Capítulo 39
Si Miguel era demasiado violento, ¿qué pasaría con el bebé?

Miguel, al verla actuar como una mujer reservada, sintió que su ira aumentaba cada vez más:

‒ Laura, ¡aún no estamos divorciados! ¿Por qué no podría tocarte?

Laura respiró de manera profundan y lo miró fijamente:

‒ Porque me das asco.

¡Ya tenía un hijo con Jenny y aún quería tocarla!

Miguel entrecerrólos ojos y le mordió el lóbulo de la oreja:

‒ ¿Dices que te doy asco? Pues con más razón lo haré.

Laura se alarmó y respondió:

‒ Si estás insatisfecho porque Jenny está embarazada, puedo encontrarte a alguien más, te garantizo que será limpia y te complacerá, ‒ mientras hablaba, su mente se llenaba de imágenes de ellos dos en la cama.

¡Todo lo que Miguel había hecho con ella, también lo había hecho con Jenny!

¡De solo pensarlo le daba náuseas!

La hostilidad de Miguel era evidente:

‒ La señora Soto es tan generosa, ¿debería alabarte por ser tan comprensiva y sensata?

Laura giró el rostro:

‒ Solo pienso en tu bienestar.

Y, además no
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