Lukyan retorno a su mansión, su mente divagaba entre disfrutar lo bella que era su mujer y lo frustrante que le resultaba hacer las cosas a su tiempo, se notaba en esos ojos celestes que era terca, aunque también había un toque de dulzura en ellos que le provocaba calor en el frio corazón de la muerte blanca; una vez que tanto su hijo como él ingresaron en su hogar descubrió quizás por primera vez lo inmensa que se sentía aquella construcción, por más que Alek y otros empleados habitarán allí, no era lo mismo que cuando aún sus padres vivían y si él siendo un adulto sentía ese vacío, no queria imaginar lo difícil que debía ser para Vladimir pasar sus días allí, solo. — Dima. — llamo al empleado al cual le confiaría su vida si fuera preciso. — Señor. — podría llamarlo jefe, o simplemente Lukyan, pues Dima lo conocía desde que era un bebé, sin embargo, siempre se refería a él con un respeto casi absurdo, pero agradable. — Busca un buen colegio para Vladimir. — Dima lo vio con asombro
En menos de media hora, tanto padre como hijo habían escogido sus ofrendas para darle a la bella pelinegra y ya se encontraban fuera de su departamento.— No es necesario que esperes por nosotros, una tormenta de nieve se acerca, lo más conveniente es que pasemos la noche aquí. — informo Lukyan sonriendo aún más, si, ver el futuro tenía sus ventajas.— De acuerdo señor.— Dima. — lo llamo cuando ya estaba fuera de la camioneta. — ¿Quién era esa joven de la que te enamoraste? — era el líder, y conocía a Dima de toda la vida, el mayor nunca se casó y era la primera vez que sus ojos brillaban al recordar a una mujer, era obvio que se había enamorado, pero que la había perdido.— Su tía, Victoria Zabet.— Oh. — rebatió sorprendido, no por el nombre de la mujer, sino por la valentía del empleado de enamorarse de ella.— Nunca tuve opción contra la sombra de Italia, su tía siempre fue una cautiva de su amor.— Eso es verdad. — a Lukyan no le quedo más que sentir pena por Dima, pues el mismo
La mente del mafioso era un torbellino, ver el futuro tiene sus ventajas, pero comprender el pasado, eso era mucho mejor, o al menos así pensaba Lukyan, tendido en aquel sofá, viendo el techo y una pequeña mancha que estaba seguro era sangre, su mente navegaba en un mar de preguntas, ¿Por qué Dasha no recordaba aquella noche en la que la hizo suya? ¿no se suponía que la primera vez de una mujer era tan importante que esta permanencia en la memoria de la dama hasta el último día de su vida? ¿acaso había perdido la memoria? Tal vez… solo tal vez, ella no fue a ese lugar con la intención de entregarse a él, sino a otro. Esa conclusión lo enfado, a tal modo que decidió sentarse, ya que el aire entraba con dificultad a sus pulmones; y entonces, otra ronda de preguntas lo ataco. ¿Por qué dejo a Vladimir? ¿Por qué su hijo nació prematuro? ¿acaso trato de abórtalo tardíamente? ¿fue ella quien solo lo dejo a la intemperie cerca de la mansión, sin importarle que lo encontraran o no? Y si tal vez
Dasha despertó sola en su cama, algo que sería normal y habitual para la joven, pero que sin embargo le causo una terrible angustia, ¿Dónde estaba Órga? ¿acaso solo se marchó junto a su padre? Eso debería alegrarla, Lukyan confundía mucho sus pensamientos, su ser en general, como ahora, que sentía que había pasado una hermosa noche por tener al pequeño a su lado, pero a la vez la sintió fría, y todo por no tener el cuerpo de Lukyan para tocarlo, no queria sentir eso, pero Vladimir… era otra cosa, se había aferrado a ese niño sin motivo alguno o al menos eso pensaba.— ¿Órga? — dijo cuando al fin llego a la cocina y encontró al pequeño enfundado en su traje, algo que le causaba ternura.— Mmm. — el pequeño rubio solo hizo su ruido característico con la garganta al tiempo que colocaba el desayuno frente a ella.— ¿Lo hizo tu padre? — indago viendo a los lados y descubriendo que el rubio mayor no estaba allí. — ¿Dónde está tu papá? — Vladimir solo sonrió mientras el entregaba una hoja es
