrede.— El día que murió la abuela… — termino confesando sin verlo a los ojos. — Lo soñé, y se lo dije, le dije que había so&ntild
Mientras Dima y Vladimir se encargaban de arreglar una habitación en la mansión Neizan para Dasha, Lukyan disfruto de cuidar el sueño de su mujer, aun se reprochaba por ser un idiota, y es que nunca tomo en cuenta que tanto el cuerpo como la mente de Dasha estaba agotados, tanto por el ataque de Sergei, como por la medicación y darle una noticia así de fuerte cuando la joven ni siquiera había bebido un poco de agua desde la noche anterior no fue lo mejor que pudo hacer, Vladimir tenía razón, era un idiota desesperado que queria hacer todo a sus tiempos, o sea rápido y al punto, cuando la verdad es que en el amor no hay atajos o amenazas.— Lukyan. — su voz rasposa no se levantó más que un susurro y el rubio ya estaba a su lado con un vaso de agua.— Con cuidado o te hará mal. — pidió con calma, aun así, la dejo que bebiera lo que quisi
Si las personas pudieran morir de envidia, Harum ya estaría muerta, se dijo Dasha por solo ver el rostro amargado de su prima, mientras que Alek parecía que estaba viendo a un fantasma. — ¿Qué rayos significa esto? — indago casi con furia el castaño y Lukyan clavo sus azules ojos en él, como si estuviera viendo a una cucaracha arrastrándose sobre sus zapatos. — ¿Disculpa? — indago mostrando una sonrisa tan aterradora que el corazón de Dasha se aceleró, pero no de miedo, la pelinegra estaba descubriendo que ese ruso era candente 24/7 pero más cuando se enfadaba. — ¿Quién te dio permiso para preguntar algo en mi hogar? No… quien te dio permiso así sea para hablar en mi clan. — eso dolía aún más que si le disparara en cualquier lugar del cuerpo, ya que lo estaba humillando, Alek lo sabía y las mujeres presentes también. — … — el castaño abrió su boca, pero rápidamente la cerro por solo ver que Lukyan estaba esperando eso, una queja, una réplica y estaba seguro de que el líder del clan
Harum dejo el auto en la entrada de la mansión Morozova, no le preocupaba en lo más mínimo si sus padres se enojaban por ello o no, pues estaba segura de que Sergei desataría su furia en Dasha.— Padre, ¡padre! — grito encolerizada, apenas ingreso en su hogar.— ¿Qué son esos gritos? — el hecho de ver a su abuelo Nikola no era bueno, el anciano pocas veces los visitaba, incluso les había quitado casi todo lo que una vez le había ofrecido a Sergei, custodios, negocios, dinero, todo con la promesa de que cuidaría de ello para Dasha, ya que en realidad no le estaba quitando nada, sino que estaba preservando lo que siempre le perteneció a Kendra, la herencia de los Smirnof.— Abuelo, que alegría verte. — dijo modulando su voz, tratando de engañar a un viejo zorro, porque eso era Nikola, un zorro muy astuto.— Si ese es el caso Harum, infórmaselo a tu rostro, parece que estuvieras chupando limón, deberías ser un poco más como Dasha, ella si sabe comportarse. — el viejo mafioso sabia como e
Dasha observaba a Vladimir ir y venir llenando la habitación de alimentos, bebidas, flores, y otras tantas atenciones y no podía creer que ese niño era suyo, ahora que sabia la verdad, no encontraba la forma de acercarse a él, y es que Lukyan en su afán de aclarar todo, olvido decirle quizás lo más importante y es que el pequeño sabia de ella o, mejor dicho, quien era ella.—Órga. — susurro casi con miedo, temor a que el niño rubio y de ojos celestes como el mismo cielo se esfumara frente a ella, a que todo fuera un delirio de su mente, a perderlo nuevamente, cuando aún no terminaba de asimilar que lo había recuperado.— ¿Sí? — respondió con la voz propia de un niño, común y corriente e incluso ordinario se podría decir, pero para Dasha, era escuchar a un ángel.— Estás hablando. &
Nikola espero paciente la llegada de su nieta, era la primera vez que cualquiera de ellos, a excepción de Harum, ingresaban en la mansión Neizan, por lo que sus ojos curiosos recorrían todo a su paso, hasta que un segundo antes de que su nieta apareciera, Dima se hizo presente en la sala y el rostro del mayor se endureció un poco apenas lo vio, tenía algo pendiente con aquel hombre, pero luego se suavizo al divisar al pequeño Vladimir a su lado, el niño tenía un porte imponente, todo un Smirnof se dijo el mayor y con pena reconoció que aún no era tiempo de arreglar cuentas con Dima, primero, debía saber cómo estaba Dasha y luego… ya luego vería como le haría pare decirle quien era ese niño.— Abuelo. — lo llamo la joven desde los brazos de Lukyan, quien con cuidado la estaba depositando en una silla.Los años habían pasado para ambos, en Nikola se reflejaba en lo plateado de su cabello, mientras que en Dasha, la adultes le sentaba de maravilla, tanta belleza, como la que un día tuvo s
La carne sobre la mesa se veía suculenta, al igual que las verduras, pero de todos los comensales, el único que estaba disfrutando aquel majar era Vladimir.— Me gustaría saber que te sucedió en la pierna mi ángel. — dijo Nikola y Dasha vio a Sergei removerse en su lugar, pero también verla con advertencia.— ¿No sería mejor que le preguntes porque se fue a estudiar fuera del país por tanto tiempo? — intervino Miriam, que, si bien era una Smirnof, fue educada con las normas de los Morozova apenas se convirtió en la nueva esposa de Sergei, algo que a su suegra le encanto, ya que Kendra nunca respeto las leyes de los Morozova, pero Miriam, la veían como una autentica mujer del clan, capaz de sacrificarse por proteger a su esposo.— Aunque también le podrías preguntar porque ni siquiera se despidió de ti abuelo, digo, ella ni siquiera te f
Nikola ingreso en su mansión, esa misma que construyó desde cero, le costo reinventarse, pero mucho más le costo mantenerse con vida; paso de largo el escritorio, y fue directo a la biblioteca, jalo uno de los cientos de libros que una vez había leído, y la biblioteca se movió para dar paso al pequeño pero acogedor bunker que poseía no era tanto a modo de protección, era más para guardar su pasado y el de su familia, un pasado doloroso para él y peligroso para sus hijas y nietas.Se atrevió a tomar el brandy, si su medico lo viera seguro y lo regañaría, pero… los acontecimientos de la noche lo ameritaban. Tomo el álbum de fotos, y comenzó a pasar páginas, sus padres, su hermano, ese pequeño que tanto aconsejo para que sea un digno sucesor de su padre, pues Nikola había decidido que seria un empresario más en su Rusia natal, c