Dasha había acomodado los pequeños trajes de Vladimir en su vestidor, les parecía adorable, y aunque Dima le comunico que el señor Lukyan había dejado la mansión familiar a su disposición, para que ella cuidara con mayor comodidad a Vladimir, la pelinegra estaba más que segura que no queria ir a ese lugar, ya una vez había caído en un truco de Harum y aunque Alek lo negara, para Dasha él la había ayudado al encubrir todo, no se arriesgaría a cruzarse con el castaño y ser víctima de un nuevo mal entendido, aun no era tiempo.El continuo repiqueteo de su teléfono móvil le hizo saber que algo sucedía en su trabajo, pues el sonido era el designado al grupo de trabajo.— Pero que… — a medida que leía lo que sus compañeros comunicaban, su sangre se iba enfriando, con el paso de los años había comprendido
Turquía:Lukyan se mantuvo en silencio, incapaz de dejar salir así sea un susurro, aunque lo que más deseaba era consolar a esa mujer, solo aguardo porque ella tomara el teléfono que era más que seguro había caído en algún lado de la sala y que le pidiera ayuda, quizás aprovechando que el pequeño Neizan estaba a su cuidado, pero eso no sucedió, Dasha lloraba casi entre murmullos y Lukyan estaba seguro que era para que su hijo no despertara, ella incluso tenía cabeza para ocuparse del bienestar del Vladimir, sin sacar provechó de ello, y fue cuando decidió terminar la llamada, para marcar el número 1 en su lista de favoritos, necesitaba al único hombre al que le confiaría su vida, por ende, también le confiaría a su mujer y su hijo.— Señor. — la voz de Dima sonó serena como siempre, aunque Lukyan sabía que el mayor bien podría estar en un fuego cruzado y aun así no se alteraría.— ¿Dónde estás? — indago apretando la mandíbula, si tan solo estuviera en rusia y no en Turquía, sería muy
Rusia:Dasha trato de ponerse en pie, algo que no consiguió, una de sus piernas dolía demasiado, por lo que se dejó ir hacia un lado, le estaba costando respirar, aunque estaba segura de que no era por el llanto, más parecía que algo molestaba en su caja torácica, entonces pensó en Vladimir, ¿Qué sucedería si el pequeño Órga despertaba y la encontraba allí? Haciendo acopio de toda su fuerza, se aferró al sofá que estaba detrás de ella, pensó en el día que Mei Zhao la hizo sostener las cubetas con agua en el aire, con sus brazos extendidos, fueron seis horas, el castigo si bajaba sus brazos antes, debía aceptar tener una cita con uno de los tantos custodios que deseaban cortejarla, algo que la pelinegra no deseaba, no queria enamorarse y olvidar su venganza, sentía que si caía en las redes del amor, se olvidaría de su hijo, n
Lo primero que Lukyan hizo al descender del avión fue pedir el informe médico de Dasha, no perdería tiempo en indagar por el estado de su hijo, pues sabia a la perfección que Vladimir estaba sin un rasguño, pero su pelinegre era otra cosa.A medida que el vehículo avanzaba, los ojos del mafioso se oscurecían un poco más al leer cada palabra que en el informe se encontraba, contusión cerebral, fractura de dos costillas, y de tibia, además de los hematomas que cada lesión provoco, para alguien del calibre de este hombre era fácil deducir lo que había sucedido, no necesitaba la explicación de su mujer, mucho menos oír los detalles del ataque de Sergei, pero también sabía que esta sería una buena oportunidad para tener acceso al pasado de Dasha y no la desperdiciaría, por lo que solo envió un mensaje a Atenea de que llegaría pronto.
Lukyan veía el dolor en sus ojos, deseaba abrazarla, besarla y adorarla, pero no podía, no aun, no era justa la tortura psicológica que estaba llevando a cabo, era una de las más ruin y bajas que conocía, tentar el cuerpo con el deseo y luego someterlo al miedo, ese pequeño momento de corto circuito que se forma entre las emociones y las sensaciones, no, no era justo, ni para él, ni para ella, pero ya estaban juntos en todo, desde que Vladimir había sido concebido, ellos estaban destinados a estar juntos, vivos o muertos y si para saber cómo continuaría su vida o si es que continuaría debía ser torturado a la par de Dasha, el ruso gustoso lo haría.— ¿Qué venganza? Y será mejor que me digas la verdad de todo, si es que quieres continuar respirando. — no era una amenaza vacía, eso estaba más que claro.— No necesit
El silencio flotaba por el aire, siendo interrumpido por un pequeño “PIP” que dejaba en claro que la mujer de cabello negro solo estaba durmiendo, aunque se viera tan intente como un muerto, Lukyan llevaba más de una hora en silencio, repartiendo miradas entre Dasha y Vladimir, quien solo veía a la pelinegra como si nadie más existiera, al tiempo que acariciaba su mano.— ¿Hace cuánto? — indago al fin el mayor y el pequeño solo lo vio curioso, como si no comprendiera a lo que se refería. — Basta de juegos Órga. — pocas veces Lukyan llamaba de ese modo a su hijo, el recuerdo de sus padres aun lo asechaban en sus largas noches de insomnio y soledad, como para recordarlos adrede.— El día que murió la abuela… — termino confesando sin verlo a los ojos. — Lo soñé, y se lo dije, le dije que había so&ntild
Mientras Dima y Vladimir se encargaban de arreglar una habitación en la mansión Neizan para Dasha, Lukyan disfruto de cuidar el sueño de su mujer, aun se reprochaba por ser un idiota, y es que nunca tomo en cuenta que tanto el cuerpo como la mente de Dasha estaba agotados, tanto por el ataque de Sergei, como por la medicación y darle una noticia así de fuerte cuando la joven ni siquiera había bebido un poco de agua desde la noche anterior no fue lo mejor que pudo hacer, Vladimir tenía razón, era un idiota desesperado que queria hacer todo a sus tiempos, o sea rápido y al punto, cuando la verdad es que en el amor no hay atajos o amenazas.— Lukyan. — su voz rasposa no se levantó más que un susurro y el rubio ya estaba a su lado con un vaso de agua.— Con cuidado o te hará mal. — pidió con calma, aun así, la dejo que bebiera lo que quisi
Si las personas pudieran morir de envidia, Harum ya estaría muerta, se dijo Dasha por solo ver el rostro amargado de su prima, mientras que Alek parecía que estaba viendo a un fantasma. — ¿Qué rayos significa esto? — indago casi con furia el castaño y Lukyan clavo sus azules ojos en él, como si estuviera viendo a una cucaracha arrastrándose sobre sus zapatos. — ¿Disculpa? — indago mostrando una sonrisa tan aterradora que el corazón de Dasha se aceleró, pero no de miedo, la pelinegra estaba descubriendo que ese ruso era candente 24/7 pero más cuando se enfadaba. — ¿Quién te dio permiso para preguntar algo en mi hogar? No… quien te dio permiso así sea para hablar en mi clan. — eso dolía aún más que si le disparara en cualquier lugar del cuerpo, ya que lo estaba humillando, Alek lo sabía y las mujeres presentes también. — … — el castaño abrió su boca, pero rápidamente la cerro por solo ver que Lukyan estaba esperando eso, una queja, una réplica y estaba seguro de que el líder del clan