— Bienvenido hermano. — el diablo tembló ante aquel gesto, se sentía tan autentico, tan verdadero, él era bienvenido, aun siendo lo que era, para Amir besar las manos de su hermana no demostraría lo que sentía, por lo que la jalo para abrazarla, pero entonces sintió el frio de un rifle en su cabeza.— No toques a nuestra señora. — la voz fría del guardia fue acompañada por el ruido de carga de otras armas y cuando Amir levanto la vista puedo ver a la gente del clan Neizan a su alrededor, aturdido se preguntó cuando llegaron o donde estaban, y es que por algo a Lukyan lo llamaban la muerte blanca, nunca sabias cuando iría por ti.— Creo que todos deberían tranquilizarse, no es bueno que una embarazada se estrese. — la voz fría con un claro asentó ruso se filtró entre los hombres, Leila vio que todas las armas de su gente apuntaban
El primer día de filmación fue más fácil para Dasha de lo que había imaginado, incluso se divirtió cuando el director cambio a último minuto el atuendo de Harum y le cedió el vestido que se suponía Dasha usaría, solo pasaron unos minutos desde que la castaña se colocó el aparatoso vestuario, para que comenzara a quejarse y fue entonces donde descubrieron que el vestido estaba repleto de alfileres.— ¡Ella lo hizo! estoy segura. — se quejó como si estuvieran en el kínder, recibiendo la mirada confusa de todos los actores del elenco.— Hermana. — rebatió de forma condescendiente Dasha, provocando que el humor de Harum fuera aun peor. — ¿Acaso no sabias que ese era mi atuendo? ¿no fuiste tu quien llego una hora más temprano solo para ver el vestuario? ¿no fue la vestuarista quien comento al director que tu… quedaste prendada de mi vestido? ¿Cómo podría ser que yo atentara contra mi persona? — mientras la pelinegra hablaba se paseaba alrededor de su hermana, dejando al descubierto su nefa
Dasha había acomodado los pequeños trajes de Vladimir en su vestidor, les parecía adorable, y aunque Dima le comunico que el señor Lukyan había dejado la mansión familiar a su disposición, para que ella cuidara con mayor comodidad a Vladimir, la pelinegra estaba más que segura que no queria ir a ese lugar, ya una vez había caído en un truco de Harum y aunque Alek lo negara, para Dasha él la había ayudado al encubrir todo, no se arriesgaría a cruzarse con el castaño y ser víctima de un nuevo mal entendido, aun no era tiempo.El continuo repiqueteo de su teléfono móvil le hizo saber que algo sucedía en su trabajo, pues el sonido era el designado al grupo de trabajo.— Pero que… — a medida que leía lo que sus compañeros comunicaban, su sangre se iba enfriando, con el paso de los años había comprendido
Turquía:Lukyan se mantuvo en silencio, incapaz de dejar salir así sea un susurro, aunque lo que más deseaba era consolar a esa mujer, solo aguardo porque ella tomara el teléfono que era más que seguro había caído en algún lado de la sala y que le pidiera ayuda, quizás aprovechando que el pequeño Neizan estaba a su cuidado, pero eso no sucedió, Dasha lloraba casi entre murmullos y Lukyan estaba seguro que era para que su hijo no despertara, ella incluso tenía cabeza para ocuparse del bienestar del Vladimir, sin sacar provechó de ello, y fue cuando decidió terminar la llamada, para marcar el número 1 en su lista de favoritos, necesitaba al único hombre al que le confiaría su vida, por ende, también le confiaría a su mujer y su hijo.— Señor. — la voz de Dima sonó serena como siempre, aunque Lukyan sabía que el mayor bien podría estar en un fuego cruzado y aun así no se alteraría.— ¿Dónde estás? — indago apretando la mandíbula, si tan solo estuviera en rusia y no en Turquía, sería muy