—Buenos días, pequeña, te escribo para informarte que a las dos de la tarde llegará mi abogado con los papeles del acuerdo de divorcio. Por favor fírmalos sin pensar en lo que allí está escrito. —Mensaje de texto enviado por José Luis, para Clara Isabel.—¡Grandioso! Al fin me voy a separar de ti y le dejaré libre el camino a la zorra de tu amante para que te aproveche. —Contestó ella, pero José Luis no le respondió, no vale la pena seguirle calentando la cabeza a ella, no cuando se niega a creer la verdad.Clara Isabel salió en horas de la mañana a buscar trabajo, después de andar por un buen rato preguntando en varias empresas que si hay una vacante, y que debido a su avanzado estado de embarazo nadie la quiere contratar porque sería un costo pagar por su maternidad, por fin encontró una oportunidad en una pequeña empresa que se dedica al rubro de la venta de materiales para construcción, ferretería. Allí la contrataron como cajera, a partir de mañana, ella será la encargada de real
—¿Qué significa esto abogado? —preguntó la chica, levantando la vista y agitando aquellas hojas de papel en donde está plasmada la petición o deseo de José Luis.—Pues, es el acuerdo de divorcio que usted y su esposo, el señor Villanueva, acordaron. —Respondió de forma irónica el abogado.—Eso ya lo sé, lo que quiero saber es por qué dice aquí que José Luis, pasa a mi persona todos sus bienes, absolutamente todo. Mire abogado, yo no he estudiado Derecho, pero tengo entendido que en mi caso me tocaría el cincuenta por ciento de los bienes que él posee, pero yo no quiero nada de él, quiero divorciarme sin ninguna de sus pertenencias, a no ser que sean para sus hijos, pero eso se me hace mucho para ellos.—Eso es lo que él decidió mi estimada, él sabrá por qué lo hizo, yo no tengo nada que ver en los asuntos o decisiones de mi cliente. —aclaró el abogado.—José Luis se ha vuelto loco, yo le pedí el divorcio, pero no le exigí nada de dinero o bienes materiales que solo a él le han costado
—¿Está segura que lo hará, señora? —preguntó por segunda vez el abogado, al ver que al fin ella le pidió prestado el lápiz tinta, dispuesta a firmar donde le corresponde.—¡Por supuesto que sí, abogado!Estoy más que segura. He decidido separarme de mi esposo y él no me lo va a impedir poniéndome esa regla de que todo lo pasará a mi nombre. Dígale a su cliente que le mando a decir yo, que he firmado, pero que no me interesa nada en absoluto de lo que él me está ofreciendo. Prefiero firmar y abandonar toda esa fortuna, que seguir al lado de él. —Dígale que se los dé a la amante que tiene, puede ser que ella si los necesite porque dudo que ella esté con él por amor como lo estaba yo, ella debe de ser una de esas tantas interesadas que se les acercan a los viejos millonarios solo por sacarles su fortuna, y ellos como son tan imbéciles caen redonditos, pues dígale que ahora le nombre todos estos bienes a ella.La chica está muy molesta, con mucha seguridad estampó su firma en el documento
Narra José Luis…En este momento me siento de la patada, pensé que mi chica se arrepentiría a último minuto, pero no fue así, ella firmó el maldito divorcio, convirtiéndome en un hombre en desgracia y abandonado.Sé que ella no lo hizo por la fortuna que le di, ella lo hizo porque ya no quiere sufrir estando a mi lado y eso me duele mucho, pero la entiendo y estoy consciente que se merece estar alejado de mí y… quizá también merece encontrar a un hombre que desde un inicio la trate como a una princesa, cosa que por mi odio hacia ella, yo no lo pude hacer. Y cuando me di cuenta de mi error lo traté de enmendar, pero ya fue demasiado tarde, ella ya había tomado su decisión de separarse de mí.Me duele tanto separarme de ella, y sé que será peor el dolor cuando yo vaya a visitar a mis hijos, y ella ya se halla echo dueña de otro hombre, un hombre que no será un imbécil como yo, un hombre al que quizá mis hijos le llamarán papá algún día y él se sentirá afortunado de tenerlos con él aunqu
Han pasado tres días y yo aún no sé nada de mis amores, Clara Isabel no se ha comunicado conmigo y a mí me urge hablar con ella y saber si están bien y preguntarle por qué tomó la decisión de irse de la mansión, yo fui claro y le dije que eso le pertenece a ella y a mis hijos, sino quiere aceptar todo lo demás, pero aunque sea esa propiedad debería de agarrar para que en ella crezcan nuestros hijos.También quiero ponerla al tanto sobre la investigación que Alberto y yo hemos hecho a sus espaldas, y pedirle perdón de nuevo, quizá ahora sabiendo que este imbécil que se casó con ella por una venganza, estaba equivocado, le pediré que me perdone y volvamos a empezar, pero esta vez lo haremos con el pie derecho.Bueno, aunque al día siguiente de que ellos se marcharon, la niñera de mi hijo me envió un corto mensaje de texto, solo me dijo que todos están bien y que ella cuidará de los míos. Yo intenté llamarle una y mil veces a ella, pero tampoco respondió y al final salió con apagar su c
Un mes después…José Luis…Ya es tiempo de que regrese a mi casa, un mes me ha parecido como una eternidad sin tener la oportunidad de ver a mi hijo, un mes ha sido suficiente para que mi vida haya dado un giro de ciento sesenta y cinco grados, me he quedado a medias con este maldito viaje al que quizá, nunca debí de haber venido.Voy en camino al aeropuerto internacional de Tocotín, solo mi amigo Alberto sabe de mi llegada y es quien me estará esperando para trasladarme en su auto hasta mi casa. La esposa de Alberto no sabe en qué lugar he estado, no sabe en donde me vine a refugiar para escapar del amor que siento por su amiga Clara Isabel.Al llegar a la ciudad de Tegucigalpa le llamé a mi amigo para que me fuera a ayudar con mis maletas, traigo una que viene hasta el tope de juguetes para mi hijo, de los mejores que puede haber en el mundo, él es el príncipe que está cuidando a la mujer que amo y, por lo tanto, se merece lo mejor de lo mejor.—¿Todo bien, hermano? —Pregunta Albert
Clara Isabel sintió como si sus fuerzas le fallaban, pero la otra chica fue muy amable y la sostuvo del brazo para que no se cayera, a clara Isabel le ha pegado fuerte las palabras de esa muchacha que le acaba de confesar que es la nueva esposa de su José Luis.—¿Ya te sientes mejor? Si gustas puedo invitarte a mi casa para que te tomes un vaso con agua. —Ofreció la muchacha muy amablemente.—No, gracias, ya me siento muy bien, solo fue un ligero mareo por mi embarazo, te agradezco tu amabilidad. —Clara Isabel quiere actuar de manera indiferente, como si no le importase la noticia que su gran amor ya la ha reemplazado. Pero es muy difícil saber que lo tendrá frente a ella y no lo podrá ver como un esposo, ahora él ya no significa nada en su vida, ella luchará para sacarlo de su mente y de su corazón para siempre.—No es nada, no te preocupes. Entonces te esperarás aquí a que te traiga a mi hijastro o prefieres entrar?.—Prefiero esperar aquí al bebé, ve y dile que su mamá me ha enviad
Clara Isabel recogió a su hijo y lo llevó a su casa para interrogarlo, no quería hacerlo para no revivir las palabras que la muchacha le dijo, pero es que la curiosidad es tan grande que no se ha aguantado las ganas ni por un minuto más.—¿Quiénes son los señores que te estaban cuidando, mi amor? —Preguntó ella, haciendo que su voz suene muy normal.—Pues la muchacha no sé cómo se llama, pero el esposo de ella es un teniente de las Fuerzas Armadas y tienen un bebé casi de mi misma edad, yo jugué con él por un gran rato hasta que tú llegaste por mí. —Mintió el pequeño.—¿Eso es cierto, mi vida? Yo pensé que era tu padre el que estaba allí.—No mamita, es otro señor y estaba vestido con traje de teniente, si tú lo vieras qué guapo está ese hombre te enamorarías de él. —bromeó el chiquillo.—Ay, hijo, no me digas esas cosas, ese hombre está casado y debemos de respetar su condición. Además de que yo ya no tengo ojos para otro hombre en este mundo que no sea tu papá.—¿Tú extrañas a mi pa